Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


LA FECUNDACION ASISTIDA, A LA LUZ DE LA DIFERENCIA ENTRE DESEO Y DEMANDA
Sí, ellos piden un hijo pero, ¿lo desean?

Las técnicas de fecundación asistida, si no toman en cuenta los conflictos personales y de pareja que pueden subyacer a la esterilidad, se
arriesgan �según la autora de
esta nota� a transformarse en una �medicina veterinaria�, cuyo éxito, paradójicamente, resultaría perjudicial.

Estudio: �Antes de aplicar tecnologías inva-sivas, un estudio psicoló-gico puede detectar obstáculos inconscientes o disfunciones sexuales no reportadas�.

Por Irene Meler*

La individuación que caracteriza el modo de producción capitalista ha fomentado en los sujetos occidentales modernos y posmodernos el desarrollo de una sensibilidad exquisita ante las diferencias físicas. El exacerbado sentido del sí mismo del ser humano moderno hipertrofia la continuidad, ya no sólo del linaje sino de los rasgos corporales que se identifican con el mismo. En estas condiciones, el reconocimiento subjetivo del carácter sexual de la reproducción humana se dificulta, debido a la persistencia en la vida adulta de fuertes fantasías y deseos de clonación. El “ser humano narcisista” aspira a duplicarse y sólo acepta a regañadientes mezclar sus genes con los de su partenaire sexual. El áspero debate actual sobre la clonación refleja las tensiones que atraviesan la cultura contemporánea, dividida entre quienes glorifican el proyecto narcisista de omnipotencia y otros que experimentan ante el mismo una especie de horror sagrado, por lo cual se refugian en argumentaciones tradicionales y conservadoras.
Los psicoanalistas, al mismo tiempo que experimentan profundas crisis en su propio campo merced a las interpelaciones de que son objeto por parte de los científicos sociales, han cuestionado las prácticas médicas en reproducción asistida. La diferenciación entre deseo y demanda apunta a cuestionar la legitimidad de prácticas médicas que no se proponen restaurar la salud o prolongar la vida, sino que responden a solicitudes, pedidos realizados por las personas que acuden a la consulta, o sea, demandas. La reproducción asistida y la cirugía estética se incluyen en este rubro de prácticas médicas discutidas. ¿Es legítimo acaso satisfacer todos los pedidos de los pacientes? ¿Saben ellos qué es lo que realmente desean? Tal vez solicitan algo que luego descubrirán no les proporciona la satisfacción anhelada. La unión de pareja, bien que se busca proteger mediante la producción de hijos biológicos, en ocasiones se fractura debido a la interferencia de los prolongados tratamientos en la vida sexual y emocional de los cónyuges. Estos reparos suelen ser silenciados mediante apelaciones sentimentales a un supuesto instinto maternal, o referidas a lo hermosos que son los bebés y lo noble de la tarea de traerlos al mundo a cualquier costo.
Se admite que en ciertos casos, donde no se detectan dificultades evidentes para la concepción, tales como las que se derivan de secuelas infecciosas o de problemas genéticos, el delicado equilibrio neuroendocrino ha sido alterado por razones emocionales. Aunque existan demandas manifiestas planteadas a los médicos, puede haber dificultades para la constitución del deseo inconsciente de tener hijos.
Desde esta perspectiva, las intervenciones médicas, en casos donde no existe una dificultad biológica claramente identificada y reversible, implican un desconocimiento del psiquismo humano y la reducción de las personas al estatuto de animales, en fin, una medicina veterinaria. El hijo así buscado, si se logra (lo cual ocurre en un bajo porcentaje de casos), puede constituir un éxito de índole paradojal. La mujer que basaba en él su realización personal puede experimentar trastornos emocionales, o la pareja que cifraba su consolidación en la descendencia se puede divorciar. En estos casos, las intervenciones médicas pueden ser consideradas iatrogénicas en un sentido amplio. Estos planteos se comprenden mejor si recordamos que el psiquismo no es unitario sino que existen subsistemas, que dan origen a la coexistencia de corrientes psíquicas contradictorias. El cumplimiento de una demanda de hijo puede colmar de satisfacción a un sistema y ser catastrófica a nivel de otro, por lo que los efectos no resultan fácilmente previsibles.
Se trata, entonces, de superar el fuerte contraste que existe entre la sofisticación de algunas nuevas tecnologías médicas y la rudeza con que se tratan las cuestiones subjetivas. Sólo un equipo que coordine abordajesinterdisciplinarios complejos podrá superar el enfoque tecnicista que desconoce el nivel de análisis psicológico y sociocultural.
Otro reparo frecuente consiste en acusar a la corporación médica de generar demandas de fertilización asistida a través de la oferta, utilizando un mecanismo propio del mercado. Esta promoción de la demanda no se privaría de instrumentar los resortes más tradicionales del imaginario colectivo, cumpliendo de ese modo una función social conservadora y desde cierto punto de vista, regresiva.
