Portugal se apresta a terminar con una discriminación entre hombres y mujeres para volver a casarse después de un divorcio. Créase o no, el Código Civil del país europeo mantiene un artículo de la dictadura de António de Oliveira Salazar por el cual los hombres deben esperar 180 días para volver a contraer enlace, mientras que en las mujeres el plazo es de 300 días.

La diferencia tenía un motivo: la presunción de paternidad. Se trata de un concepto jurídico por el cual a un hombre se le concede de manera automática la paternidad de un bebé. Más aún: una mujer se podía casar en el mismo plazo que el hombre si presentaba un informe médico que certificara que no estaba embarazada.

La ex fiscal general del Estado, Joana Marques Vidal, autora del dictamen que el Parlamento aprobará el próximo 19 de julio, en su momento señaló que “actualmente existen mecanismos médicos legales que permiten la asignación rigurosa de la paternidad”. Por lo tanto, “el plazo internupcial es discriminatorio y como tal injustificado e inadmisible”.

A nivel parlamentario, el cambio en el Código Civil ha sido impulsado desde hace dos años por el Partido Socialista y el Bloque de Izquierda. Sin embargo, no se plegó el Partido Comunista, y el bloque formado por el Partido Social Demócrata y el Partido Popular se opuso.

Todo cambió con el acuerdo alcanzado con los comunistas y los socialdemócratas. De esta manera, se espera que el próximo 19 se cambie ese artículo después de 53 años. ¿En qué consiste el acuerdo? Se han eliminado los plazos, algo a lo que se opusieron los populares.

Esto quiere decir que cualquier de los integrantes del matrimonio disuelto podrá volver a casarse en cualquier momento apenas se decrete el divorcio. Atrás quedaron otras alternativas, como igualar los plazos para hombres y mujeres en 180 o en 30 días.

Sin embargo, se mantiene algo que la ya ex fiscal Marques Vidal había criticado en su dictamen: la presunción de paternidad. Se trata de una exigencia del PC. El nuevo Código entraría en vigencia en septiembre.