Arcor confirmó que dio vacaciones a unos 2500 empleados entre octubre y noviembre en cuatro plantas productivas para enfrentar la acumulación de stocks que sufre por la caída de ventas en el mercado interno. “Entra en el período legal, pero no el habitual”, admiten fuentes de la empresa. Las plantas afectadas son las de Villa Mercedes (San Luis), Colonia Caroya (Córdoba), Salto (Buenos Aires) y Lules (Tucumán). En el último tiempo, Arcor cerró una planta en Mendoza (La Campagnola) y suspendió completamente sus operaciones en Río Negro. “Desde hace 28 años que estoy al frente de Arcor, puedo decir que esta crisis es la más larga y continuará con el próximo presidente”, indicó recientemente el CEO y presidente de Arcor, Luis Pagani.

La medida del otorgamiento forzoso de vacaciones fue acordada con el Sindicato de Trabajadores de la Industria de Alimentación para “evitar despidos”. En el gremio calculan una caída del empleo de 15 mil trabajadores en el sector en los últimos años, dentro de los cuales están los 125 despedidos de La Campagnola, que pertenece a Arcor, en Mendoza.

Arcor también redujo este año la producción en sus plantas de alcohol industrial de San Pedro así como en la fábrica de glucosa de Arroyito, Córdoba. La razón que esgrime la empresa es la caída de la demanda. En el caso del alcohol industrial, Arcor detalló que cayeron las compras de parte de empresas perfumistas y de bebidas, mientras que la baja de la demanda de productoras de gaseosas habría motivado los problemas en la planta de glucosa.

Según la última información contable disponible de Arcor, en el primer semestre la firma anotó una utilidad neta después del impuesto a las Ganancias de 655 millones de pesos (10 millones de dólares al tipo de cambio actual), que contrasta con la pérdida de 2700 millones de pesos del mismo período del año pasado.