La
nueva vida de Tricky: curado, neoyorquino y amistoso
¿Príncipe
de las tinieblas yo?

Debería hablarse
del ex chico malo de Bristol, el representante del adversario en la Tierra,
el hombre que inventó y al mismo tiempo deformó el trip hop. Todo en tiempo
pasado. Ahora, Tricky se rodea de músicos norteamericanos, desde Alanis
Morissette hasta Cyndi Lauper pasando por los Red Hot Chili Peppers, y
declara un estado de bienestar que, debe convenirse, suena desconocido
en él.
POR PABLO PLOTKIN
Sale otro disco de Tricky y
entonces te das cuenta de que un artista es algo más que su estado
de ánimo. En otras palabras: el tipo era bueno como el principito
arrabalero de las tinieblas y es también bueno ahora, cuando invita
a Cyndi Lauper y a los Chili Peppers a grabar y declara sus ambiciones
de estrella radial. Blowback, segundo álbum luminoso de un sombrío
rosario (el anterior, Juxtapose, tenías sus rendijas de luz), es
la señal definitiva de que el humor de Tricky cambió. La
tensión preapocalíptica dejó lugar a la paz espiritual
del exculpado y entonces ahora se pregunta: ¿Quién
quiere que el pecador se aparezca en la cena? (Evolution Revolution
Love). Y la esencia claustrofóbica de su ciudad natal fue
barrida a las trompadas por el sonido de una patota del Bronx, en donde
el autor viene pasando muchas horas últimamente junto a su amigo
y colaborador jamaiquino Hawkman.
Blowback (soplarle el humo en la cara a tu pareja, una suerte de beso
jamaiquino, podría traducirse) es lo más EE.UU. y rockero
que dio Tricky hasta la fecha. Figúrense: participan de la obra
los Peppers Kiedis, Frusciante y Flea, la canadiense Alanis Morissette,
la entrañable Cyndi Lauper (rescatada y descongelada de la cámara
de frío de los 80) y el cantante de Live, Ed Kowalczyk. Hay
una versión más sombría aún que la original
de Something in the Way de Nirvana. Inspirado en la tradición
de la música negra energética, Tricky está más
anabólico que psicotrónico. Los días de las invención
del trip hop parecen haber quedado lejos (fue a principios de los 90
que conjuró, junto a Massive Attack, ese subgénero tan oscuro
y distinguido). El puerto de Bristol empieza a presentársele chico
y el artista viaja a Nueva York para reencontrarse con el rap crudo, las
guitarras eléctricas y las ganas de vivir.
Pero, ¿de dónde provenía tanta paranoia, tanto sufrimiento
y tanto dolor? ¿Qué clase de mal afectaba a Tricky la primera
vez que hubo noticias grandes de él, al editar su primer e insuperable
álbum solista, Maxinquaye (1994), y en sus menores pero por lo
general dignos sucesores? Ni él mismo lo supo hasta dos años
atrás, cuando consultó a un médico que le diagnosticó
un extraño hongo en el estómago, de nombre cándida.
Te arruina la cabeza, describe el afectado. Y el cuerpo.
Te produce paranoia, furia... La gente que trabajaba conmigo me recomendó
que fuera a un psiquiatra. Tenía muy mal carácter. Estaba
hasta las manos de todo. Enojado constantemente. Violento. Deprimido.
Iba por la calle y oía cosas, creía que la gente murmuraba
maldiciones sobre mí. No había mañanas, tardes, noches.
Todo era lineal. Todo era oscuridad. Echale la culpa al hongo, entonces.
O agradecéselo, porque Tricky es Tricky, en parte, gracias a su
talante de dealer mal llevado. Pero entiéndase: existen millones
de tipos malhumorados que en toda la eternidad no habrían podido
escribir un verso de Hell is around the Corner.
Lo cierto es que Adrian Thaws, el pibe cuya madre Maxine Quaye
se mató cuando tenía cuatro años y que vivió
siempre al borde de la ley hasta que su genio explotó con los Wild
Bunch (luego Massive Attack), se sometió a un tratamiento para
eliminar ese hongo estomacal y parece haber recuperado el ánimo.
