“Mi experiencia con la basura tiene que ver con ir a Capital a buscar basura o comida”, recordó Waldemar Cubilla, sociólogo, docente e investigador de la Universidad de San Martín (Unsam). Cubilla tiene 37 años, nació en Villa La Carcova y cayó preso a los 18. En 2008 fue trasladado a la Unidad 48 de San Martín, que había estado operando sin presos. “Estuvimos buscando estrategias para salir de la celda porque, al ser una cárcel nueva, no tenía ningún tipo de actividad educativa o laboral”, contó.

Cubilla y otros reclusos que se conocían de otras cárceles lograron abrir una biblioteca que funciona hasta hoy y fue bautizada “Juan Gelman”. Los libros que dieron inicio a esa biblioteca fueron donados por la cooperativa Bella Flor. “En lugar de meter los libros en la balanza y vender el papel por kilo nos los hicieron llegar. Entendieron que estábamos construyendo algo diferente - afirmó-. Resignaron ganancia, pero fue una inversión porque ganamos kilos de saber”.

Ese año, Cubilla comenzó a estudiar sociología dentro de la cárcel y adelantó 26 de las 33 materias de la carrera. Su último año pudo cursarlo en libertad en la Unsam y para recibirse presentó una tesis sobre la cooperativa Bella Flor y sus trabajadores. “La intención, en términos académicos y científicos, contar esta experiencia para que se aborde desde el trabajo y no desde el desarrollo social para que reconozcan a esos trabajadores que deben tener derechos laborales”, afirmó.

Informe: Ludmila Ferrer.