La nota está dirigida al sanjuanino Marcelo Rodríguez, el presidente de la UAR. Fue enviada el viernes pasado por correo electrónico y sus firmantes, los organismos de Derechos Humanos y familiares de los jugadores de rugby víctimas del terrorismo de Estado durante la dictadura cívico-militar de 1976-1983, esperan una respuesta favorable. El texto es la ratificación de una idea que ya se comunicó en 2013 y 2014 a las anteriores autoridades de la Unión. “Un reconocimiento institucional a los rugbiers detenidos-desaparecidos que formaban parte de diversos clubes en todo el país” dice uno de sus párrafos. Hasta hoy se comprobaron 152 casos, según adelantó Página/12 en un artículo hace tres semanas, una lista que no sería definitiva y puede ser más amplia. Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Abuelas e H.I.J.O.S suscribieron el pedido que además acompañaron decenas de familiares, ex compañeros de equipo y amigos de los deportistas. Una cantidad considerable integraron equipos de las ciudades de La Plata y Rosario, que fueron de las más golpeadas por la represión ilegal.

La carta explica que “a 43 años del golpe cívico militar, motiva el pedido la necesidad de poder transmitir a las nuevas generaciones de deportistas lo sucedido en el pasado reciente para que no vuelva a suceder ni a repetirse NUNCA MÁS”. A las agrupaciones mencionadas las apoyaron con su firma la Liga Argentina por los Derechos Humanos, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Comisión Memoria, Verdad y Justicia de Zona Norte, la Fundación Memoria Histórica y Social de la Argentina y Familiares y compañeros de los 12 de la Santa Cruz.

También rubricaron la nota dirigida a la Unión Argentina de Rugby varios familiares a título personal, como Taty Almeida, la mamá de Alejandro, quien jugó en el club Porteño. Verónica y Celina Sánchez Viamonte, hijas de Santiago, para muchos el mejor jugador de la historia de La Plata Rugby. Araceli, María y Marcelo Rocca, hermanas y hermano de Hernán, capitán del mismo club de Gonnet asesinado por la CNU (Concentración Nacional Universitaria) en la Semana Santa de 1975. María Rosa White, hermana de Guillermo, ex rugbier de Maristas de Rosario, cuyos restos fueron encontrados por el EAAF en el cementerio La Piedad el año pasado. María Laura Megna y Laura Elena Tasada, hija y cuñada de Hugo Alberto Megna, ex jugador de Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER), entre muchos otros padres, madres, hijos y hermanos de los deportistas.

El texto dirigido a Rodríguez recuerda que hubo contactos anteriores con dirigentes del rugby nacional para solicitarles el homenaje: “Como ya se hiciera formalmente a través de reuniones mantenidas por integrantes de los organismos de derechos humanos en los años 2013 y 2014 con autoridades de la UAR, volvemos a reiterar el pedido”. La idea de escribirle a la Unión nació de una conversación entre Carlos Pisoni, ex subsecretario de Derechos Humanos de la Nación y referente de H.I.J.O.S con Julián Axat, abogado, poeta y docente platense. Su padre Rodolfo jugó en La Plata Rugby, militaba en Montoneros y la dictadura lo hizo desaparecer en abril de 1977 junto a su compañera Ana Inés Della Croce.

Los familiares le contaron al máximo dirigente del rugby nacional en la carta que recibieron “con alegría la noticia de que los jugadores de los All Blacks hayan visitado el Sitio de Memoria de la Ex ESMA, y se interiorizaran de lo sucedido allí”. Por eso le sugirieron que “veríamos con agrado que lo mismo pueda suceder con las distintas categorías que conforman el seleccionado nacional de Los Pumas así como también con los clubes que son parte de la UAR”. Estas visitas no son desusadas entre los planteles de rugby del primer nivel internacional. Como los neozelandeses cuando fueron al centro clandestino de detención de la Armada, el seleccionado sudafricano estuvo en isla Robben en septiembre del 2018, donde funcionó un presidio de condiciones extremas durante el régimen del Apartheid. Ahí confinaron en una celda de aislamiento a Nelson Mandela, un ícono mundial de la lucha por los derechos humanos y contra el racismo. Pasó en ese lugar 18 de los 27 años que lo mantuvo en cautiverio el gobierno racista. Todos los Springboks se fotografiaron con una remera del líder negro en esa recorrida por la cárcel-museo que está frente a Ciudad del Cabo.

Ex jugadores, compañeros de equipo y amigos de los rugbiers desaparecidos también esperan un gesto de la UAR. Raúl Barandiarán, ex centro de La Plata y hermano de Mario, ex integrante del cuerpo técnico de Los Pumas; Martín Sharples, ex forward de Porteño y atleta; el escritor y ex primera línea de La Plata, José Supera y el ex diputado del Movimiento Evita, Gerardo Rico, ex Maristas de Rosario. Todos quedaron pendientes de “una respuesta favorable” como cierra la carta que el viernes recibió el presidente de la UAR.

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