A horas del eclipse solar del que los cordobeses fueron espectadores privilegiados, al igual que San Juan, San Luis y La Rioja, cuatro personas recurrieron a guardias oftalmológicas por haber visto el fenómeno de forma directa sin la debida protección. El presidente del Instituto Oftalmológico de Córdoba y director del hospital Rawson, Mino Moretti, contó que los pacientes cuentan con los síntomas característicos a la exposición a la radiación solar: ojos rojos, inflamación en los párpados, sensación de cuerpo extraño o arenilla y molestias.

“El dato importante es que en la guardia de nuestra institución hemos recibido los primeros cuatro pacientes por exposición. Por ahora ninguno de los casos grave. Como protocolo de estudio se los cita a las 24 horas y se hace un estudio de la retina y en ella donde es la zona de máxima sensibilidad, la mácula”, resaltó el profesional en diálogo con medios locales.

Moretti precisó que los síntomas consecuentes de la exposición directa al eclipse solar "se manifiestan entre las 6 y 12 horas posteriores", por lo tanto sugirió a la población que ante cualquier indicio extraño en los ojos consulten al profesional especialista.

En relación a las estadísticas de posibles daños en quienes se exponían ayer al eclipse sin la debida protección, recordó que había un 80 por ciento de posibilidad de sufrir lesiones oculares.

Antes del fenómeno astronómico, el Instituto había advertido sobre los efectos nocivos que podría generar eclipse sobre el ojo por la radiación de rayos ultravioletas e infrarrojos que posee la luz que emana del sol. “Ellos podrían producir una lesión denominada 'retinopatia por radiación', donde se dañan los fotorreceptores de la zona macular (centro de la retina) de la retina", habían explicado.

"No pretendemos generar alarma, pero si advertir para que no se minimicen eventuales síntomas extraños compatibles con cuadros de maculopatía, que es severa", resaltó el profesional, quien insistió en alertar a la población sobre la utilización de protectores autorizados en los próximos eclipses.

Para graficar la gravedad de sus efectos, recordó el caso de la chilena Daniela Ponce, quien en 2010 vio el eclipse solar sin protección y quemó su retina ocular. “Es lo que hacíamos en otra época con una lupa y un papel. El sol lo quemaba. Esto trasladado a otra esfera es lo que refiere esa paciente de que se quemó la retina”, comentó en diálogo con Cadena 3.