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casi Final del juego

Por Leonardo Moledo

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Les parece justo que final de juego tenga tan poco espacio, que ni siquiera se puede discutir el problema del milenio? ¿Quién es el culpable? ¿Alberto Otamendi, el diagramador, que desde que está exponiendo su obra en el Planetario no presta demasiada atención a Futuro? ¿Martín De Ambrosio, que se excedió con su nota sobre las hormigas? ¿Los del Grupo de Reflexión Rural, que enviaron una carta irrespetuosa e insultante (además de ingenua), lo cual motivó una réplica? ¿Los asesinos de científicos? ¿Los anticuarios? ¿Los ladrones de electrodisipadoras? ¿Kuhn? ¿El comisario Inspector Díaz Cornejo, que pretendía hablar de los logaritmos?¿Qué piensan nuestros lectores?

Correo de lectores

Cambio climatico
Qué mala suerte la de Leonardo Moledo y Martín De Ambrosio en la nota 2001, “odisea estival porteña”, donde avalan lo que dice la licenciada en Meteorología Alicia Tejerina Puch cuando “afirma que no hay datos suficientes para vincular este calor con tal fenómeno” refiriéndose al calentamiento climático. Mala suerte porque Geoff Jenkins, del Centro Hadley de Inglaterra, en la nota de Futuro del mismo día, dice todo lo contrario y peor, cuando afirma, con análisis científicos que avalan los dichos, que el hombre es la causa principal del cambio climático. ¿Qué pensará la licenciada de los cánceres, que siempre hubieron? De la radiactividad, ¿que no es mala? ¿De los agroquímicos? ¿Que son buenos?¿De los transgénicos, que son para combatir el hambre del mundo? Moledo et al. finalizan con una humorada, que “será una odisea estival”. Graciosísimo. Así son nuestros científicos, como nuestros políticos: cools, lights, no hay que tomar ninguna responsabilidad ni científica, ni ciudadana en el cambio climático. Es una postura política. No es la nuestra. Muchas gracias.

Alfredo Galli,
Grupo de Reflexión Rural

Respuesta: El hecho de que el hombre sea responsable del calentamiento global no significa que lo sea de cada día en el que hace calor (seguiría siendo responsable aunque no hubiera días agobiantes como los que sufrimos la semana pasada). El artículo de Jenkins y las afirmaciones de Tejerina no se contradicen en absoluto: Galli comete un error de razonamiento muy elemental (y desgraciadamente común), como es atribuir a causas muy generales fenómenos puntuales y locales que ni siquiera se apartan de la media, y que por cierto no están ligados al serio problema del calentamiento global. No es grave.
Lo que sí es grave es que este tipo de reduccionismo ingenuo, escolar, que desgraciadamente se refleja en la carta de Alfredo Galli, miembro del Grupo de Reflexión Rural, le quita seriedad y es un serio obstáculo para la lucha ecologista real, y para todos aquellos que nos preocupamos seriamente por la salud del planeta: no puede haber mejor regalo para un actor social contaminante que este tipo de atribuciones, que sólo muestran desconocimiento de fenómenos como el calentamiento global (un día de calor tiene tan poco que ver con éste como un día de frío con una era glaciar, del mismo modo que los usos terapéuticos de la radiactividad no están relacionados con Chernobyl). Estas afirmaciones se pueden refutar sencillamente y permiten que, mientras tanto, los agentes contaminantes puedan seguir contaminando tranquilamente. Para quienes contaminan, es un precioso regalo. Y seguro que les resulta graciosísimo recibir esta generosa ayuda.
Leonardo Moledo (editor de Futuro)

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