"Fue todo muy normal hasta 1977... Mi hijo Daniel estudiaba Agronomía y le faltaba poco para recibirse, mi nuera trabajaba y estaba haciendo el ingreso a Psicología; se conocieron en Haedo, primero hicieron pareja y después se casaron. Cuando se los llevaron el 24 de agosto, tenían 23 Daniel y 21 María del Carmen, los dos trabajaban mucho y tenían una nena, Ana, de un año y medio, y el 15 de agosto del ’77, nueve días antes del secuestro, había nacido Ernesto”. Las palabras pertenecen a Elsa Fanti de Manzotti, al rememorar --en una entrevista con PáginaI12 -- la desaparición de parte de su familia, lo que la llevó a la militancia en la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Elsa falleció este domingo a los 91 años.

En un comunicado la Asociación Madres de Plaza de Mayo informó la noticia de la partida de Elsa Fanti. "Hace un ratito nomás nos dejó la dulce, increíble y única Elsa Fanti de Manzotti. Desde hace un tiempo que estaba enfermita pero igual vino a la Plaza hasta hace muy poco. Y si no venía, era de lo único que se acordaba: que era jueves y había que ir a la Plaza", señalaron al recordar a la Madre fallecida.

"La vamos a recordar cómo era ella: tranquila, prolija, dulce... y no nos vamos a olvidar de sus tartas de manzana para cada cumpleaños. No nos vamos a olvidar de su entrega desde la primera hora. A ella le quedaron dos nietitas muy pequeñas, pero nunca faltó, trataba de venir todos los jueves y a cada actividad de las Madres", destacaron y agregaron que "estuvo siempre presente y siempre lo estará. Nos deja con un vacío muy grande que vamos a intentar cubrir, aunque sabemos que nadie va a ser como ella... con su dulzura, su mirada y siempre, siempre esperando algo mejor. Gracias por todo, Elsa”.

Elsa vivía en Haedo junto a su marido, Onelio Manzotti, con quien tuvo dos hijos, Alicia y Daniel. El hijo varón vivía junto a su esposa, María del Carmen, en lo de los padres de ella. El día que los secuestraron, el 24 de agosto de 1977, se llevaron también al papá de ella y allanaron la casa de los Manzotti. Al padre de María del Carmen lo liberaron tres días más tarde y a Elsa y su marido, poco después. “Ese 24 de agosto empezó mi lucha", recordó años más tarde Elsa y agregó que "cada una que llegaba a la plaza tenía una angustia muy grande, parecida a la que siento ahora recordando todo lo que estoy recordando. La pregunta que te hacían cuando una llegaba era '¿qué te falta?'‘ y yo dije: 'me faltan mi hijo y mi nuera', y a una se le saltan las lágrimas, siempre en aquel momento llorábamos y entonces la compañera te decía que en la plaza no se llora y que se viene a trabajar".