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QUIENES SON LOS NUEVOS MINISTROS DE RODRIGUEZ SAA
Gabinete ecléctico y con sorpresas

Hay de todo: ex gobernadores, ex funcionarios internacionales, menemistas y bonaerenses, con o sin prestigio, de muchas líneas internas, de San Luis y prestados de todas las provincias.

Por Sergio Moreno

A ninguno de los nombrados les falta experiencia en el poder. Casi todos provienen de él, son parte de él, y quienes no lo son, han sabido ejercer presiones e influencias desde la sociedad civil para torcer el destino de las políticas. Adolfo Rodríguez Saá mixturó una alquimia cuando menos curiosa, por la cual convivirán defensores de los derechos humanos, con ex gobernadores, hombres de su extrema confianza y algunos que recién conoció ayer. Ni siquiera la condición de ser peronista es un factor común en esta rara avis que, desde ayer, es el Gabinete del Presidente.
Los procesos de formación de los gabinetes suelen ser una mezcla de ideas predeterminadas, deseos, operaciones y susurros en los oídos adecuados. Obviamente, es el Presidente quien finalmente decide. Esa decisión suele abonarse de los más diversos concejos sobre que “Fulanito es el adecuado” y “Menganito tiene que estar”. Pero también de muchos “Zultanito sólo sirve para traer problemas” y “con Perenganito nos garantizamos el apoyo (o el odio) de este o de aquel”. Por lo general, en estas mesas de arena todos quieren mover los guijarros.
El equipo que armó Adolfo Rodríguez Saá tiene una lógica ecléctica. En primer lugar convocó a los incondicionales. Son puntanos. Luis Lusquiños, no casualmente designado secretario general de la Presidencia –a cargo también de la Jefatura de Gabinete– es algo así como su sombra. Ladero desde 1983, cuando Rodríguez Saá ganó por primera vez la gobernación de San Luis, este abogado de 50 años acompañó desde distintos sitios de poder (ejecutivos y legislativos) la carrera de su amigo. Todoterreno, ha sido y es su mano derecha. El puntano Oraldo Britos es ministro de Trabajo. Legislador desde la reinstauración democrática, este sindicalista, astuto y negociador, viene a pacificar los bríos del gremialismo peronista, de los más belicosos y los menos belicosos. Carlos Sergnese, flamante titular de la SIDE, fue el senador que con Alberto Rodríguez Saá (hermano del Presidente) se negó a presentar su declaración jurada de bienes cuando el escándalo de los sobornos en la Cámara alta. Así y todo, nunca fue sospechado de haber participado en la ignominiosa maniobra que comenzó a limar el poder de Fernando de la Rúa. Graciela Corvalán, flamante secretaria de Obras Públicas, es antigua funcionaria provincial suya. Rodríguez Saá nunca traicionó su costumbre de trabajar con equipos formados por mujeres. José L’Huiller, designado secretario Legal y Técnico, cargo que también ejerció en su provincia, cierra el team.
Curiosa es la batida que Rodríguez Saá hizo con los santafesinos. José María “Tati” Vernet es el nuevo canciller (que también funge como titular de Defensa). Este contador gobernó Santa Fe desde 1983 hasta 1987, donde llegó por un acuerdo interno del PJ santafesino, monitoreado por la entonces poderosa UOM de Lorenzo Miguel. Al fin de su gestión entregó el poder a otro peronista. Su imagen positiva ascendía al 80 por ciento. Apenas cuatro meses después, su imagen negativa entre los santafesinos trepaba al 60 por ciento en medio de acusaciones de falta de transparencia. Tal viraje fue adjudicado por Vernet a quienes fueron sus sucesores en la conducción del distrito: Víctor Reviglio y Antonio “Trucha” Vanrell. El rosarino Vernet partió de Santa Fe para ser el compañero de fórmula de Antonio Cafiero en la interna contra Carlos Menem, en 1988, plaza que le copó José Manuel de la Sota. “El Tati” ató su destino a la provincia de Buenos Aires, como ministro de Cafiero -renovador como él– y su última función fue en el Ministerio del Interior que condujo, hasta el fin del mandato de Menem, Carlos Corach.
Reviglio sucedió a Vernet en la gobernación. Reviglio es, desde la víspera, secretario de Políticas y Regulación Sanitaria (ex Ministerio de Salud). Este médico no brilló en su gestión, que los santafesinos quisieran olvidar. No obstante, sus compañeros le reconocen una muñeca brava a la hora de tejer telarañas en la interna partidaria. Ante el avance arrollador del radical Horacio Usandizaga en las elecciones de1991, Reviglio estatuyó en su provincia la ley de Lemas, engendro por el que Carlos Reutemann pudo acceder a la gobernación por primera vez, habiendo sacado menos votos que el radical.
