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R.E.M. explicado
por ellos mismos
Está claro que Reveal merece un lugar entre lo mejor del año,
a la vez que puede ser visto como el acta de refundación de una
verdadera institución rockera. No es poco mérito: aquí,
sus directos responsables explican cómo es que ingresaron en el
siglo XXI con tal gracia e inspiración, después de veinte
años de agitada vida pública y masiva.
POR PABLO PLOTKIN
No
es casual que Reveal, el primer álbum de R.E.M. en el siglo XXI,
empiece con una canción que pretende desintegrar la red que separa
realidad y fantasía. The Lifting, de la que Buenos
Aires y Río de Janeiro tuvieron una escucha exclusiva el verano
pasado, es el primer poema de una serie de doce en que Michael Stipe le
declara la guerra a la gravedad a la ley de la gravedad, y
diluye cuestiones básicas de tiempo y espacio hablando de recuerdos
de cosas que nunca conociste, sueños de océanos
y ciudades sumergidas. Reveal es un disco escrito con el pulso puesto
fuera de la Tierra, y para volar lejos da lo mismo un viaje a Reno, una
zambullida a una pileta fría o descubrir Saturno a través
de un telescopio. Aunque el anterior se llamara Up!, éste es el
verdadero primer salto en alto en la vida de R.E.M. como trío.
Cuando estás haciendo una canción, se trata de nadar
o hundirte, sabés, dice Stipe. No importa a qué
nivel estés. La canción va a ser buena o mala, por más
que seas la banda más grande del mundo o un grupo indie de Carolina
del Sur. No importa. Lo que importa es el trabajo, y ahí es donde
nosotros nos concentramos.
El trabajo los llevó a elegir un viejo recurso del pop: las orquestaciones.
Pero están tratadas con una delicadeza magistral, propiciando la
atmósfera de gravedad cero que exigen los textos de Michael. ¡Oh,
oh, gracias!, sobreactúa el bajista Mike Mills cuando se
le menciona vía telefónica el asunto de las cuerdas. Eso
es lo que queríamos lograr: que te elevaras con la música
al escucharlo. Se ve que hicimos un buen trabajo. Peter Buck, el
guitarrista, va algo más lejos: Mucha gente que nos rodea
cree que es el mejor álbum que hicimos jamás. Tal
vez no sea para tanto, pero lo cierto es que incluye algunas de las mejores
canciones que Stipe escribió en una década: Ill
Take the Rain se postula como la canción de amor del año,
y la ultrapop Imitation of Life puede ser su próximo
gran hit. Mills responde a la opinión semigeneralizada que consagró
a Reveal como el mejor disco de R.E.M. desde Automatic for the People.
Creo que tiene algo en común con Automatic... Tal vez tenga
el mejor puñado de canciones que escribimos en un tiempo, y también
es un disco en el que todo está relacionado, de la primera a la
última canción. Es algo más coherente y homogéneo
que algunos otros discos. Buck asiente: Sí, son como
capítulos de un mismo libro. A diferencia de Up!, que parecían
canciones aisladas.
Algo de prehistoria. Georgia, principios de los 80. Primero en Macon,
el pueblo de Mills y su compañero de secundaria Bill Berry, bajista
y baterista que comparten pequeños y dulces fracasos en banditas
de rock de la zona. Después, la mudanza de Mike y Bill a Athens
para inscribirse en la universidad local, donde conocen a Peter Buck,
que atiende una disquería, y a su amigo/cliente Michael Stipe.
Al poco tiempo todos abandonan los libros, debutan sobre el escenario
de una iglesia abandonada y, en 1982, entran a un estudio de Charlotte
(Carolina del Norte) para grabar su primer disco, una obra maestra titulada
Murmur. A partir de aquí se construye la historia grande de R.E.M.,
que tendrá casi una década de movimiento en las sombras
y un estallido popular detonado por el hit de hits Losing my Religion,
incluido en el ecléctico y también algo menospreciado
Out of Time (1991).
Creo que reaccionamos bien al éxito, dice Mills sobre
R.E.M. como celebridad modelo de equilibrio emocional (al menos eso apuntaron
alguna vez unos tipos como Kurt Cobain y Thom Yorke). Vender muchos
discos no cambió nuestra manera de pensar, y nunca hicimos lo que
la gente del negocio nos dijo que hiciéramos. Nunca nos creímos
la gran banda, ni cambiamos nuestra manera de vestir. Siempre hicimos
lo que nos parecía correcto. Y eso es lo que a todo grupo de rock
le gustaría lograr. Buck agrega: En nuestro caso, el
éxito tardó en llegar. Hicimos siete discosantes de volvernos
exitosos. Creo que el éxito es muy duro si te sorprende cuando
sos demasiado joven. Lo nuestro fue un trabajo de años y años.
