La aplicación del momento. Faceapp. El mundo está preocupado por su envejecimiento y por su aspecto. En el 2030 una de cuatro personas serán adultos mayores. Los sistemas de salud mundial están preocupados por lo que harán con tanta gente grande, los sistemas de jubilación intentan cambiar la edad jubilatoria para arriba. De los 60 de las mujeres en Argentina, y de los 65 de los hombres, ya intentan llevarlo más cerca de los 70. En psicología, los estudios acerca de la vejez demuestran que cada vez menos personas septuagenarias se sienten viejos aunque se demuestra también que la vejez es vista en la cara del otro.

La vejez es la cara del otro. Faceapp gira alrededor de la cara, juega con nuestras caras como si fuera otra cara, la manipula como si fuera un muñequito de barro. Esta app puede llevar a cabo, en unos segundos, lo que al tiempo le lleva décadas hacer en nuestro aspecto. Una aplicación maldita dirían los inquisidores de la Edad Media y mandarían a su creador, que encima es ruso, a la hoguera de lo diabólico. Pero hoy se vuelve viral. Los inquisidores de hoy acusan a esta aplicación por su peligrosidad por estar recogiendo en forma masiva información de datos biométricos personales. Es graciosa esta advertencia cuando la Unión Europea y Estados Unidos están cobrando multimillonarias multas a Facebook, Google, Instragam y otras redes por la utilización comercial de datos recogidos de sus usuarios. Ya saben de todo acerca de nosotros, ahora lo único que agregan es que saben también cómo reconocerme dentro de unas décadas.

 

El problema es mi cara, no se escanea mi espíritu o mi discurso, ¿cómo estará dentro de unos años mi ideología? ¿Me convertiré de peronista a macrista como Pichetto? ¿Seré monto y luego me convertiré en defensora del gatillo fácil de un gobierno represor como Bullrich? A ninguna app todavía le importa esas transformaciones hacia posiciones más conservadoras y represivas, sólo se escanea mi rostro, estamos en la época de la tiranía de la selfie, en el tiempo del homo-selfie. Esta app vuelve a demostrarlo.

* Psicoanalista, escritor y docente universitario.