“Programamos casi el doble de cortos que el año pasado”, anticipa Diego Cabarcos y la pregunta inmediata es “¿cómo hicieron?” Es que el Festival Cartón, la cita internacional de cortos de cine animado, no es ajeno ni a la situación crítica que atraviesa la cultura local ni a las dificultades de financiación de los otros festivales. Aún así, el encuentro comenzará este lunes y se extenderá hasta el domingo, siempre en su tradicional sede del bar de FM La Tribu (Lambaré 873). El cierre dominical no será en el Gaumont –alguna autoridad decidió que el tradicional cine de Av. Rivadavia no se preste más a festivales-, sino en el Centro Cultural de la Ciencia (Godoy Cruz 2270). Allí será la entrega de premios (incluida la nueva categoría “Microcortos”) a la que aspirarán trabajos de 42 países.

“Los jurados también nos cuentan que la calidad de este año es impresionante, están muy contentos”, anticipa Cabarcos, parte del programa de radio Va... de retro, que coproduce el Festival junto con La Tribu. Además de las competencias y las habituales muestras de las escuelas de animación de todo el país (este año se destacará la de Avellaneda, cuenta, de la que surgieron referentes contemporáneos como Juan Pablo Zaramella o Ayar Blasco), Cartón tendrá focos y retrospectivas dedicadas a Pablo Polledri y al PowerFest. Además, el Festival mantendrá su anclaje social de todos los años. Esta ocasión eso se manifestará en un premio especial dedicado al cortometraje que mejor aborde alguna cuestión de género.

Cabarcos atribuye el crecimiento de la propuesta a la trayectoria ya consolidada del Festival, que tendrá este año su novena edición, una trayectoria de persistencia y autogestión que consigue sortear las dificultades presupuestarias. “El Festival se hizo más conocido tanto en lo nacional como en lo internacional, y hoy por hoy las convocatorias son online, estamos en varias plataformas especializadas y eso hace que llegue mucho material”, explica. En Argentina ya son un mojón indispensable del calendario y son muchos los realizadores que producen con la cabeza en Cartón.

“La crisis nos pega por otros lados, no por el INCAA, que siempre nos apoyó en mayor o menor medida”, apunta Cabarcos. “Lo que sí se nos cayó fue la totalidad de los auspiciantes que aportaban”, señala. Ya desde 2018 la crisis los dejó sin apoyo monetario privado. “Cayeron todos en dominó”, lamenta el organizador. “Sí hay amigos e instituciones que colaboran –rescata-, pero de otra manera, no con dinero”. Además del apoyo del INCAA, el colectivo sostiene el Festival con su bolsillo y la venta del “merchandising cartonero”, para los gastos sin paciencia para los tiempos burocráticos. “Estamos todos los festivales igual”.

Pese a todo, los organizadores de Cartón no dejan de pensar cosas para el Festival. El premio a los microcortos, de hasta 3 minutos, es una muestra de eso. “Nos dimos cuenta que los cortos de poca duración no venían teniendo premios y nos pareció una manera de visibilizarlos, porque tienen otro ritmo y otra lógica para contar que está bueno rescatar”.