Un submarino ruso se prendió fuego y catorce submarinistas murieron a bordo mientras realizaban tareas de investigación en aguas territoriales rusas. Desde el ministerio de Defensa de Moscú confirmaron que los catorce marinos murieron intoxicados a causa del incendio.

Según la información que brindó la marina rusa, el incendio se produjo durante una operación de recolección de datos en el lecho marino mientras estaba destinado al estudio del ambiente marino y el fondo oceánico.

El submarino tiene base en la ciudad cerrada de Severomorsk, en la región de Murmansk, en el Ártico. Tras controlarse el incendio, el buque pudo regresar al puerto. Las autoridades se comprometieron a investigar las causas del accidente que terminó en tragedia.

En la historia de la navegación rusa, la tragedia recuerda a lo ocurrido con el submarino a propulsión nuclear Kursk, que se hundió con 118 hombres a bordo el 12 de agosto de 2000, cuando comenzaba el primer mandato de Vladimir Putin.

Veintitrés tripulantes sobrevivieron durante varios días tras la explosión que provocó el hundimiento, pero murieron al no ser rescatados a tiempo. Ese accidente sigue siendo hasta la actualidad la peor catástrofe sufrida por la marina rusa, que le valió serias críticas a la gestión del Kremlin.