CORRIENTES
Pesca y aire libre
Dorado combate
En la estancia
correntina de El Dorado, cerca de los esteros del Iberá, se practica
la pesca con mosca y devolución del combativo dorado. En un contexto
idílico, una forma de disfrutar de una provincia inmensa.
Texto
y fotos:
Julián Varsavsky
A
65 kilómetros de Mercedes, un camino de ripio flanqueado por
palmeras yatay y solitarias casas de adobe conduce a la estancia El
Dorado. Nos vamos de pesca, y el anfitrión es Carlos Sánchez,
dueño de la estancia, que atiende personalmente al visitante
durante toda la estadía y lo recibe con esa particular mezcla
de alegría brasileña y cálida hospitalidad típica
del Paraguay, que se da en esta provincia argentina rodeada por los
países vecinos. Las cualidades de la estancia exceden largamente
sus buenas razones deportivas, ya que a la buena atención se
le suma un entorno virgen donde una llanura verde de pastos bajos con
esteros inundados se extiende a los cuatro costados hasta el infinito.
Embarcados
Un canal artificial que nace a 200 metros del casco de la estancia conduce
en línea recta hasta el sereno cauce del río Corriente.
El motor fuera de borda de la pequeña lancha despierta una momentánea
inquietud entre la nutrida fauna de los esteros. Una pareja de chajáes
levanta vuelo, avisando de nuestra presencia a sus vecinos fuertes trompeteos.
Otras aves acusan ruidoso recibo y una veintena de cormoranes huye a
vuelo rasante sobre los camalotes. Al salir al curso del río,
se apaga el motor y la calma reina. Se ancla y se ven pasar bajo la
lancha haces de luz dorados con la velocidad de flecha. Pareciera que
esperan desafiantes, listos para el enfrentamiento. Mientras se prepara
la caña los dorados se dirigen al centro del río a cazar
mojarritas y dan coletazos en el agua, produciendo círculos concéntricos.
La mosca, en este caso, es especial para dorados y consiste en un anzuelo
camuflado con plumas que simulan una mojarrita. La caña de grafito
es absolutamente flexible y liviana. Hay que tomarla con una sola mano
y comenzar a moverla de un lado al otro, cada vez más rápido,
mientras se arquea como si estuviésemos dando latigazos. La mosca
va y viene por los aires a toda velocidad, mientras que con la otra
mano se suelta línea para que el señuelo llegue al centro
del río en el swing final. Después hay que ir recogiendo
de a poco con el reel para que la mosca parezca nadar a poca profundidad
y tiente al dorado.

El combate
No pasaron cinco minutos que vino el primer tirón, que toma
absolutamente desprevenido. El pescador tiene que estar preparado a
cada momento, porque al tratarse de un anzuelo muy pequeño para
no lastimar demasiado al pez hay que devolver el tirón
de inmediato con la mano que está libre, para ensartar el filo
entre los dientes. En este caso, el pez se escapa y cuando se lamenta
la derrota viene el segundo tirón que también encuentra
la guardia baja. Sólo el azar hace que el anzuelo quede enganchado
con firmeza, por sí solo.
Entonces comienza la acción. Bajo las instrucciones de Sánchez
gira la palanquita para recoger línea, mientras el pez nada en
distintas direcciones. La primera indicación es mantener la tensión
para no perder la iniciativa frente al animal. Pero si se tira muy fuerte,
la cuerda se corta y otra vez se pierde. La estrategia consiste en ir
trayendo al dorado hasta el bote doblegándolo por cansancio.
Como primera medida, el dorado nadará a toda velocidad tironeando
con toda su fuerza. Allí se recibe el primer indicio de su tamaño,
se lo siente intensamente aunque continúa invisible. Como si
fuera hora de verse las caras, el pez salta de cuerpo completo fuera
del agua y queda un instante suspendido en el aire. Brilla en un parpadeo,
se retuerce con todas sus fuerzas, cae torpemente de costado, salpicando.
Nada un rato en círculos cortos y salta dos veces más,
una de ellas muy cerca del bote.
Ya empieza a cansarse y se toma un respiro que se aprovecha para acercarlo.
Ya se lo ve con nitidez, una aleta de oro cortando el ríoinmóvil,
pero cuando parece sumiso lanza un tremendo coletazo dejando en claro
que está dispuesto a pelear. Sin embargo, ya no tiene escapatoria
y casi sin aliento con la cuerda muy corta se acerca resignado
nadando en zig-zag sobre la superficie, mitad del cuerpo fuera del agua.
El combativo salminus maxillosus, el tigre del río, está
en nuestras manos con su fulgurante belleza y se lo trata con absoluto
respeto. No se lo daña, como merece un adversario valiente. Sánchez
quita el anzuelo cuidadosamente y, como todo pescador de ley, le habla
a su pez, lo acaricia como a un gato, le dice que muchas gracias
por el placer de pescarte... hasta la próxima. Entonces
lo deposita lentamente en el agua y lo suelta cuando el pez se lo indica
con un suave aleteo. Se pierde ondulando la cola hacia las profundidades
del río.
Al igual que Santiago, el personaje de Hemingway en El Viejo y el Mar,
Sánchez siente un respeto casi devocional por los peces, y explica
que su intención no es matarlos y mandarlos al freezer. Es característico
de los pescadores con mosca, que se consideran ecologistas y conservacionistas.

