El abogado de la familia de José Martín Gómez, el hombre que murió por un traumatismo craneoencefálico tras recibir una violenta patada por un policía de la Ciudad el 19 de agosto pasado en el barrio de San Cristóbal, apeló la excarcelación del uniformado y solicitó que la causa por "homicidio preterintencional" sea recaratulada como "homicidio agravado", que prevé prisión perpetua. La presentación fue realizada por el letrado Ignacio Trimarco, quien explicó a Página/12 que la petición se basa, por un lado, en que el oficial inspector Esteban Ramírez (42), con veinte años de servicio, "debió representarse que su conducta podía ocasionar la muerte de Gómez", y, por otro, "que hay numerosas irregularidades que indican que hay riesgo de entorpecimiento de la investigación". Además, el abogado dio un dato que se desconocía hasta el momento: "el imputado y sus colegas le mintieron a la médica del SAME que llegó al lugar para auxiliar".

El pedido de cambio de carátula y de prisión preventiva del acusado fue presentado ante la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, en contra de la decisión adoptada por la jueza a cargo del  juzgado de Instrucción 8 porteño,  Yamile Bernan, quien procesó a Ramírez por homicidio preterintencional, sin prisión preventiva. Y le otorgó la excarcelación bajo caución juratoria por entender que no existían riesgos procesales. No obstante, la magistrada abrió una causa paralela para investigar el intento de encubrimiento de los policías que intervinieron en el hecho.

En este sentido, Trimarco dijo a este diario que "hicimos la presentación atentos a las irregularidades que ya constan en la causa". Y señaló que el imputado y los policías que ese día intervinieron no sólo "le mintieron a la fiscalía y al juzgado diciendo que habían encontrado un 'óbito en la vía pública", es decir, tratar de "mostrar que a Gómez lo encontraron tirado en la calle" sino que "le mintieron a la médica del SAME".

"Cuando llegó el SAME la oficial (Alejandra) Luna dijo que Gómez se había caído en la calle cuando intentaba huir, y no dice nada sobre la patada que recibió. Y cuando la jueza le preguntó a la médica si hubiera actuado de otra forma de haber sabido del golpe en el pecho, ella le respondió que sí. Todos los policías intentaron encubrir la situación desde el primer momento", remarcó.

Y recordó que "primero comunicaron que a Gómez los encontraron tirado en la calle, ocultando la intervención policial y la patada, golpe que también le ocultaron al SAME. Después, mientras Ramírez estuvo aprehendido se cambió la ropa y los borceguíes, cuando está claro, especialmente para un oficial con veinte años de servicio, que no puede cambiarse ni lavarse porque adultera las pruebas. ¿Por qué se cambió?, algo tendría que ocultar", evaluó el abogado.

Si bien al día siguiente la defensa del policía aportó unos borceguíes, a la querella no le consta que sean los mismos con los Ramírez efectuó la patada mortal, lo que imposibilita saber si el calzado utilizado estaba o no reforzado con algún elemento. Por este hecho, el letrado pidió que se investigue a Gendarmería, que era la fuerza que tenía a cargo el resguardo de Ramírez durante la aprehensión luego de que el juzgado interviniente apartara a la policía. 

"Todas estas irregularidades presuponen la existencia de riesgo procesal de entorpecimiento de la investigación, que habilita el dictado de prisión preventiva", dijo el letrado, que aclaró que "Gendarmería viene a encubrir todo lo que está pasando, como pasó con Santiago Maldonado y otros casos, y por eso pedimos también investigar por encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario público al personal de Gendarmería".

En cuanto al cambio de carátula, Trimarco explicó que en la apelación se señalan los argumentos de la misma jueza Bernan, quien sostuvo al procesar a Ramírez que el policía "tenía el deber de desarmar a Gómez, pero también de extremar los esfuerzos para preservar su integridad física, dado que se encontraba en un estado de indudable y visible vulnerabilidad" --los testigos afirmaron que parecía ebrio, con un andar tambaleante--.

Por esta razón, en el escrito, la querella sostiene que Ramírez actuó con dolo eventual, y "conociendo el daño que podía causar, con su conducta creó un peligro que evidenció un desprecio por la vida humana".

El hecho ocurrió el 19 de agosto, alrededor de las 7.30, en Carlos Calvo entre Saavedra y Alberti, cuando Gómez, tras haber interrumpido el tránsito, caminaba por la bicisenda. Al arribar al lugar la Policía, lo rodearon. Uno de los agentes, Ramírez, se le acercó y le lanzó una patada en el pecho, a causa de la cual el hombre se desplomó sobre el asfalto y sufrió un traumatismo encefálico a raíz del cual murió poco después.

Como registró la cámara de seguridad que permitió visibilizar el caso, cuando la patada impactó, Gómez se encontraba quieto, parado con las manos en la espalda y sin evidenciar ninguna actitud hostil.