La filósofa húngara Ágnes Heller murió a los 90 años. La Academia de las Ciencias de Hungría confirmó su fallecimiento , si bien no precisó la causa ni el lugar del deceso.

Heller ha sido considerada una de las principales pensadoras del último medio siglo y alcanzó notoriedad por sus textos sobre la vida cotidiana como fenómenos social. Nació el 12 de mayo de 1929 en Budapest, en el seno de una familia judía que sufrió persecución en la Segunda Guerra Mundial.

Varios familiares murieron en el Holocausto, mientras ella se salvó de ser deportada a los campos de exterminio. Su padre fue deportado junto a 450 mil judíos húngaros luego haber ayudado a otros judíos a emigrar.

Luego de la guerra, Heller comenzó a estudiar física y química en Budapest, pero cambió las ciencias duras por la filosofía al conocer a György Lukács. Se convirtió en su discípula y colaboradora, al tiempo que se afilió al Partido Comunista. Se doctoró en 1968 y emigró a Australia en 1977. Más tarde, en 1986, se instaló en Estados Unidos, donde fue profesora de filosofía en la New School for Social Research de Nueva York.

Impartió clases también en universidades de otras ciudades, como Berlín, San Pablo, Turín y Viena. En octubre de 2017 visitó Buenos Aires y recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, además de dictar una serie de conferencias. Entonces fue entrevistada por PáginaI12.

Entre sus libros destacan El hombre del Renacimiento (1963), Hipótesis para una teoría marxista de los valores (1974), Teoría de las necesidades en Marx (1978), Una filosofía de la historia en fragmentos (1999) y La sociología de la vida cotidiana (2002).