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SANTA CRUZ
Parque Nacional Los Glaciares

Castillos de Hielo

Glaciar Upsala. Sólo se puede visitar en excursiones náuticas.

El destino más elegido de Semana Santa es uno de los más espectaculares paisajes de la Argentina. Emblema de la Patagonia austral, el glaciar Perito Moreno es una catedral de hielo que surge de las aguas del lago Argentino para asombrar por su belleza y dimensiones.

Por Graciela Cutuli

Poco importa que en la Cordillera haya cientos de glaciares (más de 300 en el muy bien bautizado Parque Nacional Los Glaciares). Cuando los argentinos decimos que “vamos de vacaciones al Glaciar”, hablamos de uno solo: el Perito Moreno. Esta masa de hielo que se levanta sobre el lago Argentino, a unos 80 kilómetros de El Calafate, es el glaciar por antonomasia, uno de los mitos de la Patagonia, donde se entremezcla en un laberinto natural el hielo con los bosques, las montañas y los ríos. En los últimos años, el turismo hacia este rincón patagónico donde la curva del globo ya parece peligrosamente pronunciada ha crecido sin pausa, de la mano de mejores infraestructuras turísticas y una mayor difusión que atrae a argentinos y extranjeros de todas partes del mundo. Para ir, entonces, sólo hace falta tomar un avión y aterrizar en el aeropuerto mismo de El Calafate, o volar hasta Río Gallegos y luego atravesar por tierra el tramo hasta la Cordillera, una opción que permite avistar maras, ñandúes y otros animales de la región: todas las opciones son buenas para acercarse a estas asombrosas paredes de hielo que hace veinte años fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por considerárselas como una de las grandes reservas de agua dulce para las futuras generaciones.

Campos helados El Parque Nacional Los Glaciares se extiende sobre unas 600.000 hectáreas de la provincia de Santa Cruz. Lo que vemos es un paisaje heredado de los tiempos de las glaciaciones, cuando toda esta región estaba sepultada bajo el hielo de lo que hoy son numerosos glaciares y los campos de hielo continental, que cubren más del 40 por ciento de la superficie del parque. Upsala, Viedma, Onelli, Frías, Mayo, Murallón, son algunos de los otros muchos glaciares que se encuentran en esta región, pero los tres kilómetros de ancho, 12 de largo y 50 metros de altura promedio del Perito Moreno eclipsan con facilidad a sus vecinos. El glaciar, además, es conocido por ser el único en el mundo en proceso de avance, un fenómeno que cada cuatro años producía la ruptura estruendosa de grandes masas de hielo que se estrellaban contra la superficie del lago Argentino. Los cambios climáticos, sin embargo, produjeron alteraciones en este proceso, y aunque las rupturas más pequeñas siguen produciéndose con regularidad, ya no se producen aquellos avances espectaculares registrados al menos desde 1935, que llegaban a veces hasta dos metros por día en el centro y medio metro en los bordes. Por ello el gran espectáculo del desmoronamiento, que convocaba a cientos de turistas con sus carpas al pie del glaciar, ya no se produce desde 1988. De ese año es la filmación más conocida, captada por las cámaras de la televisión japonesa.
Aunque el Perito Moreno es accesible todo el año, la mejor temporada es entre setiembre y mediados de mayo, ya que en pleno invierno las temperaturas son rigurosas. En verano, la temperatura promedio es de 1,6 grado, y en invierno de 1,8 grado, en tanto los largos días estivales –amanece a las 5.30 y oscurece a las 23– dan paso a jornadas con apenas ocho horas de luz en junio y julio. Resulta curioso pensar, frente a este paisaje increíble, que el Perito Moreno, a cuya perseverancia y amor por la Patagonia la Argentina le debe buena parte de las tierras de esta región, en realidad nunca vio el glaciar que lleva su nombre, aunque llegó a estar muy cerca.

Parejas de cauquenes a orillas del lago Argentino.

Reflejos de “leche glaciar” En el Perito Moreno y los glaciares cercanos se pueden apreciar las distintas zonas de distribución de los hielos. La parte superior se conoce como zona de acumulación, debido a las continuas tormentas de nieve; en tanto la inferior es la zona de ablación, una masa sólida que con el tiempo se hace más dura y transparente: es el hielo glaciario. El peso de este hielo duro y espeso provoca la erosión del fondo del glaciar y las paredes laterales, con el consecuente arrastre de rocas erosionadas: en los lugares donde el glaciar se derrite, las rocas se acumulan y forman la llamada morrena. Por otra parte, a medida que los glaciares avanzan se produce un desgaste en las rocas, lo que origina una suerte de polvo que queda suspendido en el agua: según la incidencia de la luz, este fenómeno –.llamado la “leche glaciar”– hace que las aguas se vean turquesa o verde, los mismos tonos que deslumbran en las fotografías de los lagos de esta zona.
Una de las aventuras que ofrece el Perito Moreno es el trekking sobre los hielos mismos del glaciar. Lo primero es embarcarse en un bote neumático que cruza el brazo del río Rico, hasta la bahía Bajo de las Sombras, a seis kilómetros del glaciar. Desde allí se sigue a pie hasta la margen sur del Perito Moreno, sobre el cual es posible aventurarse bien provistos de grampones y después de haber recibido instrucciones sobre cómo moverse por el hielo. De hecho, este minitrekking, de unas dos horas de duración, es una iniciación a la escalada en hielo, y permite conocer las grietas, sumideros y lagunitas que se forman en el glaciar.

