Que el Diego Armando Maradona siempre es un rival extra para los que visitan La Paternal es historia conocida. Pero no por eso, deja de sorprender. Este sábado por la noche, el poderoso River rescató un trabajoso empate 1-1 de su viaje a Argentinos Juniors, en la presentación de ambos en la Superliga 2019/2020.

Con la cercanía del duelo de vuelta ante Cruzeiro (el martes, en Belo Horizonte, tras igualar 0-0 en la ida), Gallardo optó por presentar una formación mixta -sólo repitieron cinco de los titulares ante los brasileños-, aunque eso no significaba regalarle el protagonismo al dueño de casa.

Palacios, De La Cruz, el prometedor Rollheiser, Suárez y Pratto eran nombres más que suficientes como para justificar una amenazante presencia millonaria, al menos en ataque. En defensa, mientras tanto, Armani debería encargarse de salvar -como es costumbre- los desajustes de la algo improvisada línea de fondo, donde debutaba el lateral derecho categoría 2000, Elías López.

Alberto Fernández, reconocido hincha de Argentinos, fue ovacionado en el Diego Maradona.

Sin embargo, la teoría no pasó de teoría. Palacios estuvo inusualmente impreciso, De La Cruz no pudo desnivelar, Rollheiser participó en contadas ocasiones, Suárez prolongó su mala racha (iniciada con el penal que se fue a las nubes frente a Cruzeiro) y Pratto se volvió a mostrar, aunque voluntarioso, fuera de ritmo.

Así, el trabajado equipo de Dabove, que solamente presentó un nuevo nombre con respecto al que terminó jugando en el último torneo (el del veterano uruguayo Santiago Silva), logró hacerle daño a River con sus recetas nada secretas. Una presión agobiante, las subidas de Elías Gómez por izquierda (reinventado tras su paso por Rosario Central), la voluntariosa tarea de Moyano en el medio, y la coordinada tarea en ataque del cuarteto compuesto por los Silva (Santiago y Nicolás), Batallini y Hauche.

Fue así que el local consiguió su ventaja. Cerca de los 20, con un River acorralado contra su área, Batallini tomó un mal despeje de Suárez y, sacó un remate que, con la ayuda de un desvío en Suárez (nuevamente), dejó parado a Armani. Con el paso de los minutos, Argentinos se fue desgastando, Gallardo entendió que era hora de cambiar y mandó Borré y Ferreira a la cancha, y más tarde a Carrascal.


Y, como River es River aún con nombres alternativos, finalmente llegó la igualdad. Argentinos quedó mal parado, Borré mandó el centro para su compatriota Carrascal, quien anticipó a su marca y marcó el 1-1. Un empate poco atractivo para un equipo con las aspiraciones de los de Gallardo pero que, con el correr del fixture, puede tener su valía.