LA PENINSULA DE BAJA
Entre el Pacífico y el Mar de Cortés
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California
mexicana
Baja
California es un lugar extraño y sorprendente. Estrecha franja
de tierra con playas de arena clara y montañas que caen al mar.
Centros turísticos con glamour cinematográfico, antiguas misiones
franciscanas y pueblos mineros abandonados se combinan en un paisaje
sembrado de cactus.
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Por
Rodrigo Sosa
Las playas de
Baja California parecen sacadas de una película. La arena fina
y suave se escurre entre los dedos. El mar azul y el cielo completamente
soleado parecen eternos. Junto con un clima donde casi nunca llueve,
las montañas cargadas de cactus son la escenografía perfecta
de un paisaje californiano. Hacia el oeste, el océano Pacífico
vuelca sus agitadas aguas sobre la costa. Del otro lado de la península,
el Mar de Cortés, un tanto más amable y de aguas tibias,
separa Baja California de la costa continental de México.
El corredor
de Los Cabos Al sur de Baja California es donde se encuentra la
mayor actividad turística de la península. Bordeando el
último tramo del Mar de Cortés se encuentra una franja
costera de 33 kilómetros conocida como el corredor de Los Cabos,
una zona con playas y lujosos hoteles 5 estrellas, cargada de cierto
glamour cinematográfico.
Diez
kilómetros al norte de la pequeña ciudad de San José
del Cabo, se encuentra el aeropuerto internacional de Los Cabos, al
cual arriban aviones de todos los rincones de México y muchos
de EE.UU. Llegar por aire a Baja da una buena idea del lugar. La vista
desde el cielo es una instantánea de aquello que lo distingue:
mar azul y playas que se continúan en un desierto de grandes
cactus, pero también grandes hoteles y condominios. Además,
todo tiene el condimento que le dan los numerosos contingentes provenientes
de EE.UU., que imprimen su idiosincrasia particular a la zona. De esta
especial mezcla entre lo mexicano y lo norteamericano, junto con las
bellezas naturales, surge el estilo de la California mexicana en el
corredor de Los Cabos.
San José del Cabo es la zona más típicamente mexicana
del corredor. En esto influye su historia. Fue fundada en 1730 con el
asentamiento de una de las tantas misiones que los jesuitas establecieron
en Baja y en Alta California. Alrededor de la plaza arbolada, junto
a la restaurada iglesia de la época jesuítica, se encuentran
algunas casas de aire colonial que componen una atmósfera acogedora.
Aquí se encuentran negocios de ropa y artesanías, galerías
y restaurantes. Por las noches se impone un clima de pueblo tranquilo
y de cena con velas.
Las playas de San José, a un kilómetro del centro, son
amplias y están surcadas por suaves cerros. Los amaneceres son
de una calma maravillosa. Todas las mañanas, cuando el sol empieza
a asomar desde el mar, bandadas de pelícanos vuelan en formación
hacia el norte. Cuando el sol se pone detrás de los cerros, regresan
ordenadamente en dirección contraria. Las playas invitan a permanecer
y contemplar simplemente las bondades de la naturaleza. Varios restaurantes
frente al mar son una opción para continuar con el disfrute de
la playa.
El fin de
la tierra En el otro extremo del corredor se encuentra una de las
joyas de Baja: cabo San Lucas. Aquí es donde termina la península,
en una punta de piedra que se va estrechando hacia el sur hasta que
la última roca desaparece debajo del agua. Este es el punto de
encuentro del Mar de Cortés y el océano Pacífico.
Un lugar privilegiado.
Al llegar a cabo San Lucas, lo primero que deslumbra es la imponente
imagen de las rocas que, como una colosal espina dorsal, van
cayendo en el mar. Escondidas entre los murallones naturales de caprichosas
formas, se encuentran algunas de las más hermosas playas de Baja
California, como la Playa de los Amantes.
La forma más sencilla de acceder a estas playas es tomar un barquito
en la marina de la ciudad y realizar un paseo de 45 minutos que recorre
las últimas rocas de la península. Pasa por el famoso
Arco de Piedra, icono natural de cabo San Lucas, mientras se aprecian
peces de colores a través del cristal del fondo de la embarcación.
Los pasajeros pueden descender en las playas y luego, por la tarde,
ser recogidos. Otra forma de llegar es trepar por las rocas desde la
última playa accesible a pie. Playa de los Amantes, o más
publicitariamente Lovers Beach, es una enorme extensión
de arena en la estrecha franja del final de la península. Rodeada
por acantilados de increíbles formas moldeadas por el océano,
es uno de los mejores escenarios imaginables para una playa. El gris
intenso de la roca se combina maravillosamente con el azul profundo
del mar, el celeste del cielo y el amarillo de la arena. En un punto
las altas paredes rocosas abren un sorprendente portal que permite a
la playa conectarse con los dos mares. Aquí se puede elegir entre
reposar en la playa sobre unas aguas turquesas del Mar de Cortés,
o cruzar unos pocos pasos hasta la otra, sobre el agitado océano
Pacífico.
Cabo San Lucas es el centro turístico más importante de
toda la península y uno de los lugares preferidos por los pescadores-deportistas
de alta mar. Con hoteles y restaurantes que cubren una amplia gama de
gustos y posibilidades, cuenta también con galerías, bares,
discos y una cartelera de espectáculos que prolongan en la noche
las diversiones del día.

Antiguas
misiones Baja California no es sólo un lugar de playas y
hoteles. El interior de la península muestra paisajes sorprendentes
valles desérticos poblados por las más variadas formas
de cactus. En este paisaje típico del dibujo animado del correcaminos,
se encuentran algunas de las joyas misionales que sobrevivieron al paso
del tiempo, como San José del Cabo, o Loreto más al norte.
Además de las misiones, otro de los puntos turísticos
de importancia es la ciudad de La Paz, capital de Baja California Sur,
y principal lugar de llegada de los ferries que unen la península
con el continente, ya sea con el puerto de Mazatlán o con Topolobampo-Los
Mochis. La ciudad de Los Mochis es el lugar de partida de un recorrido
impactante: el tren del Cañón del Cobre a Chihuahua, una
obra maestra de ingeniería que trepa por un cañón
más profundo que el Gran Cañón del Colorado. Pero
ese es otro viaje.

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Datos
útiles
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Alojamiento:
En la zona de Los Cabos, los hoteles y restaurantes tienen precios
de nivel internacional, y el dólar es moneda corriente.
Sin embargo existen opciones para un viaje económico. Dentro
del corredor, el área del centro de San José tiende
a precios más bajos en hotelería ($ 25/50 la habitación
doble). También se puede acampar o alquilar una casa rodante
como alojamiento en los llamados Trailers Parks, junto a la playa.
Cómo llegar: En ferry desde Mazatlán o desde
Topolobampo (17 hs. $30/ 10 hs. $ 20). En avión: Mexicana
de Aviación realiza conexiones desde las principales ciudades
de México. Precios: desde el Distrito Federal
$200 y desde Guadalajara $170.
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