Juxtapose tenía lo suyo, pero Blowback es el verdadero primer documento
de la resurrección. Aunque la voz de Tricky siga sonando cavernosa,
el negro ahora llega a niveles de ternura insospechados. Your Name
es una baladita neo-folk, ligeramente psicodélica, donde el dúo
con la dulce Ambersunshower su nueva musa, Martine pasó al
olvido alcanza la consistencia de la miel. Luego, su amigo Hawkman
agarra el micrófono en Diss Never (Dig Up we History)
y todo se vuelve profundamente raggamuffin. Entonces entra el viejo y
sombrío Tricky en las estrofas del denso Bury the Evidence
(Enterrá la evidencia) pero, a diferencia de los viejos tiempos,
ahora estallan unas guitarras eléctricas que recuerdan a Rage Against
The Machine. No soy rockero, pero puedo producir un álbum
tan bueno como el de los diez mejores grupos del mundo, asegura.
Me consideran un artista electrónico, soy de los presuntamente
responsables de la liquidación del rock. Pero el rock y el reggae
son las músicas más sólidas que hay, las que tienen
raíces más fuertes. Escucho que el rock está muerto.
Es ridículo. Y pienso: hagamos rock. Tricky se enorgullece
de su condición de paria: Tengo mis propios santos, y no
soy parte formal de ningún género: no soy del rock, ni del
hip hop, ni del garaje, ni del jungle. Y si bien el hombre de los
rasgos dolorosos es un fanfarrón intratable, debe decirse que no
está mintiendo: Tricky es sólo Tricky. Unico. ¿Como
la gente que lo escucha? Ahí va de nuevo: Mi música
nunca te va a resultar indiferente. Podés amarla, podés
odiarla, pero siempre te va a producir una sensación fuerte. Y
eso me encanta.
Presente y futuro
de massive attack
Y
entonces quedaron dos
Pasaron
ya diez años desde que el trío Massive Attack y
su conciudadano Tricky entonces Tricky Kid editaron
su obra maestra/disco debut, Blue Lines, e inventaron el trip
hop, una relectura narcotizada del hip hop y el reggae. Durante
los 90, la banda trabajó a su ritmo y editó
esporádicamente otros tres discos muy buenos: Protection
(1994), No Protection: Massive Attack vs. Mad Professor (1995)
y Mezzanine (1998). Fieles a su ritmo relajado, los de Bristol
(ahora un dúo) preparan su quinto álbum, que estaría
a la venta hacia fines de este año o en la primera parte
del 2002. Estuvieron grabando en una granja británica junto
a los Lupine Howl (banda integrada por los expulsados de Spiritualized)
largas sesiones instrumentales. El problema es que no tenemos
un vocalista líder, dijo recientemente Robert 3D
del Naja. Yo puedo cantar cinco o seis temas antes de que
todo se vuelva unidimensional, por mis limitaciones como cantante.
Volverán a contar con las colaboraciones de Liz Fraser
(de Cocteau Twins) y Horace Andy, el veterano músico jamaiquino
rescatado por ellos y editado por su sello Melankolic. No
estamos apurados, confirman. Sabemos que hay mucha
gente que aprecia lo nuestro, pero no nos manejamos por las reglas
del mercado. Las últimas apariciones de los Massive
tuvieron que ver con otros proyectos. 3D remezcló
un tema de los Dandy Warhols (Godless) y el dúo
grabó junto a David Bowie Nature Boy, un clásico
que alguna vez interpretaron Nat King Cole, Sinatra y Louis Armstrong.
El tema fue a parar a la banda de sonido del film Moulin Rouge.
Adam Yauch, de los Beastie Boys, los invitó a participar
del Tibetan Freedom Concert (el 15 de septiembre, en Londres),
pero no es seguro que se presenten: Sólo queremos
volver a tocar en vivo si planeamos algo realmente distinto y
radical.
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