Facundo Campazzo (10): Comandante de la presión sobre el manejo de balón francés. Cachetazos a la pelota y lucha cuerpo a cuerpo, que muchas veces no se traduce en estadísticas, pero sí en una insoportable marca que obliga a reiniciar la ofensiva rival. En ataque, volvió a liderar la generación de juego y, aunque no tan efectivo como en otras ocasiones con su tiro, encestó dos triples claves en el primer tiempo, cuando el aro estaba cerrado para Argentina. Terminó con 12 puntos (1/4 en dobles, 3/9 en triples y 1/2 en libres), 7 rebotes, 6 asistencias, 1 robo, 2 pérdidas y +19 con él en cancha en 34 minutos.

Patricio Garino (8): Encargado nuevamente de la principal amenaza ofensiva rival, el NBA Evan Fournier. Se cargó rápidamente de faltas y tuvo que salir. Fue recién allí cuando el escolta de Orlando Magic consiguió sus primeros puntos. Los últimos dos minutos del juego fueron una perfecta representación de lo que significa el marplatense: con el partido casi definido, le cacheteó tres veces consecutivas la pelota a Fournier cuando el francés -incrédulo- intentaba recibir el saque de banda. Con él en cancha, Argentina sacó +17: 0 puntos (0/2 en dobles y 0/1 en triples), 3 rebotes (todos ofensivos) y 4 faltas.

Nicolás Brussino (6): Sus 2 metros le hicieron un lugar nuevamente en el quinteto titular. Le tocó ayudar doblando en defensa más que ocuparse de su hombre (Nicolas Batum) y no desentonó. En ataque, se destacó con un rebote ofensivo y conversión, sus únicos puntos del juego. Jugó 8 minutos.

Luis Scola (10): Al cierre del primer tiempo, el Gran Capitán ya tenía 13 puntos y 10 rebotes. El histórico interno de 39 años desafía las leyes de la naturaleza. Protagonizó toda jugada emocionante del partido, encargándose muchas veces él solito de llevar la pelota de costa a costa para definir en el aro rival. Un par de triples seguidos en el último cuarto le bajaron la persiana a la semifinal. Números impactantes: 28 puntos (5/13 en dobles, 3/4 en triples y 9/10 en libres), 13 rebotes (11 defensivos), 2 asistencias, 4 faltas y un +10 en 34 minutos.


Marcos Delía (10):
El nivel del nacido en Saladillo obliga a cuestionar si la NBA está sobrevalorada. El pivot que jugará la próxima temporada en México tras quedar libre en España dominó a placer al dos veces ganador del premio al Mejor Defensor de la NBA Rudy Gobert (quien además le saca 10 centímetros de altura). No sólo dio una clase magistral de cómo realizar el cerco reboteador sino que apichonó al gigante francés con un taponazo en su primer intento al aro. Delía terminó con 6 puntos (3/6 en dobles), 3 rebotes, 4 faltas, 1 bloqueo y un +10 en cancha en 24 minutos. Pero más importante aún, Gobert (venía de marcarle 21 a Estados Unidos) terminó con 3 puntos y un -14.

Gabriel Deck (10): En su primer ataque metió una volcada a una mano digna de transformarse en icono de cualquier liga del mundo. Indomable para los franceses, lideró la ofensiva desde el banco. En defensa, se tuvo que hacer cargo a veces del peligroso Fournier y no desentonó. El santiagueño firmó una planilla de 13 puntos (5/8 en dobles y 1/3 en triples), 2 rebotes ofensivos y +5 en cancha en 25 minutos.

Nicolás Laprovíttola (7): Entró con algunas dudas y Oveja Hernández le permitió que las resuelva en cancha. Metió un triple importante en el tercer cuarto, cuando el equipo parecía estar en problemas. Sigue peleado con el aro (32% de triples en el torneo), pero no así con la generación de juego: fue artífice sobre el final al crear para sus compañeros muchas definiciones simples. El de Morón terminó con 7 puntos (2/3 en dobles y 1/5 en triples), 3 rebotes, 4 asistencias, 4 pérdidas y +5 en cancha en 24 minutos.

Luca Vildoza (10): Un animal en ambos lados del parquet. Atrevido para atacar el aro, le dio a la Argentina una mano muy necesaria en ataque. En defensa, se metió en la cabeza de cuanto consagrado francés se le puso en frente. Finalizó con 10 puntos (1/2 en dobles, 1/3 en triples y 5/5 en dobles), 4 rebotes, 3 asistencias, 4 faltas y +1 en cancha en 15 minutos.

Tayavek Gallizzi (6): La acumulación de faltas personales del incasable Delía lo obligó a jugar buenos minutos. Se bancó a las torres francesas con fiereza, su gran virtud. En una acción de ataque y solo contra dos, se generó una falta, fue a la línea y embocó ambos lanzamientos como si fuera algo de todos los días. Firmó 2 puntos, 1 rebote ofensivo, 3 faltas y +1 en cancha en 9 minutos.

Máximo Fjellerup (6): A la gran promesa nacional le tocó bailar con los franceses más peligrosos cuando los especialista defensivos argentinos se cargaron de faltas. Fue victimizado en un par de ocasiones por la velocidad de Fournier. Sin puntos, 1 rebote y -2 en cancha en 4 minutos.

Agustín Caffaro (6): Cuando todo estaba definido, Hernández lo puso en juego y el interno protagonizó una jugada tragicómica. Campazzo lo dejó solo frente al aro, Caffaro la quiso volcar y se le escapó de las manos. En la acción siguiente, se comió un gorro de Gobert.

Lucio Redivo (-): No jugó.

Sergio Hernández (10): El equipo del Oveja es una pesadilla para los rivales. Las manos rápidas entorpecen una y otra vez cada ofensiva sea Serbia, Francia o Rusia, fastidiándolos. El equipo es líder del torneo en robos y mantiene a sus contendientes por debajo del 40 por ciento de efectividad en tiros de cancha. Además, con el correr de los partidos, ya no sufre tanto en el rebote. La Selección, una vez que triunfa en defensa, se larga a correr y, así, saca diferencia. En lo que va del Mundial, promedia 22 puntos tras pérdidas rivales (contra 12) y 12 de contragolpe (contra 6).