Entre todas las malas lecturas que se hacen sobre Buenos Aires y sus problemáticas aparece el casi insalvable desconocimiento de los barrios del sur, populosos pero “lejos”. ¿De dónde? Esencialmente de los centros urbanos y de “interpretación”. Algunos miran la Capital desde “arriba” y creen ver un diamante: son quienes se dejan engañar por la Autopista Dellepiane, diez kilómetros de cemento continuo que cortan como navaja un gajo del sur de la ciudad. Pero debajo de la autovía se proyecta una especie de punto ciego al ojo habitual entre la General Paz y el Riachuelo, dos diagonales que trazan el triángulo del Conosur porteño: el talón del mapa que comparten Lugano y Soldati. Dos barrios porteños que los porteños mayormente ignoran.

La escuela contra el margen es un documental con un poderoso trabajo de campo: los realizadores Lisandro González Ursi y Diego Carabelli (que en Errantes ya habían tratado el desalojo de la villa La Lechería, entre Villa del Parque y Paternal) filmaron durante un año un taller sobre identidad entre estudiantes del colegio Manuel Mujica Láinez, de Villa Lugano. Un barrio con muchos problemas, pero principalmente habitacionales, producto de una urbanización despareja y sin plan alguno, y con la autopista como una forma de medianerizar los conflictos: en vez de resolverlos, se los ubicó más allá. Como en otras áreas suburbanas y periféricas, ésta también es presentada con el sambenito de la “marginalidad”: nidos de delincuencia y semillero de hampones.

Ese “más allá” en cuestión es un rincón en el que conviven complejos habitacionales casi soviéticos (como Lugano 1 y 2 con sus 50 mil vivientes), el barrio Piedrabuena, villas como la 6 o la 20, grandes predios como el Parque Roca o el Autódromo y la célebre Ciudad Oculta. La principal referencia simbólica sobre estas tensiones es el conflicto en el Parque Indoamericano a finales de 2010, cuando miles de personas ocuparon el segundo pulmón verde de Buenos Aires en reclamo de mejores condiciones de vida. La tensión se extendió por días y murieron tres personas: dos por la represión del gobierno de la Ciudad y una a partir de una discusión entre vecinos. Si pasaba en Palermo era un escándalo internacional pero como sucedió en Lugano no fue más que un conflicto de verano en la periferia.

Más allá del registro geolocal de La escuela contra el margen (con el rodaje en el territorio), la potencia de la película reside en que logra relevar variados discursos en torno a problemáticas comunes. Y lo consigue justamente porque a la Láinez acuden pibes de todos esos focos de conflicto habitacional: desde tercera generación villera hasta hijos de dueños de pequeños chalets, pasando por inmigrantes o descendientes de –otro elemento importante del barrio–. Lo cual trae atado un conjunto de tensiones internas en Lugano, fundamentalmente alrededor de la villa Cildañez, uno de los sectores más estigmatizados de la zona no sólo por los “externos” sino también por los propios vecinos.

La escuela sirvió como plataforma para un taller que les propuso a los pibes participar de Jóvenes y Memoria, el encuentro que reúne estudiantes de todo el país cada fin de año en Chapadmalal. El NO ya dio cuenta sobre el fenómeno que se produce en ese viejo complejo frente a la playa, al sur de Mar del Plata, donde cada escuela expone alguna cuestión propia de su territorio a través de formatos como obras de teatro, canciones o murales en cartulina.

La profesora Florencia Vives, de 32 años, les propuso eso último: construir una representación cartográfica de Lugano a través de lo que ellos mismos percibían. La idea del mapa como una forma de definir un contexto cercano para luego mirar y mirarse desde ahí resulta una aventura semiótica irresistible: supone, en el fondo, una invitación a definirse individualmente pero en un entorno colectivo que influye y determina. La idea se aferró como un imán en un aula inicialmente adversa, y es interesante cómo los pibes empezaron a encontrar en el taller algo más que una obligación: el momento en el que se dan cuenta de que lo más importante que les va a pasar en la cursada no es aprobar sino aprovechar el espacio para intelectualizar situaciones que los manuales no describen.

Con el “mapa de Lugano” como objetivo del taller, la peli avanza en una especie de debate sobre la construcción: ¿qué cosas poner y cómo representarlas? Fiel al estilo documental, la dupla realizadora partió de una idea madre pero detectó aquello que surgía ante la cámara: las conductas y testimonios de los pibes, eso que no se puede guionar sino que simplemente ocurre o no. Incluso aparece una reunión de padres que convoca el director a partir de una balacera cercana al colegio: algunos manifiestan preocupación y piden más seguridad, mientras que otros repudian la presencia de policías y gendarmes en las aulas.

La figura de la “autoridad” también da vueltas como una entidad difícil de definir: los padres y los maestros aparecen con valoraciones ambiguas y pendulares, acaso como una proyección de lo que el propio Estado despierta entre los vecinos de un barrio al que solo llega con su presencia policial. Por eso Florencia Vives es vista al principio por los pibes como una representación de esa “figura de poder” siempre sospechosa, y por lo tanto combatida. Pero en un momento los debates en el aula empiezan a hacerse carne y algunos alumnos les reprochan a otros la desatención. La maestra, finalmente, se convierte en cómplice de esta deconstrucción de imaginarios sociales y culturales sobre Lugano.

La escuela contra el margen termina con el desembarco de los alumnos de la Láinez en Chapadmalal, donde presentan el mural ante pibes de otros colegios del país. En la explicación cuentan que todo fue parte de un proceso y un progreso. De relevamiento de miradas ajenas pero también propias sobre el lugar que se habita. Un espacio al que el Estado históricamente acude más para excluir a sus habitantes que para incluirlos al resto de la ciudad. Y que probablemente ahora sientan más cercano a partir de un mapa en el que ellos construyen los límites.

* La escuela contra el margen tendrá proyección hoy y el próximo jueves 27/6 a las 21 en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543.