En Inglaterra el fútbol de mujeres fue prohibido en 1921. La medida fue insólita: entre la primera y la segunda Guerra Mundial los planteles femeninos habían proliferado. Con los varones en el frente de batalla, las mujeres habían ocupado sus lugares en las fábricas. Y ahí, en los horarios de descanso, muchas habían armado equipos. Las Dick, Kerr Ladies F.C. surgieron en aquel entonces, en un momento de ocio en una fábrica de municiones: llegaron a convocar a más de 50 mil personas, que se acercaban para verlas jugar.

Inglaterra –el rival que este viernes le ganó 1 a 0 a Argentina, un conjunto de futbolistas que son atletas– viene de ese pasado. En la actualidad ocupa el tercer puesto del ranking FIFA. Ayer, Argentina, que llegaba a este torneo con la utopía de conseguir un punto –apenas eso– se transformó en la sorpresa de esta Copa. La BBC, por ejemplo, publicó una nota tras el empate con Japón: “Cómo Argentina perdió a su equipo –y luego se defendió–”. La guapeza de esta Selección, el aguante, el cerrojo defensivo y la lucha de estas jugadoras por llegar aquí después de haber atravesado un proceso que incluyó dos años sin competencias (por citar apenas algunas características) es algo que aquí destaca la prensa mundial.

Las derrotas dignas, como la sufrida contra Inglaterra, envuelven a este equipo en un presente que se masifica. En Buenos Aires las escuelas pasan los partidos de Argentina, también algunos sindicatos, universidades, clubes de barrio y la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Acá en Francia las y los hinchas se reúnen para llenar los estadios. Estas pibas construyen nuevas identidades: desde ahora en más las y los argentinos tendrán también ídolas mujeres en el mundo de la pelota.

¿Y de qué historia viene Argentina? De prohibiciones específicas, no. Sí de prejuicios, estigmas y agresiones. Este viernes estuvieron en el estadio las futbolistas que jugaron el Mundial de 1971 y protagonizaron una epopeya: en aquel certamen no organizado por la FIFA superaron a las inglesas por 4 a 1, con cuatro goles de Elba Selva.

La proeza –conquistada 15 años antes del triunfo de los varones en el mismo estadio Azteca con dos goles de Diego Maradona– estaba enterrada en el olvido.

Pero esa historia se destapó. Y estas mujeres, de entre 70 y 77 años, estuvieron aquí. En el ingreso todas auguraron un resultado a favor de la Selección. Antes del encuentro, Ruth Bravo había expresado su alegría: “Me pone muy contenta que nos vean, que estén acá. Son las que marcaron una huella para todas nosotras”.

En la cancha, Argentina tuvo enfrente a un equipo que, quedó claro, se recuperó del fútbol prohibido para transformarse en una potencia. La diferencia de velocidad entre ambos equipos era la que hay entre Usain Bolt y cualquier mortal. Adriana Sachs la padeció por el sector derecho. Las centrales Aldana Cometti y Agustina Barroso pasaron lo mismo con el juego aéreo.

Banini casi no pudo tocar la pelota: aportó en funciones defensivas, pero no pudo meterle pausa al ritmo de Inglaterra.

La arquera Vanina Correa fue la figura del partido. En la primera parte tapó un cabezazo de Scott, primero, y después un remate de la volante. A los 27 protagonizó una de las jugadas claves: le atajó un penal a Nikita Parris, desplegando su mejor virtud: el vuelo de media altura. Su mano izquierda alejó el peligro y salvó al equipo.

El gol inglés llegó porque Argentina se animó a arriesgar. Mayorga y Benítez, con tareas más defensivas que ofensivas en este juego, se fueron a pelear un ataque. No concretaron. En la contra llegó el gol inglés: un centro de Beth Mead por la izquierda le llegó a Jodie Taylor, que la empujó al gol.

La estadística dio que Argentina tuvo sólo un 36% de posesión de pelota. Inglaterra sufrió: le costó encontrarle la vuelta y no supo cómo romper el arco de Correa.

“Va a llevar un tiempo emparejar nuestro fútbol con el de ellas. La diferencia hoy pasa por el tema físico, el biotipo, el porte, la altura. Todo. Ellas son atletas. Nosotros tratamos de achicar diferencias. Nuestro fútbol está cambiando. Tiene que cambiar”, dijo Carlos Borrello en la conferencia de prensa.

Este miércoles, la Selección enfrentará a Escocia –en los papeles el rival más accesible de este grupo D– e intentará conseguir una hazaña similar a la de las Pioneras del ‘71: meterse en los octavos de final de una Copa del Mundo.

Hay algo que ya dejaron atrás. Prohibido prohibir: acá, de ahora y para siempre, el fútbol es también de ellas.

 

0 ARGENTINA: Correa; Sachs, Barroso, Cometti, Stabile; Bonsegundo, Bravo, Benítez, Mayorga; Banini, Jaimes. DT: Carlos Borello.


1 INGLATERRA:​ Telford; Bronze, Greenwood, Houghton, McManus; Moore, Parris, Scott, Kirby; Mead, Taylor. DT: Phil Neville.


Estadio: Stade Oceane de Le Havre. Arbitra: Qin Liang (China). Goles: 61m Taylor (I). Cambios: 68m Larroquette por Banini (A), 77m Santana por Benítez (A), 81m Stanway por Mead (I), 87m Dely por Parris (I), 89m Carney por Kirby (I), 90m Oviedo por Jaimes (I). Incidencias: 27m Correa (A), le atajó un penal a Parris (I).