Decenas de miles de personas marcharon hoy en Hong Kong en apoyo al gobierno pro-Beijing y la policía, en una demostración de la polarización que vive su sociedad tras varias semanas de protestas antigubernamentales. La policía estimó que 103.000 personas participaron de la manifestación del sábado. Los medios locales hablaron de 316.000, citando a los organizadores.

Hong Kong ha sido sacudida durante más de un mes por gigantescas manifestaciones en su mayoría pacíficas, así como por una serie de violentos enfrentamientos puntuales con la policía, a raíz de un proyecto de ley que permitiría la extradición de sus ciudadanos a China. La iniciativa quedó suspendida desde entonces, pero eso no ha sido suficiente para calmar la ira de una parte de la opinión pública, y la protesta se transformó en un movimiento más amplio a favor de reformas democráticas, sufragio universal y el freno al recorte de las libertad civiles en esta ciudad semiautónoma. La manifestación de hoy fue el momento para el establishment de congregar a sus seguidores, agitando banderas chinas y sosteniendo pancartas en apoyo a la policía.

"Amigos que utilizaron la violencia dicen que también aman a Hong Kong, pero no podemos en absoluto aprobar su manera de expresarse", dijo Sunny Wong, de 42 años, que trabaja en el sector de los seguros. Una mujer de 60 años apodada Leung afirmó que los manifestantes que invadieron y vandalizaron la legislatura a principios de este mes deben responder por sus actos. "Detesto realmente a la gente que usa la violencia contra otros. Fue tan extremo", señaló.

La policía de Hong Kong se encuentra en el medio de una gran crisis de reputación. Sin solución política sobre la mesa por parte de las autoridades  de la ciudad, la policía ha quedado enredado en lo que parece un interminable círculo de enfrentamientos con manifestantes que han continuado saliendo a las calles en grandes números durante seis semanas. Los manifestantes y los grupos de defensa de los derechos humanos acusan a la policía antidisturbios de haber hecho uso excesivo de la fuerza, incluyendo la utilización de gases lacrimógenos y balas de goma. La policía insiste en que su respuesta ha sido proporcionada y muestra a sus oficiales heridos como prueba de que un núcleo duro de manifestantes buscaba lastimarlos.