Tiraría a la hoguera todos los mandatos fijos que impiden a las personas ser singulares. Ideas estancas, endurecidas por los años y con una vigencia abrumadora y sorda. La buena, la puta, la histérica, el proveedor, el salvador, el insensible, la Madre, el Padre. Lxs enamoradxs. Les profesionales. Etiquetas invisibles. Rótulos que nos imponen e imponemos sin darnos cuenta. Recetas o manuales de conducta que trasmitimos impugnando todo brote de creatividad.
Por eso incendiaría viejos hábitos de enseñanza, fórmulas preestablecidas, ideales previos. Incendiaría los “permiso”, los “si yo pudiera”, las “disculpas”, los “no podés por que yo lo digo”. La voz de mando autoritario y la voz tímida sin proyección.
Que ardan los modales y manuales y vivan los deseos y acciones más sinceras y originarias de cada une.

*dramatruga y actriz de Toda persona vista de cerca es un monstruo, sábados a las 22.30 hs en Polonia Teatro (Fitz Roy 1477, CABA)