Dialogo
con el matematico britanico John Conway
Cuando
la mente no muere
Por
Mónica Salomone
El País
Su
madre lo encontró a los cuatro años calculando las potencias
de dos. Tiene una amplia colección de rompecabezas y, por supuesto,
ha resuelto el endiablado cubo de Rubik (el famoso cubo mágico).
Piensa en espacios de 196.883 dimensiones. Descubrió una nueva
familia de números, los surreales. Compadece a los adultos porque
sus mentes están muertas. Se trata de John Conway,
matemático británico de 62 años, profesor e investigador
en la Universidad de Princeton (EE.UU.). A modo de saludo, en vez de
apretón de manos, Conway da dos cubos rojos y verdes uno
de sus juegos y desafía al interlocutor a una inmisericorde
prueba de ingenio. Pero la apariencia frívola engaña:
el trabajo de este investigador tiene implicaciones cruciales para áreas
como la encriptación o la representación de grupos.
¿Encajan los matemáticos en algún estereotipo?
No, bueno, yo veo a matemáticos muy diferentes. Eso sí,
todos comparten la admiración por la belleza.
Cosas bellas como las piezas de un mosaico, con las que matemáticos
como Roger Penrose crean ramas nuevas de la matemática. ¿Cómo
se hacen descubrimientos con unas simples fichas?
Estos son problemas absolutamente fascinantes. Penrose es muy
amigo mío, tenemos un interés común en los rompecabezas.
Un problema con las teselas es: ¿puedes cubrir un plano con una
sola tesela sin que se repita el dibujo (el patrón de las junturas
entre piezas)? Aún no se ha resuelto. Sabemos que con dos teselas
se consigue. Es muy interesante. Cuando supe del problema por primera
vez corté 2000 piezas y cubrí con ellas toda la mesa de
mi salón. La receta para las matemáticas es seguir interesado.
Yo intereso fácilmente a un niño de siete años,
pero tengo problemas para interesar a un adulto. Es porque sus mentes
están muertas.
Ponga más ejemplos de belleza.
Yo encontré lo que se llama un grupo, que en mi caso es
la simetría, una determinada forma de empaquetar esferas en un
espacio. En un espacio de 24 dimensiones esta forma de empaquetar esferas
es muy simétrica, parece una piedra preciosa.
Primero habrá que imaginar un espacio de 24 dimensiones.
No es fácil.
¿Puede usted hacerlo?
No, pero podemos ver pequeñas partes de la figura. La forma
entera es tan bonita que no podemos verla. Sí, eso es. Una de
las cosas bonitas es que el mundo tiene simetrías que costó
mucho percibir.
¿A qué se refiere?
A la mecánica cuántica, a la teoría de la
relatividad, al hecho de que el tiempo y el espacio sean la misma cosa.
Otro concepto extraño son los infinitos. Ustedes operan
con infinitos como si tal cosa.
Fuera de las matemáticas el infinito es un concepto vago.
Pero para nosotros tiene un sentido preciso. Yo he sido muy afortunado,
he encontrado una nueva clase de números infinitos: los surreales.
Estaba tratando de entender un juego japonés, algo que por cierto
aún no he logrado, y eso me llevó a este mundo nuevo de
números. Incluye números infinitesimales, que son números
infinitamente pequeños, y otras familias de números infinitos.
¿Cómo son esos números? Es difícil
de decir. El concepto es que si hay dos familias de números,
siempre habrá números más simples entre ellos.
¿Cómo que simples?
Tiene que imaginar que no sabe nada, y eso es muy difícil.
Usted ya sabe el concepto de dos, de cero... Tiene que olvidar todo.
Sólo vale la idea de grupo, una colección de formas. A
partir de ahí creás los números. Es algo tan simple
que me llevó sólo dos páginas explicarlo. Pero
algo simple no siempre es fácil de entender. Es que sabemos demasiado,
y lo más difícil es desaprender todo.
¿Hacen eso los matemáticos?
Sí, los matemáticos pueden olvidar cualquier cosa.
Saben que saber algo no te ayuda a probarlo. Por eso es más sencillo
interesar a los niños.
Pero a menudo a los niños no les gustan las matemáticas.
Eso pasa con los que han sido asustados por profesores asustados.
Eso es todo.
Ese
Fermat
A usted le gusta la historia de la ciencia. ¿Cree
posible que Fermat probara su famoso último teorema en el margen
de un libro, cuando se ha tardado cuatro siglos en hallar esa demostración?
Es bastante posible que sí. Estoy seguro de que debe haber
una solución más simple que la de Andrew Wiles.
A medida que la humanidad descubre cosas debe ser más difícil
desaprender y descubrir más cosas nuevas.
Hay dos tipos de conocimiento. Uno es el técnico, de acumulación
de datos. Las aportaciones importantes no proceden de ahí. Einstein
halló la teoría de la relatividad desaprendiendo datos
erróneos que todo el mundo asumía como obvios, y descubrió
que el mundo es muy distinto de lo que se pensaba. Lo mismo volvió
a pasar con la mecánica cuántica, y hace poco ha vuelto
a pasar con la teoría de cuerdas. Todos pensaban que el mundo
tiene cuatro dimensiones y no, son 26 dimensiones.
Pero esa teoría no está probada.
No importa, sólo la posibilidad es interesante.
¿Trabaja usted también en estos problemas?
No profesionalmente, pero me interesan. Y parte de mi trabajo
está relacionado con ellos. He trabajado en algo increíblemente
bello y simétrico llamado el monstruo. Forma parte de un gran
proyecto para integrar todas esas simetrías de que hablaba antes.
Integrándolas todas sale este monstruo que estudio.
¿Qué forma tiene?
Uf... Piense en una bola de árbol de Navidad. Pues el monstruo
es algo parecido, sólo que, desafortunadamente, vive en un espacio
de 196.883 dimensiones.
¿Perdón?
Sí, 196.883 dimensiones. Qué puedo decir, es tan
bello...