La tercera santafesina, también rosarina, es Liliana Gurdulich de Correa. Desde 1983 pasó por el Senado, el ministerio del Interior de Menem, y devino en operadora –activa y feroz, como buena ex militante del FEN y Guardia de Hierro– de Reutemann. “Liliana” ocupará una plaza en el Gabinete (será secretaria de Tecnología y Ciencia) por deseo del “Lole”. Hasta la madrugada del domingo, otro ex gobernador santafesino, el actual diputado Jorge Obeid –también reutemista–, era “número puesto” en la Jefatura de Gabinete. Tres participantes de la negociación dijeron a Página/12 que Reutemann lo vetó. “(Jorge) Obeid no; ponela a Liliana”, dijo el ex corredor al nuevo Presidente. Obeid dijo a este diario que “nunca nadie me ofreció nada en el Gabinete”. Si Obeid hubiese accedido al cargo, Rodríguez Saá habría contado con todos los gobernadores que tuvo Santa Fe, a excepción de Reutemann. Por cierto, Vernet lejos está de abrevar de las aguas del Lole, a diferencia de Reviglio que, meses atrás, fue designado presidente del Tribunal de Etica del PJ santafesino; más que un nombramiento, una ironía.
En Mendoza Rodríguez Saá adquirió a Rodolfo Gabrielli, también ex gobernador, para ser ministro del Interior. “Rolo” fue bordonista –fungió como su ministro de Economía– y por ende histórico adversario de José Luis Manzano y Eduardo Bauzá. Eso no le impidió acercarse al menemismo al promediar su decanato, lo que tampoco le imposibilitó sumarse al duhaldismo en la pelea de 1999.
El bonaerense Juan José Alvarez dejó la Secretaría de Seguridad de su provincia para saltar a la misma cartera a nivel nacional. Cercano a Ruckauf, “Juanjo” es quizás el más ambicioso del grupo denominado “Los tres mosqueteros”, troika que componía junto a los intendentes de La Matanza, Alberto Balestrini, y de La Plata, Julio Alak. Este grupo ha sido un dolor de cabeza para Duhalde quien, cuando ganó las senatoriales de octubre, pidió su disolución. Lejos de sus deseos, la terna se fortaleció a la sombra de Ruckauf y tejió buenas relaciones con otros dirigentes, tal el caso del gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner.
Bonaerense es también el nuevo secretario de Hacienda, Rodolfo Frigeri, ex ministro de Economía de Antonio Cafiero, ex presidente del Banco Provincia durante la gestión Duhalde, hasta ayer diputado nacional, de buena relación con productores agropecuarios e industriales y pro Pyme.
La escuadra bonaerense adquirida por “El Adolfo” se cierra (de momento) con María Teresa del Valle González Fernández de Solá, designada secretaria de Cultura y Medios. “La Colorada” (en un alarde de originalidad la llaman así por pelirroja) es la mujer del vicegobernador Felipe Solá. Aguerrida, supo ganarse los cargos que tuvo en la provincia y llegó a ser subsecretaría de la Mujer de la Cancillería que comandaba Guido Di Tella. Sus amigos aún recuerdan el tangazo que bailó esta licenciada en Historia con Carlos Menem, en una celebración de Conciencia, hace cinco años.
Hablando de Menem, Daniel Scioli es el nuevo secretario de Deportes e interino de Turismo. Golem y fiel al riojano, la designación del motonauta, que revalidó su mandato de diputado nacional en alianza con el cavallismo, es un gesto de Rodríguez Saá hacia el ex presidente y, a su vez, la apropiación de una pieza importante en el PJ porteño.
Sólo los iniciados evitaron la sorpresa con la designación de Alberto Zuppi como secretario de Justicia y Asuntos Legislativos. Zuppi comenzó su carrera en un juzgado de San Isidro, tras lo cual fue a Alemania donde se graduó en la Universidad de Zaabrucken. Especialista en derecho internacional, es abogado de las embajadas de Alemania, Suiza e Italia, a la que representó en la extradición de Erick Priebke, y fue amicus curiae en el caso de extradición a Alemania del también criminal de guerra Joseph Schwuamberger. Es representante, junto a Pablo Jacoby, de la agrupaciónMemoria Activa por el atentado a la AMIA. Es un defensor del principio de extraterritorialidad para juzgar a los violadores de los derechos humanos. Por eso, pocos le dan vida al decreto firmado la última semana por De la Rúa negando la extradición a todos los acusados solicitados por tribunales extranjeros.
El ingreso de Zuppi al Gabinete se produjo vía el propio Presidente, de quien era asesor. Su pensamiento sobre la extraterritorialidad es el nexo que lo une al flamante secretario de Derechos Humanos, Jorge Taiana. De larga trayectoria en el peronismo, ex preso durante la dictadura, Taiana -hijo del legendario ministro de Educación y médico de Juan Perón–, fue secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de DD.HH. de la OEA.

 

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