La mirada de las Nutricias se inserta en un debate global en torno al alimento, la salud, la ecología y la economía. El año pasado un lapidario informe de la Relatora sobre Derecho a la Alimentación de Naciones Unidas, Hilal Elver, señaló que Argentina “es el país de la región que consume la mayor cantidad de productos ultra-procesados per capita por año (194,1 kilos), y lidera el consumo de gaseosas”. Asimismo la relatora valoró el trabajo de las organizaciones que cultivan agroecológicamente, es decir aquellas que entre otros objetivos apuntan a evitar el uso de químicos de síntesis, que buscan retejer vínculos entre agricultura y consumo a nivel local, y apelan a construir sistemas de comercio justo. Frente a este escenario, la Nutricia Estefanía Moroni sostiene: “el alimento de calidad, sin pesticidas, debería ser para toda clase social porque es un tema de salud, de contar con cuerpos y mentes sanas”. “Hoy en día estamos viviendo un envenenamiento crónico con los alimentos, que mantiene a la sociedad enferma”, apunta en función de diversos informes y estudios que dan cuentan de la ingesta cotidiana de agroquímicos en micro-dosis a través de frutas y verduras.