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CORDOBA
Capilla del Monte

Buscando
el
Uritorco

En el departamento cordobés de Punilla, una excursión a la cima del cerro Uritorco, y tardes de campo en la finca Agua de los Palos, con cabalgatas, vertiginosas ascensiones a la montaña en cuatriciclo y vuelos en parapente. Pesca, balnearios y caminatas hasta las extrañas formaciones de Los Terrones.

Por Julián Varsavsky

Cuentan los relatos indígenas que un joven de nombre Uritorco concedió su amor a Calabalumba, la hermosa hija de un cacique hechicero. Debieron huir, pero el padre los persiguió hasta acorralarlos y convirtió al muchacho en cerro y a su hija en río; un río de lágrimas eternas que brota del lecho de piedra de la montaña, y lleva el nombre de Calabalumba. Para la cosmovisión indígena, el cerro Uritorco y el río Calabalumba eran dos seres vivientes y tenían carácter sagrado.
Al pararnos frente al Uritorco surge una extraña pregunta: ¿qué tiene este cerro de especial? Quizás sea ese halo sagrado que le imprimía el indígena a la monumentalidad de la naturaleza. Algo que, para muchos descendientes de las antiguas civilizaciones americanas, el hombre blanco invirtió al poner a Dios en el cielo y no en la tierra. De esta forma, la “Madre Tierra” habría perdido su carácter sagrado, y fue condenada a la depredación.

 

HACIA LA CIMA Al atravesar un puente colgante, caminamos sobre Calabalumba y enfilamos hacia Uritorco. Ascendemos por un angosto sendero que parece excavado sobre la piedra rojiza, con numerosos quebrachos colorados a cada costado. La rocas de la pared montañosa permiten ver algunas de las setenta clases de minerales que yacen en el cerro: granito, cuarzo y mica son los más comunes. Una diversidad de hierbas aromáticas conjugan sus fragancias en un olor a duraznos. En el camino nos topamos con especies como la peperina, la chirca –con su florcita amarilla–, el molle y la acacia. Por momentos pareciera que todos los pájaros del mundo se hubieran dado cita tras al camuflaje vegetal. Un observador agudo podrá identificar al zorzal, al jilguero, al rey del bosque, la reina mora, el pájaro carpintero y grupos de alborotados loros.
El ascenso es bastante empinado pero sencillo y el guía nos recomienda caminar con pasos muy cortos para evitar el cansancio. El camino está muy marcado y podríamos haber prescindido del guía, pero nos perderíamos todos los detalles sobre la fauna y la flora autóctonas, cuyas distinciones sólo se pueden identificar con la ayuda de un lugareño. Así descubrimos que el pájaro que más se oye es el crespín –al cual casi nunca se lo ve–, y que el particular aroma a alcanfor que aspiramos proviene del llamado “palo amarillo”.
Luego de una hora larga arribamos al primer descanso, rodeado de una espesa vegetación que a medida que subamos irá decayendo. En 40 minutos llegamos al segundo descanso, donde apenas hay dos acacias pequeñas. Estamos a 1400 metros sobre el nivel del mar, y a 400 metros de la base del cerro. El camino obliga a un esfuerzo cada vez mayor, pero carece de lugares peligrosos. Al rato se llega al Valle del Silencio, un claro en el terreno rodeado de picos montañosos, donde muchos deciden acampar.
El sendero continúa en zig-zag por otros 800 metros en dirección a la cima. Nos detenemos a beber agua de un manantial y a comer los frutos de la chaura, unas manzanas diminutas de agradable sabor. Finalmente, un último esfuerzo nos lleva al punto más alto del cerro, donde alcanzamos los 1979 metros. Desde allí se ven las Salinas Grandes –en el límite con La Rioja y Catamarca–, que se asemejan a un lago blanco. También se divisan el dique de Cruz del Eje, y toda la cadena de las Sierras Chicas. Las ráfagas de viento son muy violentas y jugamos a abrir la campera de par en par con las manos en los bolsillos, inclinándonos hacia delante, como si fuésemos a caer. Pero una “misteriosa” fuerza nos sostiene... el viento. En realidad, aquí la verdadera magia es la belleza de la naturaleza, y alcanza y sobra para atraer cada año a millares de turistas que llegan “hechizados” por las fotos que alguna vez han visto del paisaje que rodea a Uritorco y Calabalumba.

Agua de los palos

Este emprendimiento privado, al pie del cerro Las Gemelas, es el lugar ideal para pasar un día de campo. Hay juegos construidos con madera para los niños, una confitería con una excelente panorámica del valle donde se toma el té con tortas caseras, y una gran piscina. Desde aquí parte una cabalgata entre las montañas hasta el dique Los Alazanes ($ 28), y una excursión en un poderoso cuatriciclo que sube a toda velocidad por la empinada ladera de Las Gemelas ($ 15). El chofer transporta dos personas que se deben sujetar fuertemente para no salir despedidos del vehículo mientras a los costados saltan algunas extrañas langostas anaranjadas. Al llegar a la cima, si algún valiente se atreve, se puede bajar en un parapente biplaza conducido por el dueño de la finca, observando de costado el imponente Uritorco, recubierto de una fina capa de terciopelo verde.



