María Elena Otero es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y está abocada a su tesis de Maestría en Partidos Políticos “Mujeres de Malvinas: voces y representaciones de aspirantes navales de la guerra”, dirigida por Alicia Servetto, que desarrolla en el Centro de Estudios Avanzados de esa casa de estudios. Además, participa como investigadora en el proyecto “Configuraciones contemporáneas de las relaciones entre Estado y Sociedad”, en ese mismo centro. Es curadora de la muestra fotográfica itinerante Mujeres, memorias y Malvinas, integra la Red Federal de Estudios sobre la Cuestión Malvinas y es docente de nivel medio.

-¿Cómo empezó la investigación sobre las mujeres en la guerra de Malvinas?

-El tema Malvinas siempre lo veía en los márgenes; había pocos autores. Hay muchos trabajos periodísticos, pero académicos, muy pocos, y muchos menos relacionados con la perspectiva de género. Mientras trabajaba en la Maestría en Partidos Políticos, empezamos a investigar el tema Malvinas, buscar fuentes. Empecé a trabajar con fuentes orales. Investigando en la Biblioteca de la Escuela de Historia de la UNC encontramos una sola tesis relativa a manifestaciones culturales en torno a Malvinas, cuya autora es la licenciada Yanina Floridia.

-¿Qué más hallaste?

-En primer lugar, a un grupo de mujeres en la Base Naval de Puerto Belgrano. Durante la guerra eran adolescentes que habían ingresado a estudiar enfermería en la Escuela de Enfermería de Punta Alta. Eran niñas que dieron todo a nivel afectivo, porque llegaban soldados mutilados, con pie de trinchera y otras heridas. Fue la primera contención que tuvieron. Se trata de un grupo invisibilizado. Había enfermeras profesionales, que fueron consideradas como veteranas de Malvinas y reconocidas por las fuerzas, pero el grupo de mujeres de la que hablamos, no.

-¿Qué te animó a indagar sobre el tema?

-Ahora tenemos otras miradas a más de tres décadas de la guerra por Malvinas contra Gran Bretaña. Quizás no se vio antes porque estaba todo normalizado e institucionalizado en varios aspectos. También porque las comunicadoras recibimos formación sociológica, histórica y sobre medios empezamos a ver las afinidades. Alicia Servetto fue mi profesora de Historia y eso me ayudó mucho.

-¿Cuál es el objetivo de la muestra fotográfica de la que sos curadora?

-Visibilizar un tema que estaba marginado y contribuir a investigar el rol de las mujeres en conflictos armados, porque en todo el mundo el rol de la mujer en los conflictos armados está invisibilizado. Analizar a otras protagonistas en la guerra por Malvinas es una nueva forma de soberanía. La muestra busca hacer emerger memorias olvidadas de la guerra a través de dieciocho imágenes de madres, hermanas, novias, esposas e hijas, y también víctimas civiles, madrinas de guerra, y enfermeras y estudiantes de enfermería de las Fuerzas Armadas.

-¿Qué son las madrinas de guerra?

-Son mujeres que se ofrecían a escribir cartas a aquellos que no recibían correspondencia. Hay mujeres que tienen las respuestas de los soldados ahijados. Una profesora de Bahía Blanca contó que veía los trenes desde donde los soldados entregaban a mujeres papelitos con el teléfono de la casa para que llamasen y comunicar que estaban bien. Había soldados que los llevaron sin que pudieran avisar a sus familiares. Entonces, esas chicas recibían esos mensajes en papelitos y se encargaban de avisar.

-¿Qué otros datos encontraste en la investigación?

-Encontramos el caso de las únicas tres civiles muertas durante la guerra en las Islas Malvinas. Eran mujeres que escapaban al peligro y se ocultaron en la casa del editor del periódico Penguin News. Eran isleñas, víctimas del fuego británico. Por error. Una estaba embarazada, otra cuidando a hijas con discapacidad y la restante era una abuela. Para los británicos, ellas aparecen sólo como caídas en guerra, pero no eran caídas en guerra, sino víctimas civiles. Están invisibilizadas para el relato británico.

-¿Qué otras metas te propusiste con la investigación?

-Buscamos también interpelar al público en general, tanto a la generación de la guerra como a las nuevas generaciones. Que la comunidad se enriquezca. El aporte sirve para que la gente sea parte y transforme, porque nos hace falta salir y construir con el pueblo, y no solitariamente con nuestros archivos, computadora y biblioteca. El otro gran objetivo es malvinizar y poder hablar de Malvinas en cualquier momento. No hace falta hablar sólo el 2 de abril. Hay que salir de las efemérides, porque es un tema transversal.

-¿Cómo fue la recepción de la muestra en el país?

-Como la idea es que la muestra no quedara en un solo lugar, resolvimos que fuera itinerante. Ya estuvimos en el Congreso, en Jujuy, en la Legislatura cordobesa, Río Cuarto, Rosario y en la Municipalidad de Jesús María. En Jujuy, nos encontramos con ex combatientes que nos contaron que allí jamás se les había hecho un reconocimiento, y les gustó mucho la muestra. En todos lados fue muy bien recibida.