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SUPLEMENTO DE HUMOR DE PAGINA/12

 

 

LOS NUEVOS PLANES DE MINGO

PLAN MANOS DE TIJERA
Un regimiento de coiffeurs con comprobada experiencia en el poder (ex peluqueros de Menem) recortan al 13% todo lo que vean o huelan.

PLAN TITANIC:
Plan económico con final de película para el país, en donde sólo se salvan algunos ricos.

PLAN MANCHA CONGELADA:
Consiste en que todo lo que toque Cavallo se congele, así sean sueldos o crecimiento del país.

PLAN ASALTO EXPRESS
Plan dedicado a la Clase Media. Los ladrones está claro quiénes son, lo que se desconoce es si los 35 millones de argentinos pasamos a ser asaltados o rehenes.

PLAN DON TORCUATO
Este plan será a nosotros lo que el juez Urso es para Menem: Nos impedirá llevar a nuestras esposas a comer afuera.

PLAN CELULAR
Los argentinos pasamos a ser teléfonos. Cada vez que el FMI llama, sonamos todos.

PLAN SOMMIER
Variante clasemedista de una antiquísima costumbre. Según este plan, todo aquel que no puede ahorrar plata en el sommier, lo vende.

PLAN BONOS
Emisión de suaves, pequeños y ergonómicos bonos, impresos en papel higiénico, para que si no nos los aceptan los comercios podámoslos metérnoslos cómodamente en el tujes.

PLAN TORTA DE BODAS:
Todos los trabajadores de una misma empresa tiran de la cintita. Al que le toque el anillo, se evita el ajuste del 13% de su sueldo. Le recortan sólo el 10 %

PLAN BONAERENSE
El sueldo se paga en zapatillas firmadas por Ruckauf, y el aguinaldo en medias tres cuartos autografiadas por Duhalde.

PLAN DIVORCIO
Consiste en la separación de la Alianza. El Frepaso se lleva todas las promesas incumplidas, la UCR la baja intención de voto y cada fin de semana se turnan para sacar a pasear la crisis.

 

Toma de rehenes

Por el Prof. Sócrates Mosqueto

Hoy por hoy, la mayoría de los argentinos lo admitimos: hay que bancarse el ajuste. Cierto que no nos parece bueno ni equitativo. Pero, por más que nos duela el recorte a sueldos y jubilaciones, sabemos que, si no lo admitiéramos, una catástrofe mortal se abatiría sobre todo el pueblo. No hay más remedio.
Es más, cada ciudadano debería contribuir desarrollando nuevos y creativos métodos de recaudación, a fin de que el terrible riesgo del default no se abata sobre nuestras cabezas. Un método práctico es la toma de rehenes: el Estado debe contar con bandas armadas que se ubiquen en distintos barrios y retengan por la fuerza a sus habitantes hasta tanto ellos o sus familiares aporten un rescate, que se utilizará para paliar la grave crisis financiera.
Lógicamente, conviene elegir barrios más bien pobres, que no tengan vigilancia privada. Sin embargo, este método resulta limitado por su condición puntual: operativos de ese tipo, por la cantidad de personal y recursos que requieren, sólo de vez en cuando podrán hacerse en cada barrio. Lo mejor sería hacer las cosas de modo que los efectos del operativo perduraran: por ejemplo, en vez de pedir rescate esa vez sola, rebajarles a los secuestrados sus sueldos o jubilaciones, de modo que los efectos beneficiosos del operativo se prolongaran indefinidamente.
Pero hay un problema: ¿cómo lograr que, después de que se retiró la banda armada, una vez que finalizó la toma de rehenes, los vecinos sigan aceptando que les quiten el sueldo o la jubilación? Habría que contar con una amenaza que se prolongara en el tiempo, sin necesidad de armas y con efectos similares. Ojalá existiera una cosa así.

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