DISEÑO
En
el último espectáculo de la Fura dels Baus, OBS,
se requirió la integración de tres mujeres. El grupo es
duro, como sus obras, y en él la convivencia no siempre es plácida.
Una alemana y una catalana son de la partida.
Por
Sandra Chaher
Los furos
o fureros son viejos conocidos en Argentina, como en muchos
países de Europa y América latina. Vinieron por primera
vez a comienzos de los 80 dejando quizá su semilla más
próspera: La Organización Negra. De ese festival cordobés
en el que presentaron Accions, lo que recuerda la mayoría es
que quemaron un auto (la democracia estallaba y la cultura también).
Volvieron. Casi siempre el grupo inicial de actoresfundadores, después
otros actores dirigidos por estos históricos del teatro-acción
que llevan 21 años en escena y que aunque ahora sus recursos
puedan tararearse como melodías conocidas, no puede dejar de
reconocérseles el talento de darle forma a un lenguaje que esperaba
ser creado: el de la emoción directa, el golpe a los sentidos,
la sorpresa. Al principio fueron sólo hombres (en verdad, en
el comienzo, cuando todavía hacían teatro callejero en
Barcelona, las mujeres compartían la aventura), en los últimos
espectáculos hubo furas también, aunque como
integrantes de una compañía sin figuras, como unas
más entre el grupo que corría aparentemente descentrado
por la sala-galpón-estadio donde se presentaran. Y llegó
OBS, o cómo usar a Macbeth para hablar de la violencia, el sexo,
el poder y el crimen.
OBS fue pensado hace dos o tres años sobre la adaptación
de la codicia del rey nórdico narrada por Shakespeare. Los furos
originales, fundadores, que alguna vez fueron nueve, ahora siete y están
por quedar seis, ya no actúan. Sólo piensan,
conciben cada obra, eligen a los actores que las van a interpretar,
las montan y las mandan a dar vueltas por el mundo. Para OBS hacían
falta tres mujeres, las tres brujas de Macbeth. Buscaban una sexy,
una atlética y una anoréxica, dice la que fue elegida
como anoréxica aunque después engordó unos kilillos
porque estaba mal y no me quedaba bien. Es alemana, tiene
33 años y se llama Gudula Mueller-Töwe. Es como una espiga
de flaca y alta, con un pelo rubio largo y lacio y ojos celestes saltones.
Llegó a Barcelona desde Berlín buscando un intercambio
cultural. Venía de una formación clásica y llegó
a la Fura buscando algo diferente. Se presentó al casting y quedó,
previo susto de aquéllos cuando la prueba exigió el strip-tease
de rigor, y ahora es, además de una más del pueblo, la
Lady Macbeth final, la demente, la que se ahoga en su propia conciencia.
Ya no le funcionan ni el cuerpo ni la mente. Entendí por qué
una mujer tiene que morir loca si ha pasado por una montaña de
muertos. Lo que me costaba al principio, pero que ahora está
muy claro, es esta fuerza que tiene ella, que es una interpretación
que le da la Fura. Son ellos, los directores, los que han elegido que
el hombre sea tan tonto, siendo ellos hombres. Y la primera Lady,
la sexy Gloria Rámia, la que se vio en los afiches que empapelaron
la ciudad, es la que con sus encantos físicos atrapa a Macbeth
en la red del placer para que el hombre llegue a ser un rey endemoniado
y demente también. Lady Macbeth es la que tira la piedra
y esconde la mano. Le dice Haz esto, pero no se muestra.
Y cuando él está desconcertado y va hacia ella, ellale
dice No, tú tienes que estar ahí delante y dar la
cara. En el banquete él empieza a ver los fantasmas, entonces
Lady Macbeth está detrás de él, cuidando que no
se desmadre demasiado, no te pases de la raya, no te pases de
la raya, porque ahora eres el rey y si ven que estás loco vamos
a perder la corona.
OBS se estrenó el 1º de mayo de 2000 en Bruselas y estará
dando vueltas hasta diciembre de 2001. Tres meses de ensayo intenso
y un año y medio de convivencia con un grupo con el que
somos como hermanos, pero como a los hermanos, a ellos tampoco los eliges,
dice Gudula sobre la convivencia en un proceso creativo particular.
La manera de hablar entre los fureros es bastante dura, dicen
las cosas de una manera muy clara y eso es una forma de hablar que desarrollas
si trabajas muchos años con una gente que sabe cómo tomarlo
y que no tiene susceptibilidades. Te tienes que acostumbrar a eso, pero
los ensayos te preparan para las actuaciones, porque después
te enfrentas con mil personas que están a diez centímetros
de ti y si no vigilas te aplastan. La Fura es una empresa que
tiene muchos sitios propios en Barcelona, dice Gloria, pero donde
ensayábamos era donde estaban las oficinas y todo el mundo pasa
por ahí. Tú estás haciendo tu strip-tease y están
soldando una máquina al lado, un perro corre por en medio. La
Fura más que una buena interpretación, o un análisis
de tal personaje, o un concepto de movimiento supersutil y limpio, lo
que pide de un actor es un ver todo: tú estás entre mil
personas, con estructuras de hierro, con agua, con piso resbaladizo,
estás tú que tienes que hacer un papel, entonces se pide
un máximo de concentración.
Gudula y Gloria comparten cuarto, comparten género y seguro alguna
que otra cualidad femenina, pero no son amigas. Parecen haber aprendido
el lenguaje furero para ser claras entre ellas sin herirse, como si
ya hubieran hablado el tema mil veces, o como si lo supieran sin hablarlo.
Estamos en momentos diferentes de la vida, es una explicación,
o lo ideal siendo dos mujeres es que la otra se convirtiera en
tu amiga íntima, pero nos gustan cosas distintas es otra.
Gudula es más abierta y expresiva y parece haber establecido
un vínculo cómplice con sus hermanos varones.
Siempre se me ríen, me han desaprobado casi tres veces
en cachondeo, una disciplina casi española que parece
que las bárbaras vikingas no entendemos cuenta riendo.
Dicen que yo me enojo. Hay que verse entre un grupo de 15 hombres que
te dicen pero si tú no tienes tetas, aunque sea con
el cariño de un hermano. Hay muchas bromas tontas, de hombres,
esa cosa de que vamos a la discoteca y nos va a ir bárbaro
porque tenemos un par de cojones, pero yo los encuentro más
solidarios que las mujeres. Yo tuve grupos sólo de mujeres donde
aparecían cosas que se tomaban como muy personales, mucha competencia.
Gloria en cambio extraña la complicidad femenina. Hecho
de menos a la mujeres de una forma que no te lo puedes imaginar. En
todo, en cómo intimar. Yo tuve también experiencias de
trabajo con mujeres y no viví competencia. Pero acá, con
las giras, con todo, te vas poniendo como muy dura. Yo necesito a la
mujer. Y lo dice en el sentido más fraternal del término,
porque tiene su novio que en Semana Santa se hizo una escapada desde
España y con el que en unos minutos se irá de paseo.
