Las vacaciones de invierno son una buena excusa para que los adultos dejen aparecer su niño interior. Y una buena manera de hacerlo es disfrutando con los más chicos de espectáculos que los hacen sentir como ellos. Esa es la propuesta del Festival Internacional de Títeres al Sur, organizado por el Grupo de Teatro Catalinas Sur, que en su octava edición ofrece más de 50 espectáculos de 17 elencos en cuatro salas del sur de la ciudad (El Galpón de Catalinas, el Circuito Cultural Barracas, el Teatro de los Pompas y el Teatro La Máscara), la gran mayoría con entradas a la gorra. 

“Los títeres tienen una potencialidad tremenda, entran derecho en el subconsciente. No tienen freno”, coinciden en diálogo con Página/12 Ximena Bianchi y Gonzalo Guevara, dos de los organizadores del festival. “Al títere lo comprás de entrada, frente a él sos un niño más. Confluyen en el títere las técnicas plásticas, las teatrales, la parte vocal. Un montón de disciplinas artísticas en una sola cosa”, se entusiasman con lo que podrá verse las dos próximas semanas.

Una de las prioridades del festival es que quienes concurran puedan ver, además de obras de calidad, diferentes técnicas de manipulación de títeres y objetos: teatro de sombras y de objetos, marionetas de hilo, títeres de guante, de Venecia, de varilla, de cahiporra y kamishibai, con manipulación a la vista u oculta, que pueden combinarse con actores. Bianchi explica que la intención es ampliar el horizonte titiritero en la ciudad, sin que la economía sea una traba. 

“Muchas veces tenemos la idea de que el títere es un muñequito de guante, que es lo que más se ha visto. Y la realidad es que hay muchas técnicas distintas, muchas maneras de abordarlo, diferentes enfoques que le dan los titiriteros y que tienen un potencial que es enorme”, asegura la programadora y titiritera. Este abanico de propuestas está, literalmente, en manos de elencos de Brasil, India, Taiwán, España, Ecuador, Perú,Uruguay, Reino Unido, Israel, Italia, Chile, y los nacionales de Córdoba y Buenos Aires.

La selección y curaduría del festival viene sosteniendo temáticas sobre las que trabaja el grupo de teatro de Catalinas: “En general es memoria, tradición e identidad, aunque también se abordan otros temas”, remarca Guevara, y hace cuentas: “Más de 600 espectáculos pasaron por el festival. Si bien la raíz es esa, hay cositas distintas en cada edición”, evalúa. Este año, por ejemplo, podrán verse espectáculos de otras culturas y las diferencias entre sus propuestas: “En el de la India manipulan sin cruceta. Se atan los hilos a los dedos. Lo mismo pasa con los espectáculos de Galicia y de Venecia, son cosas muy tradicionales de ese títere de guante europeo, con la raíz de la comedia del arte”.

El elenco de Taiwán, sigue contando Guevara, es una familia que trae a su hija de 12 años para entrenarla en el arte titiritero. “Es una tradición que va pasando de generación en generación. Y así se van formando los artistas. Hacen una cosa muy china, de malabares con los títeres: se pelean, los tiran al aire y se enguantan en el aire. ¡Y todo coordinado con la música!”, adelanta. 

A pesar de que los títeres tienen cientos o miles de años de historia (dependiendo de quién la cuente), tienen algo que todavía atrae a grandes y chicos, aún en épocas de inmenso desarrollo tecnológico. Por eso, consideran los dos entrevistados, los títeres tienen que complementarse con todas las pantallas que hoy en día llegan a manos de los pibes. “La cuestión está en lo que provocan”, detalla Bianchi. “Los lenguajes audiovisuales tienen una velocidad, un zapping, que la vida no tiene, y para tener un mundo mejor, es necesario imaginarlo primero. Pero entre las primeras cosas que se recortan en una crisis, está el arte”, cuestiona, y le pide a Guevara que la ayude a recordar una anécdota del festival anterior, hasta que la traen entre risas. “Hacíamos un espectáculo donde hay un gato que se manipula con varillas atrás de un retablo, y cuando salís se ve al titiritero. Y ahí una nenita preguntó por qué tenían agarrado al gato con esos palos”. “Lo que la nena flasheó es que lo teníamos con esos palos para que no se escapara”, recuerdan. 

La primera edición del Festival de Títeres al Sur fue en 2006, la segunda al año siguiente y luego se configuró bianualmente. Nació para que en el sur de Buenos Aires hubiera espectáculosde calidad priorizando lo artístico por sobre lo económico. Guevara recuerda un poco en serio y un poco en broma: "Todos los elencos de Catalinas son muy numerosos, y nadie nos invitaba a ningún festival. Entonces nos propusimos hacer nuestro propio festival, que sea un encuentro entre titiriteros. Como todo lo que hace Catalinas, empezó siendo una cosa chiquita y se fue desbordando”. 

Con los años, este festival logró consolidar un polo titiritero y ser un espacio de referencia para la disciplina. “Nuestro festival ya tiene su lugar, hay gente que lo está esperando”, destaca Bianchi, y apuesta por “generar espacios que se sostengan". "Desde 2006 a la actualidad hay un esfuerzo sostenerlo en el tiempo, con la polenta de un grupo de vecinos que hace 36 años le pone el hombro para sostener locuras como esta”, concluye.

 

* El Galpón de Catalinas, Benito Pérez Galdós 93, La Boca.

* Circuito Cultural Barracas, Iriarte 2165, Barracas.

* Teatro de los Pompas, Av. Brasil 2802, Parque Patricios.

* Teatro La Máscara, Piedras 736, San Telmo.