Tal vez la salida de Nicolás Dujovne no haya sido la última. En la Rosada todavía corren rumores sobre algunos cambios más que podrían venirse. Las principales miradas están centradas en el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien todavía es sostenido por el presidente Mauricio Macri, como ya lo hizo ante los reclamos de dejarlo ir en la crisis cambiaria de 2018.  La discusión es si su reemplazo sería una señal de debilidad o de recambio. Eso quizás explique por qué, si hay intenciones de hacer más modificaciones de gabinete, no se hicieron todas juntas. O también puede deberse a que desde el Gobierno esperan a ver si con la cabeza de Dujovne ya fue suficiente. O si les exigen más desde el establishment. Como Peña, el consultor Jaime Durán Barba está en el centro de las críticas dentro del oficialismo. 

La salida de Dujovne es probable que haya tenido más que ver con su voluntad de dejar el cargo que con una necesidad de oxigenar el Gabinete. De hecho, Macri en persona había negado su deseo de hacer cambios hace una semana. Un día después, su ministro de Hacienda le presentaba la renuncia. El problema, como informó este diario, era conseguirle un reemplazante. ¿Quién iba a querer ocupar esa silla en llamas por cuatro meses? Es una gran oportunidad para clausurar carreras, como lo sabe Jesús Rodríguez, quien ocupó el cargo al final del gobierno de Raúl Alfonsín y se incineró durante la hiperinflación. Finalmente, el reemplazante lo donó María Eugenia Vidal. La gobernadora venía pidiendo cambios que mostraran un giro en las políticas, con modificaciones en el Gabinete.

El otro cambio que piden desde las filas de Vidal es el de Peña. Hace tiempo que el jefe de Gabinete y la gobernadora están enemistados, tanto por la estrategia de campaña como por cuestiones de gestión, como el traslado de subsidios a la provincia de Buenos Aires, mientras el Fondo del Conurbano sigue congelado. Habrá que ver cuánto alivio en estas cuestiones le trae la llegada de Hernán Lacunza al Ministerio de Hacienda nacional. Un dato: al flamante funcionario debieron traerlo en un avión oficial desde sus vacaciones en Cerro Bayo. En un encendido discurso en el que le reclamó a Macri que no hiciera cambios de Gabinete, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, criticó a quienes se fueron a esquiar en plena crisis gubernamental. Mensajes de una interna que no cesa. De yapa: Carrió tampoco está de acuerdo con sacar a Peña.

"No son necesarios más cambios en el Gabinete", se apuró a asegurar el diputado Daniel Lipovetzky. Desde la mesa chica del PRO se dedicaron a negar cualquier cambio hasta fines de la semana pasada, cuando empezaron a trascender los efectos de las presiones.  El sábado cayó la primera ficha, que podría no ser la última. Ensombrecido, uno de los consiglieri de Macri soltó a este diario: "Quizás haya otro ejecutado". En los cálculos de este adláter del Presidente, no sería Peña. No obstante, no hay otro cuya salida sea reclamada tanto interna como externamente.

No está claro quién lo reemplazaría, no obstante. Se mencionó al senador Miguel Angel Pichetto, pero él lo negó públicamente. Otra posibilidad sería ascender a su número dos, Andrés Ibarra, un hombre que tiene línea directa con Macri y que lo acompañó en gran parte de su carrera política, futbolística y empresarial. Más difícil es que el Presidente elija a esta altura a un radical, como Mario Negri, o a alguien del ala política del macrismo, como Rogelio Frigerio. 

"En el PRO, hay gente que quiere que (Peña) se vaya desde hace un año. Otros desde 2008. La verdad es que, a esta altura, ¿tiene sentido?", se preguntó un macrista que sufrió por años al jefe de Gabinete. E indicó que seguramente el destino de Peña lo definan, paradójicamente, las encuestas a las que es tan afín. "Están todavía midiendo el cambio de Dujovne y viendo si hacen falta más cambios", indicó. Habrá que ver cómo le dan los números a Peña.