La cuestionada gestión de Ramiro Tagliaferro como intendente de Morón ahuyenta hasta los propios macristas. El concejal PRO Nicolás Canario Soto abandonó la bancada de Cambiemos en el Concejo Deliberante, creó su propio monobloque Argentina de Pie y reclamó la interpelación del jefe comunal por el “desabastecimiento de medicamentos al hospital municipal”, “la malversación de recursos públicos para provechos particulares”, “la violencia moral ejercida contra empleados del Estado para realizar actividades de campaña” y “la captación del voto de los más vulnerables a través de prebendas de la más baja categoría”, entre otras duras denuncias. La deserción de Canario Soto deja sin la mayoría automática en el Concejo a un golpeado Tagliaferro, que ve diluir sus anhelos reeleccionistas tras caer derrotado en PASO por casi 8 puntos ante el candidato del Frente de Todos, Lucas Ghi.

En su carta dirigida a la presidenta del Concejo, Analía Zappulla, el ahora ex concejal PRO Canario Soto apunta sin concesiones a Tagliaferro, a quien acusa “del inocultable desinterés por los vecinos de Morón y del poco respeto del señor intendente por la instituciones republicanas que han sido avasalladas hasta en su máxima expresión, en el autoritarismo con que se ha manejado esta gestión”. “No puedo seguir siendo cómplice del más descarado de los clientelismos políticos nunca antes visto en la historia de este distrito electoral”, agrega el joven abogado y profesor de derecho penal.

“Las prácticas abusivas y extorsivas a las que nos ha querido acostumbrar han destrozado los reglamentos, avasallado garantías y vulnerado todo tipo de procedimientos. Las irregularidades en el manejo de los fondos públicos, el recurso a la constitución de oscuros contratos inexplicables, para evitar los mecanismos transparentes de la licitación, el destrato a los funcionarios públicos (de todos los niveles), el autismo y la soberbia del señor intendente así como las desesperadas maniobras para llevar adelante una campaña de mentiras, en vez de utilizar la verdad y el compromiso real con los ciudadanos”, dice otro párrafo de la carta de Canario Soto.

Canario Soto justificó su decisión en que “un concejal se debe al pueblo que lo eligió, y no a un patrón de estancia que pretende manejar un municipio de 400 mil habitantes como si fuera su empresa personal”.