“Están en un proceso de generar una sensación de que en la Argentina es tremendo el hambre que hay… puede ser que algunos sectores tengan dificultades, pero no hay hambre en la Argentina”. Con esa frase, Miguel Angel Pichetto dio una particular visión del momento económico y social que vive el país.
En el mismo día en que se produjo el acampe de organizaciones sociales en la 9 de julio reclamando una Ley de Emergencia Alimentaria, en el programa Luis Novaresio Entrevista (A24) el candidato a vicepresidente de Mauricio Macri en la fórmula de Juntos por el Cambio recurrió a extremos para minimizar la realidad. Primero señaló que “en la Argentina no hay una hambruna como la de un país africano”, y luego afirmó que la ayuda del Estado a los más necesitados es aquí “mayor a la de los países nórdicos”.
Lejos de la estrategia de “bajar el tono” en la campaña establecida hace algunos días por Mauricio Macri, Pichetto eligió un tono más cercano al de sus declaraciones recientes sobre la inmigración o las que suelen teñir los discursos de Elisa Carrió; así, aprovechó para señalar a los dirigentes de organizaciones sociales como “gerentes” de cooperativas que las utilizan en su propio provecho. Y, haciendo caso omiso de la promesa de “Pobreza Cero” lanzada por Macri en su campaña de 2015, se escudó en que “en Argentina hay un esquema de pobreza que se ha profundizado desde 1983, que comenzó con la dictadura pero siempre se mantiene alrededor de un 30%”.