El Banco Mundial estima que la economía Argentina se contraerá 3,1 por ciento este año. El organismo multilateral que acompañó y celebró el "programa de reformas" impulsado por el gobierno de Mauricio Macri proyectaba a comienzos de año una caída de “apenas” 1,7 por ciento en 2019. El reporte publicado este jueves por la entidad no ofrece explicaciones para la crisis argentina. La entidad proyecta que el PBI caerá 1,2 por ciento en 2020 y anticipa que la economía local crecerá al 1,4 por ciento en 2021. Venezuela, Nicaragua y Haití son los otros tres países de la región que registrarán caídas en su nivel de actividad este año.

“Sería tentador atribuir el lento crecimiento de la región a un entorno externo menos propicio. Sin embargo, en general, la desaceleración parece más autoinfligida que importada”, expresa el Banco Mundial. Los factores autoinfligidos no están vinculados a la desregulación cambiaria, la apertura comercial o el ajuste fiscal. Atento a la matriz neoliberal que guía a los economistas del organismo, la culpa del “crecimiento anémico” regional se explica por “un historial de estrategias orientadas hacia el mercado interno”.

El organismo no tiene reparos, sin embargo, para adjudicar a factores externos el crecimiento experimentado durante la primera década del siglo XXI. “La región de América Latina y el Caribe ha vuelto a la senda del crecimiento lento que caracterizó los años anteriores al auge de los productos primarios”, lamenta el informe que espera un crecimiento nulo durante 2019. “Este desempeño decepcionante se debe, en parte, a las tres economías más grandes de la región: Argentina está sumida en otra crisis económica, Brasil acaba de salir de una recesión y México padece una desaceleración económica”, explica el reporte.

La solución ofrecida por el Banco Mundial para sortear la anemia regional es la apertura comercial y la firma de acuerdos como el que intentan rubricar los países del Mercosur y la Unión Europea. La entidad promete que ese tipo de acuerdos redundarán en “un mayor grado de complejidad económica, lo que debería tener un impacto positivo en el PIB a medio plazo; y los trabajadores deberían beneficiarse del mismo. Obviamente que al alentar la producción de soja y ganado el acuerdo UE‐Mercosur aumentará la renta de la tierra”.

Aunque no alcanza los cuestionamientos sobre el impacto desindustrializador del acuerdo que comparten sindicatos y cámaras empresarias de Argentina y Brasil, el Banco Mundial advierte que “existen posibles efectos negativos”. Sus consideraciones se limitan a mencionar que “algunos sectores se beneficiarán más que otros”.

El Banco Mundial estimó a comienzos de año que la economía argentina cayó 2,8 por ciento en 2018. Fue la cuarta recesión más profunda del mundo, solo superada por las contracciones experimentadas en Venezuela, Guinea Ecuatorial y Nicaragua. Entonces proyectaba una caída de 1,7 por ciento que le garantizaba al país conservar ese lugar este año. Argentina continuará contrayéndose en 2019 a medida que la profunda consolidación fiscal resulte en una pérdida de empleo y la reducción del consumo y la inversión", reconocía el informe de comienzos de año sobre las perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial al referirse a las consecuencias del programa de austeridad pactado con el FMI. El deterioro observado en lo que va del año confirma que la economía local exhibirá uno de los peores desempeños a nivel global.

A las dudas del Fondo Monetario Internacional, que postergó un desembolso por 5400 millones de dólares previsto para mediados del mes pasado, se sumaron los interrogantes del Banco Mundial. El directorio del organismo multilateral mantuvo a comienzos de septiembre una reunión excepcional para analizar el profundo deterioro económico y social del país así como las medidas anunciadas por Macri. Un crédito de 500 millones de dólares que todavía deben confirmar las autoridades del banco no fue evaluado durante el encuentro informal que mantuvieron los directivos.