Un policía fue asesinado de varios disparos en su cabeza, en la zona oeste de la ciudad. El brutal crimen ocurrió la noche del lunes en Larralde y Dean Funes, a bordo del vehículo del propio efectivo, Cristian Ibarra, de 29 años. El fiscal Miguel Moreno confirmó ayer que el cuerpo del policía asesinado en barrio Godoy presentaba heridas de al menos seis disparos de de arma de fuego en la cabeza y realizados a corta distancia. En el mismo sentido admitió que no hay indicios de cuál puede haber sido el móvil del crimen, aunque descartó que haya sido un robo. Hace cinco años, el padre de Ibarra, policía retirado, fue asesinado en barrio Ludueña mientras conducía un remís.

"Hay doce orificios en el cráneo, o sea que serían cinco disparos con orificio de entrada y salida y entiendo que uno más solo con orificio de entrada, quedando retenido en el cuerpo, y hay otro orificio más", aseguró Moreno ayer en rueda de prensa.

"Presentaba varios impactos de bala en el cráneo, no así en otra región del cuerpo", detalló el fiscal a cargo de la investigación del homicidio. Y añadió: "Lo que vimos, por la posición del cuerpo y la dirección de los disparos, es que lo más probable es que le hayan disparado de adentro de su propio vehículo".

La víctima fue identificada como el suboficial Cristián Exequiel Ibarra, de 29 años, quien revestía tareas en la Oficina de Gestión Judicial y, según confirmó el fiscal Moreno, se encontraba con "carpeta médica", por un accidente de tránsito. Fue hallado en el interior de un Peugeot 308 negro, registrado a su nombre.

Ibarra, de 29 años, revestía tareas en la Oficina de Gestión Judicial

y, según confirmó el fiscal Moreno, se encontraba con "carpeta médica.

"El móvil del crimen no está totalmente claro, pero no manejamos que haya sido un robo, porque la totalidad de las pertenencias, excepto su arma reglamentaria, estaban en el interior del vehículo", detalló el funcionario. "La mayoría de los disparos fueron hechos desde atrás y desde el lado derecho, de adentro del vehículo", agregó.

Moreno reveló que Ibarra no era vecino de barrio Godoy, donde fue hallado muerto, y que los autores de los disparos estaban adentro del vehículo. "No sabemos si llegó con estas personas al barrio, si estaba con estas personas, si lo abordaron por la fuerza y se metieron dentro del auto", indicó.

Un llamado al 911 manifestó ver que dos personas salieron corriendo desde el interior del auto y uno de ellos llevándose algunas pertenencias que podrían llegar a ser de la víctima.

Un dato que no resultó menor ayer para los investigadores es que Mario Eduardo Ibarra, padre de la víctima, fue asesinado hace cinco años. También revistió en la fuerza de seguridad, pero estaba retirado y se había puesto a conducir un remís. Lo mataron el 23 de febrero de 2014 en Ludueña, en un hecho que oficialmente fue calificado como un robo. Mario iba en su Peugeot 405 por calle Junín, entre Matienzo y Felipe Moré, tratando de evitar la encerrona del tren y con una pasajera que había tomado el viaje en el Casino. Fue entonces que, según la crónica del momento, dos personas se le subieron al vehículo para robarle. La hipótesis fue que intentó evitar el asalto y que hubo un intercambio de disparos en el que se llevó la peor parte.