Calafate y volver El Calafate, a orillas del lago Argentino, es el mejor lugar para emprender la excursión al Perito Moreno. Pueblo pequeño pero con encanto, los viajeros que llegan después de muchos kilómetros de soledad lo describen como un oasis verde de álamos y pinos que contrastan con el infinito amarillo de las estepas patagónicas que pueden apreciarse en el camino hasta el glaciar.
Durante una visita, no hay que dejar de cumplir con un rito patagónico: comer el calafate, esa baya azulada que le da nombre al pueblo y que promete a todo aquel que lo come que volverá a visitar estas tierras (si no es temporada, es posible respetar la tradición con una cucharada de las mermeladas caseras que se elaboran con el fruto). Cuenta la leyenda que tiempo atrás, cuando llegaba el invierno, las tribus de la zona atravesaban en carreta esta zona para buscar reparo en sitios más resguardados, y que una vez dejaron a una anciana en una de las chozas porque creyeron que no podría soportar el esfuerzo del viaje. Desconsolada, la anciana lloró tanto que se transformó en la planta del calafate, y sus lágrimas en los frutos. Por eso, se dice que todo aquel que coma el calafate volverá a visitarla en su solitario refugio. Suele contarse también, aunque es una referencia discutida por los diccionarios etimológicos, que como la resina del tallo y la raíz de la planta eran usadas por los marineros para reparar la madera de los barcos, de ahí nació la palabra “calafatear”.
Durante una visita a El Calafate, se puede asistir a algunos de los audiovisuales sobre la ruptura del glaciar, visitar el Museo Regional y pasear a caballo por el hermoso paisaje de la bahía Redonda del lago Argentino, muy cerca del centro, que permite avistar a pocos metros de las orillas parejas de cauquenes y cisnes de cuello negro. Saliendo unos 9 kilómetros del centro urbano, otro de los lugares para ver son las Cuevas del Gualicho (se organizan cabalgatas), cuyas pinturas rupestres fueron descubiertas por el Perito Moreno en 1877. Se calcula que estas obras, cuyo nombre era el de un dios tehuelche (aunque en realidad se cree que la palabra tiene unos 20 significados) tienen unos 4000 años de antigüedad, según estudios realizados con radiocarbono en 1988. Manos y escenas de caza son algunos de los motivos recurrentes, tanto en estas como en otras cuevas de la zona.

El glaciar Perito Moreno. La estrella de la Patagonia de hielo.

DATOS UTILES

Museo Regional El Calafate: Av. Libertador N 575. Telefax: (02902) 491081 (Conmutador Municipalidad). Abierto en temporada baja de lunes a domingo y feriados de 8.00 a 18.00. En temporada alta, de lunes a domingos y feriados de 8.00 a 20.00. Colección: exhibición de arqueología, geología, paleontología, flora, fauna (aves embalsamadas e insectos disecados), artesanías en lenga, herramientas y fotografías de los tehuelches. Museo accesible para personas con discapacidad motora.
Turismo en estancias: La Maipú, sobre margen sur del lago San Martín, a 100 kilómetros de Tres Lagos, 220 kilómetros de El Chaltén, 280 de El Calafate y 500 de Río Gallegos. 9 de Julio 570 (9300), Puerto Santa Cruz. Tel. (02962) 498233. E-mail: [email protected].
El Pilar: a metros de la RP 23 y a 17 kilómetros de El Chaltén. Ruta hacia el Lago del Desierto. A 230 kilómetros de El Calafate y 465 kilómetros de Río Gallegos. En El Chaltén: Teléfono: (02962) 493002.
Punta del Lago: en la margen norte del lago Viedma, a 10 kilómetros de la RN 40, 70 kilómetros de El Chaltén, 120 kilómetros de El Calafate y 360 kilómetros de Río Gallegos. Teléfono (02962) 497442.
Informes turísticos: Subsecretaría de Turismo de la Provincia de Santa Cruz. Avenida Roca 863, Río Gallegos. Telefax: (02966) 422702 . E-mail: [email protected]
En Buenos Aires: Suipacha N 1120 - Telefax: 4325-3098 / 3102. E-mail: [email protected]