Sí confirma Stipe. Si Murmur o Reckoning (segundo
disco) hubieran vendido 5 millones de copias, yo no estaría vivo
para contar el cuento.
Después del celebrado New Adventures in Hi-Fi (1996), en medio
del largo (y aparentemente inagotable) esplendor en la carrera de R.E.M.,
Berry decidió dejar el grupo al cabo de una cirugía cerebral
a la que fue sometido a raíz de un aneurisma que sufrió
sobre un escenario. El baterista y su familia se retiraron en una granja.
Fue difícil, aseguraba Mills cinco meses atrás
a su paso por Buenos Aires. Un período de una crisis bastante
seria. Después de casi veinte años, cuando sucede algo así,
tenés que sentarte y recuestionarte si realmente tenés ganas
de seguir con la banda. Era una decisión exclusivamente nuestra.
En un sentido, resultó saludable: cuando un bosque se incendia,
sólo queda esperar la regerminación. Creo que eso nos hizo
más fuertes, como amigos y como grupo. Estamos muy felices de haber
elegido permanecer. Stipe: Reveal es nuestro primer disco
como trío; en Up! éramos un cuarteto al que le faltaba el
baterista. Así que nos costó, pero lo resolvimos en tres
segundos, porque creo que ése fue el tiempo que necesitábamos
para saber si queríamos continuar. Y dijimos, sí, claro
que queremos seguir haciendo esto. Lo amamos, amamos trabajar el uno con
el otro.
- Desde ese momento crucial, ¿no volvieron a pensar en algún
tipo de separación?
Buck: Yo pienso en eso todo el tiempo. A veces pienso si debería
estar haciendo esto a mi edad. Me aterra la posibilidad de hacer un disco
embarazoso. Para eso es que trabajamos muy duro, para hacer buenos discos,
componer buenas canciones. Eso es lo que nos mantiene unidos.
- Pero, supongamos... Después de R.E.M., ¿qué
podría llegar a ocurrir con ustedes?
Buck: Yo voy a trabajar en la granja de Bill (risas). No, en
serio: siempre voy a tocar, siempre voy a escribir canciones.
Mills: Sí, nada más cambian las condiciones. Mirá
a Patti Smith, por ejemplo, sigue siendo tan interesante como siempre.
Creo que es cuestión de mantener la autenticidad. Por el momento,
disfrutamos mucho tocando juntos. El día que eso no ocurra, nos
miraremos a la cara y diremos: Ok, suficiente. Todavía no sucedió.
Todo el mundo habla de R.E.M. como una banda casi perfecta. ¿Cuáles
son sus puntos débiles?
Mills (vuelve a sobreactuar): ¡OoOooohh, Dios Santo...!
¿Puntos débiles de R.E.M.? Eeemmm... No lo sé. Creo
que no tenemos puntos débiles. Tal vez no seamos técnicamente
los mejores músicos del mundo, pero somos buenos tocando... Y hacemos
sólo lo que nos sale bien.
Noticia
de ayer, extra
Un par de semanas atrás, una mención publicada en el último
párrafo de una entrevista del semanario estadounidense Time se
multiplicó en un alud de titulares de primera plana para la prensa
británica. En el reportaje en cuestión, Michael Stipe comentaba
lo feliz que estaba con su actual pareja, un hombre
increíble con el que convive desde hace tres años.
Los ingleses gritaron: ¡Chocolate por la noticia!, e
imprimieron títulos del tipo MICHAEL STIPE: SOY GAY.
Más allá de que la sexualidad del poeta y cantante de R.E.M.
no era precisamente un misterio, sorprende la voracidad con que una sociedad
que se supone libre de prejuicios de esa clase se abalanza sobre un asunto
poco menos que jurásico como rock & homosexualidad. Por
alguna razón, Inglaterra tiene una gigantesca maquinaria de tabloides,
intenta explicarse Mike Mills. Tienen como seis u ocho diarios que
son puros rumores, insinuaciones y buscan escandalizar a la gente. Estados
Unidos también tiene lo suyo, pero no al nivel británico.
Hicieron un gran circo de algo que en verdad no es una historia novedosa.
Era una noticia vieja: desde hace siete u ocho años todo el mundo
sabe que Michael es gay, pero ellos lo trataron como si fuera información
divina. Muy raro.
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