El imperdible de la zona

A 14 kilómetros de Capilla del Monte se realiza una caminata hasta una extraña formación sedimentaria conocida como Los Terrones, que se debe agendar entre los imperdibles de la zona. Se parte desde un sendero que depara ciertas dificultades técnicas relativamente fáciles de sortear. En primer lugar se desciende hasta un cañón, donde fluye un arroyo. La caminata bordea las aguas, y llegado cierto punto se camina entre dos escarpadas paredes de 100 metros de altura formadas por la erosión del agua. Las paredes son de una arenisca de color rojizo que se va desmoronando al tocarla. El arroyo se quiebra en numerosas cascadas y al rato se comienza a ascender con la ayuda de algunas escaleritas metálicas instaladas para facilitar el paso en los desniveles más pronunciados. Al salir del cañón se desemboca en un mirador que está justo frente a los cuatro colosales terrones que bautizaron el lugar. El circuito continúa cuesta abajo –muy lentamente para evitar resbalarse–, pasando muy cerca de los cuatro colosos de arena que, a simple vista, podrían derrumbarse por una tormenta (lo cual es imposible). El descenso continúa en zig-zag por un sendero hasta llegar al punto de partida y completar este circuito circular de dos horas.

 

Datos útiles

Cómo llegar: un pasaje de avión ida y vuelta a Córdoba cuesta $ 170. Desde la terminal de ómnibus de Córdoba parten varios micros por día hasta Capilla del Monte. El micro desde Retiro cuesta alrededor de $ 35 directamente hasta Capilla del Monte (12 horas). Capilla del Monte queda a 81 kilómetros al noroeste de Córdoba capital, en el departamento de Punilla.
Promoción pretemporada: la Subsecretaría de Turismo de Capilla del Monte lanzó una promoción con las líneas de micros Urquiza y Chevallier, mediante la cual se ofrece un paquete para dos personas que incluye traslados en bus semi-cama, 7 días (con 4 noches de alojamiento) con media pensión y dos excursiones, por $ 147 por persona (hotel dos estrellas) o $167 (cabañas u hotel 3 estrellas). La promoción se puede contratar hasta el 15 de diciembre al teléfono 4303-6198 al 6206 www.acapilladelmonte.com.ar
Dónde alojarse: un hotel 3 estrellas cuesta $ 50 la habitación doble con desayuno. Uno de 2 estrellas ronda los $ 35 por habitación, y uno de 1 estrella, $ 25. Un bungalow para cuatro personas cuesta $ 60. En el camping del balneario La Toma se cobra $ 10 por carpa.
* El Hotel Roma dispone de piscina y está catalogado como “Dos Estrellas”. Corrientes 387. Tel.: 03548-481083. Ofrecen habitaciones dobles desde $ 35 en adelante.
* Cabañas El Remanso. Tel.: 03548-481007 E-mail: [email protected]
Dónde comer: en la Diagonal Buenos Aires (Calle Techada) hay un restaurante de nombre Ca Mon II donde se puede comer el mayor manjar de la zona: cabrito asado, $ 8 por persona.
Excursiones: el cerro Uritorco queda a 4 kilómetros de Capilla del Monte. El ascenso lleva unas 4 horas, y un poco menos se tarda en descender. La entrada cuesta $ 3. En la Secretaría de Turismo, ubicada al final de la Calle Techada, se entrega un listado de guías habilitados. Cobran la excursión alrededor de $ 15 por persona, y de todas formas se puede subir sin guía, ya que los senderos están bien demarcados. Conviene llevar algunos bocaditos salados, agua y abrigo. Se tarda 6 horas en total, y está permitido acampar sobre el cerro. Desde la plaza del pueblo parten micros hasta el Uritorco.
* El descenso en parapente desde el cerro Las Gemelas cuesta $ 40.
* La excursión a Los Terrones no se puede realizar sin la compañía de un guía habilitado oficialmente, por razones de conservación. Contratar la excursión en una agencia, con transporte incluido, cuesta entre 10 y 15 pesos, más $ 4 por la entrada.
Balnearios: el Parador del Faro es un balneario ubicado en una península del Lago Cajón, con infraestructura de bar, quiosco y sanitarios (entrada $ 1 más $ 2 por auto). Allí se puede jugar al vóleibol y al fútbol sobre la arena, y navegar en kayak y botes a pedal en compañía de unos simpáticos gansos que se acercan a pedir comida. Un remís hasta el Parador del Faro cuesta $ 3.
Informes: Casa de Córdoba. Callao 332. Tel.: 4371-1668. Secretaría de Turismo de la Municipalidad de Capilla del Monte (al final de la Calle Techada). Tel.: 03548-481903 e-mail: [email protected] Sitio web: www.capilladelmonte.com.ar