Inés Madrigal , la primera española a quien la justicia reconoció como una bebé robada durante la dictadura de Francisco Franco, anunció que encontró a su familia biológica gracias a una prueba de ADN de una empresa estadounidense. Se estima que existen al menos 4000 casos de niños secuestrados al nacer .

"Quiero contarles que he encontrado a mi familia biológica. Se trata de la mejor noticia que alguien en mi situación podría recibir", anunció en una rueda de prensa en Madrid esta empleada ferroviaria de 50 años. "Mi madre biológica ya no está viva (...) Se llamaba Pilar y murió en el año 2013 a los 73 años. Pilar nunca llegó a saber si yo era un niño o una niña, pero sé que no se olvidó nunca de mí", explicó emocionada.

 

Madrigal no quiso develar la identidad de sus familiares para respetar su intimidad y su "derecho a permanecer en el anonimato". "Por primera vez tengo el puzzle de mi vida completo (...) Ahora sé quién soy y de dónde vengo", se alegró y contó: "Tengo cuatro hermanos que ya he conocido, que son personas maravillosas y me han abierto los brazos y los corazones".

 

La prueba de ADN

Madariaga relató que encontró a un primo segundo gracias a una empresa estadounidense de pruebas de ADN, dado que las bases de datos puestas a disposición de las asociaciones de víctimas de tráfico de menores no funcionaron.

"Esto es dramático, ¿os dais cuenta? Mi perfil y el de uno de mis hermanos de madre estaban en una base de datos española que, sin embargo, no ha detectado el parentesco", se escandalizó.

Miles de denuncias por robo de bebés no llegaron a buen término, a menudo debido a la prescripción de los hechos, según las asociaciones de víctimas.

 

La historia de Madrigal

El 6 de junio de 1969, el ginecólogo Eduardo Vela regaló, o vendió, una recién nacida a Inés Pérez a pedido de un sacerdote jesuita que quería agradecer así a la mujer su buen comportamiento con los niños abandonados en un convento de Los Molinos.

Madrigal comenzó a investigar en el año 2010 a partir de un artículo en el diario El País en el que dos hombres relataban "cómo una monja los vendió y sus padres los compraron a plazos e iban todos los años a entregar dinero a la monja". "Yo recuerdo también que cuando era pequeña, la fecha en que mi padre cobraba la paga extra coincidía con un viaje que hacíamos cada mes a Madrid y con la visita al cura jesuita, supongo que ahí mi padre le entregaba dinero", contó la mujer a Página/12 a mediados del año pasado.

A partir de allí avanzó con una denuncia en la Fiscalía General del Estado en 2011 y su caso repercutió en los medios. La causa primero fue archivada por la Fiscalía, pero Madrigal presentó una nueva denuncia ante un juzgado de Madrid, que abrió la investigación que terminó en un juicio.

 

El juicio por la apropiación

Durante la dictadura de Franco (1939-1975), numerosos recién nacidos fueron sustraídos a sus madres biológicas, al comienzo sobre todo a disidentes políticas, tal como sucedió durante la dictadura cívico-militar en la Argentina. El robo de bebés habría continuado después de Franco, según asociaciones de víctimas , a menudo con la complicidad de la Iglesia católica.

Madrigal consiguió en 2018 que un tribunal de Madrid declarara a un médico jubilado de 85 años culpable de haberla robado a su madre al nacer en 1969. Para ello tuvo que demandar a su propia madre adoptiva, fallecida después.

El doctor que asistió el parto no fue condenado porque los jueces consideraron que el delito había prescrito. Madrigal apeló y llevó la causa al Tribunal Supremo.