El número de víctimas de desplazamiento forzado en América Latina y el Caribe se disparó en el último año según comunicó ayer la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en su informe anual. “El rechazo y los muros no resuelven el problema”, opinó el alto comisionado de la ONU para los refugiados, el italiano Filippo Grandi, durante la conferencia que ofreció en Berlín. La situación en Venezuela fue uno de los temas más abordados en la conferencia de prensa que ofreció Grandi. Según relató, más de cuatro millones de venezolanos abandonaron su país desde 2015 y de ellos menos de medio millón solicitaron la condición de refugiados. Al respecto precisó que, si bien una minoría de venezolanos que abandonaron su país pidió asilo, la mayoría necesita protección internacional a causa de la inseguridad y la escasez de alimentos, de medicinas y servicios públicos. “Tenemos una crisis en una región del mundo que hasta hace unos pocos años creíamos que había logrado una relativa estabilidad”, dijo Grandi al aludir principalmente a la región del norte de América Central, en particular a Honduras, Guatemala y Salvador. “En esta región observamos acciones de bandas armadas, que evoca lo que algunos grupos armados, gubernamentales o no, hacen en otros países. Como por ejemplo violar a mujeres para ganar el control de territorio, reclutar niños, ocupar casas”, opinó. Grandi precisó que muchas personas huyen de estos países en diferentes direcciones, que incluyen México y los Estados Unidos, principalmente escapando de la violencia.