Aquí interviene otra corriente de opinión que cuestiona las nuevas tecnologías reproductivas: se trata de las teorías sociales inspiradas en el feminismo. Un ejemplo: en un congreso sobre estos temas, el médico que lideraba uno de los equipos más destacados en tecnologías reproductivas manifestó que sólo aceptaban consultas de parejas conyugales. El argumento para sustentar su postura consistió en suponer que, si la demanda de fertilización asistida provenía de una mujer sin pareja, seguramente el niño así nacido sería utilizado como un objeto. El supuesto implícito era que las parejas conyugales, por el solo hecho de serlo, garantizaban que el infante llamado al mundo sería respetado en su subjetividad. Esta posición no resiste el menor análisis.
El bien defendido no era la salud y felicidad de los niños, sino la continuidad de arreglos familiares que se encuentran hoy en una crisis profunda. Hay un descenso creciente de la nupcialidad y una fuerte tendencia hacia hogares monoparentales, en su mayor parte conducidos por mujeres. Aunque estos procesos preocupen y estemos lejos de festejarlos, no podemos pretender mantener el orden tradicional por decreto médico.
La oferta de la posibilidad de obtener un hijo biológico –aunque sea a costa de prolongados esfuerzos y penurias físicas, sexuales y económicas– puede generar un sentimiento de culpa si no se agotan las posibilidades disponibles. Esta culpabilidad se asienta en un imperativo ancestral para el género mujer: ser madre. La maternidad, una actividad al mismo tiempo idealizada y desvalorizada, ha sido objeto de promoción cultural durante los últimos siglos. La Modernidad se caracterizó por una estrategia de cuidado de las poblaciones, que, en su carácter de potenciales productores y ahora consumidores, pasaron a ser consideradas parte esencial del patrimonio de las naciones (Foucault, 1980). Esta modificación histórica de la mentalidad hegemónica estimuló discursos que consideraban a la maternidad como la culminación de la vida de las mujeres.
Existe hoy un considerable malestar cultural respecto de la reproducción. Se espera que las mujeres trabajen como hombres, adaptándose a un mercado laboral creado sobre el modelo masculino. Algunas cuestiones vinculadas con las obligaciones maternales son tenidas en cuenta por la legislación, pero esto no es suficiente para lograr que el hecho de ser madre deje de ser percibido como una desventaja laboral, un obstáculo para la carrera y un riesgo de desempleo. Podría decirse que las jóvenes que trabajan deben desarrollar sus tareas maternales en la clandestinidad. Sin embargo, los discursos que idealizan la maternidad no han perdido, al menos entre nosotros, su carácter mandatorio, y es en este sentido que la oferta biomédica de reproducción asistida se presenta con ceguera respecto de una de las más desgarradoras contradicciones sociales de nuestro tiempo, que es soportada en silencio por madres y niños, pero que no transcurre sin dejar secuelas. Los célebres casos de nacimientos múltiples, producto de un exceso de embriones implantados, son un ejemplo de esta estrategia que glorifica la vida aunque esta adquiera dimensiones incompatibles con la inserción laboral de las madres y su proyecto personal. Sabemos que estos casos ya se están superando, las tecnologías se han refinado, pero me interesa destacar los errores que se cometen cuando el equipo médico decide de forma descontextualizada y sin el concurso de otros profesionales que no deben funcionar en condición deauxiliares sino contribuir a la toma de decisiones, elaborada en conjunto con los consultantes.
En el caso de los padres varones, la demanda de un hijo a cualquier costo obedece en muchos casos a la valoración acrítica de la importancia de la continuidad genética del linaje, y a la hipertrofia del orgullo viril por la inseminación eficaz. En una cultura secular, la ilusión de continuidad ante la angustia de muerte es otro factor que contribuye a desear la reproducción biológica. Disponer de contextos adecuados para la reflexión sobre estos temas sería de gran ayuda en un esquema de atención integral.
Para avanzar en el camino de una atención integral de las consultas por infertilidad o esterilidad, es necesario no tomar en sentido literal la demanda de un hijo. Antes de comenzar con la aplicación de tecnologías invasivas, se requiere un estudio psicológico de la persona o la pareja consultante. Es posible que el conocimiento de la historia familiar de los integrantes de una pareja, así como sus historias personales y otros datos que surjan durante las entrevistas, permitan detectar obstáculos emocionales de índole inconsciente, o disfunciones sexuales no reportadas.
En este enfoque, el éxito terapéutico no se mide sólo en términos de embarazos o de niños nacidos vivos sino que la eficacia radica en el logro de un desenlace a esa crisis vital, que sea adecuado en términos de la salud mental de los consultantes y en algunos casos, del fortalecimiento de su vínculo de pareja. ¿De qué vale que nazca un hermoso bebé si su madre se descompensa psíquicamente o la pareja de sus padres se disuelve? En algunos casos, la demanda de un hijo obedece a motivos tales como el deseo de aparentar normalidad, o el objetivo de tener lo que tienen los demás, o el afán por evitar la soledad, protegerse contra la envidia o evitar el cuestionamiento de los proyectos de vida. En estas situaciones, la falta de embarazo bien puede ser considerada un éxito, si expresa la renuncia a la demanda indiscriminada de un hijo.