¿Por
qué con mosca? El río Corriente nace de un desagüe
de la laguna de Itatí la última de los esteros del
Iberá para desembocar en el río Paraná. Mide
unos 20 metros de ancho y en un buen día se pueden sacar hasta
20 dorados de buen porte. Si éstos no se devolvieran al agua,
rápidamente podrían extinguirse. La especie no se encuentra
en peligro en el país, pero ha sufrido una merma preocupante
que podría agravarse con una pesca indiscriminada. La modalidad
de la pesca con mosca y devolución se extiende cada vez más
entre los pescadores que, poco a poco, comienzan a darse cuenta de que
si las especies se reducen no habrá más pesca. De todas
formas, la depredación por la pesca indiscriminada continúa
siendo un gran problema según los grupos ecologistas.
La pesca con mosca está muy difundida en Europa y Estados Unidos,
y de hecho la mitad de los 80 huéspedes por año que recibe
la estancia son extranjeros que llegan exclusivamente para practicarla.
Uno de los atributos que más aprecia el pescador es la soledad
de los parajes apartados. En general, se realiza en lugares donde prima
un entorno virgen y no suele haber otros pescadores. En Corrientes,
cuando se cansan de pescar, suelen dejar las cañas a un lado
y van a pasear en lancha por los esteros o simplemente se quedan en
la embarcación a la deriva, conversando por largas horas, mientras
disfrutan de un buen habano, un whisky y el trino de los incontables
pájaros.

DATOS
ÚTILES
Cómo llegar:
Nuevo Expreso tarda 12 horas de Retiro a Mercedes. El pasaje cuesta
$ 25 e incluye café, jugo, y una vianda de comida. Los
micros salen todos los días a las 6.30 y las 19.20. Boletería
142 de Retiro, 4311-1032. E-mail: [email protected]. Se
puede ir en avión a Goya por $ 210 ida y vuelta. Después,
son dos horas y media por tierra hasta la estancia (el traslado
cuesta $ 150 ida y vuelta).
Precios: La estancia El Dorado cobra $ 160 por día
y por persona, en base doble. El precio incluye todas las comidas
(desayuno, almuerzo, merienda y cena con entrada, plato principal,
postre y vino), los traslados desde Mercedes y servicio de guía
y lancha. Hay una cocinera correntina que se lleva los mayores
honores y su plato mayor es el corderito asado. Las habitaciones
tienen aire acondicionado. Teléfonos: 03773-420660 Cel.:
03773-15629838 E-mail: [email protected].
|
Como
soltar un pez
Para extraer el anzuelo
sin lastimar demasiado al pez se usa una pinza alargada. No hay
que manipularlo mucho ni tenerlo largo tiempo fuera del agua,
ya que los cubre una fina membrana protectora muy sensible. La
forma correcta de agarrarlos es a la altura de donde comienza
la cola, sosteniéndolos más abajo con la otra mano, en la zona
de las aletas pectorales (nunca se debe hacerlo de las agallas,
como se ve en algunas fotos). Para devolverlo hay que poner al
pez de frente a la corriente, sin soltarlo, de modo que pase agua
por las agallas y se oxigene bien. Cuando esté recuperado, recién
entonces se lo puede soltar. El pez lo indicará con su suave movimiento
del cuerpo.
|
¿Cómo
elegir el equipamiento?
Una buena caña de grafito,
con su línea y el reel, cuesta alrededor de $ 350. En el mercado
actual se cuenta con cañas de tres materiales distintos. A) Fibra
de vidrio: se fabrican en países orientales, a bajo costo, a la
hora de pescar tiene limitaciones para realizar un cast (lanzamiento)
eficiente y no tienen garantía. B) Bambú: en el siglo pasado se
comenzaron a fabricar las cañas �split bamboo�, que revolucionaron
el lanzamiento con mosca. Son verdaderas joyas artesanales hechas
a mano, con un costo muy elevado, y requieren de un casteador
muy experimentado. C) Grafito: es el material más adecuado para
la moderna caña de mosca, y ofrece una buena relación precio-calidad.
Además están garantizadas ante cualquier tipo de ruptura. Se recomienda
comprar algún modelo de las líneas económicas, que al fin y al
cabo se diferencian solamente en cuestiones de elegancia. Fabricar
una buena caña de grafito requiere tecnologías de alta complejidad,
y es por eso que muchos expertos descartan las importadas de Hong
Kong o Taiwan. El tipo de pesca al que se apunta determinará las
medidas y dureza de la caña. Las ideales para la pesca del dorado
son las cañas de dureza mediana 7 y 8. Una vez obtenido el número
de caña se debe determinar el largo; las cañas cortas de 6 a 7
pies son adecuadas para río chicos, donde la vegetación puede
impedir el uso de una caña más larga. Con las cañas cortas se
pierde alcance y control de línea en el agua. Las cañas de 8 y
9 pies son las más adecuadas para un uso general y cómodas para
castear con vientos fuertes.
|
