La semana pasada se llevó a cabo en La Paz, Bolivia, la elección de autoridades para el Programa Memoria del Mundo de la Unesco para América Latina y el Caribe (Mowlac) y la Argentina tuvo dos gratas sorpresas: no sólo integrará por primera vez el programa sino que además presidirá el Comité Regional, encargado de concientizar sobre la importancia del cuidado del patrimonio documental histórico en la región. La elegida por sus compañeros para ocupar el cargo de titular fue Sandra Moresco, profesora de historia, trabajadora del Archivo Nacional de la Memoria y militante de derechos humanos. En diálogo con PáginaI12, cuenta que su objetivo será “resaltar la raíz común que tienen las naciones latinoamericanas” e “impulsar la creación de comités nacionales en cada país”, incluida la Argentina, que tiene una “deuda histórica” en esa materia.

La tarea específica de Mowlac es impulsar a los archivos documentales de los distintos países para que se presenten a convocatorias de evaluación a fin de que puedan formar parte de la Memoria del Mundo de la Unesco. Tal como contó la flamante presidenta a este diario en julio, los acervos participantes “tienen que tener relevancia histórica a nivel regional” y además contribuir en delinear “la conexión que existe entre los distintos países”. “Tenemos una historia y una raíz en común más profunda y verdadera de la que pensamos, con muchas más cosas que nos unen que las que nos separan. Ese será el espíritu de mi mandato: sugerir, apoyar y aconsejar a los países para que podamos ir teniendo una mirada más efectiva sobre eso que tenemos en común y que se expresa a través de nuestros archivos”, adelanta Moresco sobre su gestión.

--En una entrevista anterior con este diario dijo que en la Argentina no hay una política de protección de archivos. ¿Trabajará sobre eso en su gestión al frente del programa?

--Mi cargo es regional y también lo será mi tarea, con especial interés en la integración y no en la prioridad de algunos países por sobre otros. Por supuesto intentaré contribuir desde mi lugar a que mejore la situación de la archivística en la Argentina, que no ha avanzado lo que debería. Sobre todo sugeriré la creación de un comité nacional, organismos formados por distintas instituciones y representaciones de la sociedad vinculadas a la archivística, la cultura, la educación. Son importantes porque no solo contribuyen a la difusión de los archivos sino también a la difusión de la importancia de que existan, que son dos cosas diferentes.

--Y más allá de la voluntad del programa que ahora preside, ¿qué rol cumplen los Estados en esa misión?

--Su rol es imprescindible. Sin políticas públicas concretas es imposible cualquier desarrollo. En la reunión en La Paz tuvimos el apoyo pleno del vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera, y vimos la diferencia que hay entre los países que tienen políticas públicas definidas destinadas al patrimonio y aquellos que no las tienen. El extraordinario testimonio que da el Archivo de la Minería Nacional boliviano, que da cuenta de la riqueza del territorio y la historia del trabajo en las minas llevado a cabo durante siglos, es una muestra de cómo se rescatan la memoria histórica nacional y regional.

--¿Qué importancia tiene que una mujer esté al frente del programa y qué contribución piensa hacer en ese sentido?

--La historia de la mujer latinoamericana y caribeña también tiene muchas cosas en común y la idea es visibilizarlo. Tenemos una historia de explotación, de opresión en cuanto al lugar que ocupábamos en las distintas sociedades, en el mundo del trabajo. Es muy importante, por ejemplo, mostrar las fotos y documentos de mujeres y niñas trabajando en distintas etapas históricas para entender que la transformación también depende de la mirada que nos demos a nosotras mismas. Hay archivos que reflejan esto y son importantes porque nos permiten ver la sororidad que desplegamos para salir de esos lugares.