Bibliografía

* Badinter, Elizabeth: ¿Existe el amor maternal?, Barcelona, Paidós-Pommaire, 1981.
*Chatel, Marie Magdeleine: El malestar en la procreación, Buenos Aires, Nueva Visión, 1996.
*Foucault, Michel: Historia de la sexualidad, Tomo I: “La voluntad de saber”, Madrid, Siglo XXI, 1980.
*Sommer, Susana: De la cigüeña a la probeta, Buenos Aires, Planeta, 1994.
*Tort, Michel: El deseo frío. Procreación artificial y crisis de las referencias simbólicas, Buenos Aires, Nueva Visión, 1994.
*Tubert, Silvia: Mujeres sin sombra, Madrid, Siglo XXI, 1991. (Ed): Figuras de la madre, Madrid, Cátedra, 1996.

* Coordinadora del Foro de Psicoanálisis y Género de la APBA. Texto extractado de una ponencia presentada en el XIII Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de Obstetricia y Ginecología Psicosomática, Buenos Aires, abril de 2001.

 


 

SOBRE EL “PRINCIPIO DE JURISDICCION UNIVERSAL” EN LA JUSTICIA
“La verdad se impone sobre el poder”

Por Norma Slepoy *

La puesta en vigencia del Principio de Jurisdicción Universal, que ha significado un cambio histórico en el ejercicio real de la Justicia, es el resultado, entre otros determinantes, de las posibilidades creadoras del pensamiento. Los últimos acontecimientos jurídicos, que partieron de configurar como genocidio los delitos de la dictadura militar trascendiendo las significaciones ya establecidas en la tipificación del mismo, así parecen probarlo. Se pudo pensar por primera vez que la definición de genocidio en lo que se refiere a grupo nacional comprende, no sólo al conjunto total de los integrantes de una nación sino también a una parte de ese conjunto y, por lo tanto, es un crimen que ofende a toda la humanidad.
Los estudios de Michel Foucault sobre las relaciones de poder y, en particular, su análisis de la tragedia de Sófocles Edipo Rey, dan ocasión para algunas reflexiones. Para Foucault, Edipo Rey ilustra la conquista de la democracia griega, un descubrimiento jurídico de la verdad: el derecho de dar testimonio, de oponer la verdad al Poder.
El testimonio de los pastores es el que revela la verdad del origen de Edipo. Una verdad sin poder, la de los pastores, se opone a un poder sin verdad, el de Edipo. En la culminación de la tragedia la verdad se impone sobre el Poder.
Para el psicoanálisis, la culminación de la tragedia expresa míticamente el reconocimiento de que se ha transgredido la ley de prohibición del incesto; con este reconocimiento se instaura una legalidad que abre un camino para que el sujeto se constituya como tal. La renuncia a los vínculos prohibidos y al poder que en ellos anida da curso a los procesos de transformación de los impulsos más primarios, a las sublimaciones de los mismos que encuentran en el desarrollo del pensamiento uno de sus logros.
Estas transformaciones, difíciles las más de las veces en la medida en que suponen pérdidas, promueven en el sujeto retrocesos que intentan evitarlas. Si ahora nos detenemos a pensar en la enorme transformación que implica la vigencia del Principio de Jurisdicción Universal de la Justicia, que conmociona no sólo al poder político sino al discurso del Poder instalado en la sociedad y en cada sujeto, es entendible que genere reacciones tendientes a evitarla.
Cuando bajo la forma del discurso de la razón se apela a la soberanía y se confunde el accionar de la Justicia con el ejercicio del poder político de una nación sobre otra, esta incongruencia lógica revela su carácter defensivo. Además de dar expresión a las ideas de independencia y dominio de lo propio, la noción de soberanía también contiene, en su referencia al territorio común, las significaciones que satisfacen las necesidades más primarias de identidad y pertenencia. En su relación con el territorio común los sujetos retornan imaginaria e inconscientemente a sus primeros vínculos con la Madre tierra y a su posesión, no importa si con ello transgreden las prohibiciones que los han vedado, permitiendo el pasaje a la cultura. Tan poco importa que, también en nombre de esta misma connotación de la soberanía, se legitiman las guerras y sus crímenes en el discurso colectivo.
¿Queremos convalidar estas confrontaciones que terminan remitiendo a una supuesta lucha del Bien contra el Mal, lucha tan antigua que ha asumido a lo largo de la historia las más variadas personificaciones?
Esto parece llevarnos al terreno de la Moral, siempre proclive a representarse en solemnes mandatos a cargo de figuras ideales, y nos conduce a pensar en una transformación de la misma. Una transformación que derive en una ética que, antes, que mandatos morales instaure sencillos principios, con la sencillez de los pastores de la tragedia de Sófocles.
Puede ser que el principio de Jurisdicción Universal de la Justicia sea un hito en el camino de esa transformación.

* Psicóloga. Fragmento de un artículo incluido en la revista Punto y Seguido, que se presentará hoy a las 19 en el Auditorio del Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación.

 

 
POSDATA

Desafíos. V Conferencia Interregional “Desafíos al psicoanálisis en el Siglo XXI”, del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UBA y la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA). 1º y 3 de junio. 4508-3753.
Falta. Presentación del libro En el nombre de la falta, de Nélida Halfon, con Norberto Ferreyra, María T. Poyrazián y Silvia Wainsztein, hoy a las 20.30 en Uruguay 1371.
Fenómeno. “Introducción a la fenomenología. Husserl y Heidegger”, con Ricardo Alvarez en Centro Psicoanalítico Argentino, desde mañana a las 20. 4822-4690.
Cuerpo. Presentación del libro La ética del cuerpo, de Eduardo Pavlovsky con Jorge Dubatti. Hoy a las 20 en Uriarte y Costa Rica.
Objeto. “El objeto ‘a’ en la clínica psicoanalítica”, con María C. del Villar, Adriana Dreizzen, Graciela Jasiner, Liliana Lamovsky y Benjamín Domb, el 2 de 9.30 a 12.30 en la EFBA, Cabrera 4422. Gratuito.
Simulación. “Trastornos psíquicos postraumáticos: daño psíquico, simulación, metasimulación, sobresimulación”. El 9 de 9 a 16. Asociación Psicólogos Forenses. 4553-0534.
Sexo. Ateneo de supervisión en educación sexual en la APBA, el 2 de 9 a 11 con Gloria Fernández. 4345-7422.
Trauma. Encuentro “Figuras de lo traumático” en la Escuela de Psicoterapia para Graduados, del 8 al 10 de noviembre. Presentación de trabajos hasta el 3 de agosto. 4866-1602.
Sistémica. Seminarios de clínica sistémica de familias y parejas, con Jorge Campodónico, Raquel Levy, Lorena Vázquez, Pablo Oberhofer y Paula Dandolo en el Hospital Municipal de San Isidro, Servicio de Salud Mental. Jueves de 12.30 a 14. 4798-0150. Gratuito.
Travestis. "El travestismo como analizador historicosocial de la sexualidad". Convo-can Atico (Cooperativa de Tra-bajo en Salud Mental), CHA, ALITT. 22 y 23 de junio. Presentación de trabajos hasta el 8. 4553-3800.
Repudio. La Comisión Directiva de la Asociación de Profesionales del Centro de Salud Mental Arturo Ameghino repudió el “nuevo y brutal atentado a Alejandra Bonafini, hija de la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, producido por patotas y servicios siempre en actividad”.
Psicosis. “Introducción a la clínica lacaniana. Las psicosis”, por Haydée Rosolen en Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL). El 7 a las 15 en Callao 1033. Gratuito.
Amores. “Amores y odios entre madres e hijos: perspectiva psicoanalítica de género”, con Juan C. Volnovich y Mabel Burin, hoy de 20 a 22 en Asociación de Psicólogos de Buenos Aires. Foro de Psicoanálisis y Género. Avenida de Mayo 950, 1º. Gratuito.
Dora. “Teoría de la técnica freudiana aplicada al caso Dora” y “Abordaje y estrategia terapéutica del paciente grave”, seminarios de ocho clases en la Liga Israelita. 4582-0421.
Mudanza. Mayéutica–Institución Psicoanalítica comunica su nueva dirección: Pasaje del Carmen 729, alt. Av. Córdoba 1600. 5811-1747.
Epoca. “Las marcas de la época en la práctica analítica”, por Jorge Baños Orellana”, a las 18.30, y “Narcisismo”, con Silvia Amigo, a las 20.30: el 5 de junio en Centro Dos. 4961-2197.
Escritas. “Escritas y escritoras. Psicoanálisis y literatura”, con María G. Mizraje, Isabel Monzón y Luisa Sussman, el 9 de 11 a 13 en Sarmiento 2573. Gratuito. Ateneo Psicoanalítico.

 

Mail de estas páginas: [email protected] . Fax: 4334-2330.

 

 

PRINCIPAL