El presidente Mauricio Macri volvió a desconocer el vertiginoso incremento del endeudamiento experimentado durante su mandato. El relato oficial apunta a sostener que el crecimiento en los pasivos externos a lo largo de los últimos cuatro años es inferior al observado en los gobiernos kirchneristas. Las estadísticas de la Secretaría de Finanzas del Ministerio de Hacienda que encabeza Hernán Lacunza contradicen las afirmaciones presidenciales: la deuda heredada representaba el 52,6 por ciento del producto mientras que a mediados de año ascendía al 80,7 por ciento. Ese guarismo no contempla el impacto de la última devaluación sobre el nivel de actividad ni el peso de la deuda denominada en dólares. Quienes sí contemplaron ese empujón fueron los técnicos del Fondo Monetario Internacional. El Monitor Fiscal del FMI publicado el miércoles ubica a la Argentina como el segundo país emergente más endeudado en 2019. El organismo multilateral estima que la deuda bruta representará el 93 por ciento del producto al finalizar el año. Entre los cuarenta países emergentes incluidos en el anexo, el único que alcanzará una marca más elevada será Angola, con un 95,1 por ciento.

“Tenemos que hablar con la verdad, sino es muy difícil”, expresó el mandatario al cuestionar las cifras sobre el aumento de la deuda que le presentaron este miércoles durante una entrevista en Radio Río Cuarto. “La ex presidenta o el candidato dicen que desendeudaron la Argentina cuando aumentaron el 38 por ciento la deuda. Nosotros aumentamos la deuda 26 por ciento”, sostuvo Macri. El mandatario reconoció al ser cuestionado que la deuda solo fue destinada a financiar el pago de intereses antes que para apuntalar un proceso de desarrollo económico y enfrentar la escasez de divisas. Entre los pasivos que se cancelaron, aseguró, no figuran las letras de cortísimo plazo emitidas durante su gobierno sino que “2 de cada 3 dólares que tomamos fueron para pagar la deuda que nos dejaron ellos, los intereses de ellos”. El dólar restante “los usamos para cubrir el déficit de lo que gastamos de más que nadie se quiere sentar a discutir en una mesa”, indicó el presidente al cuestionar al “kirchnerismo” por no acompañar el ajuste en el gasto público. “En tres años y medio el krichnerismo no avaló ninguna propuesta para recortar el gasto sino que hizo propuestas para aumentar el gasto”, lanzó el mandatario.

Los datos del FMI, principal acreedor individual del país, permiten estimar que durante la gestión de Cambiemos la mochila de la deuda aumentará 40,6 puntos porcentuales hasta alcanzar el 93 por ciento en diciembre próximo. La escalada registrada de la mano del acuerdo con los fondos buitre, el proceso de desregulación financiera, las corridas cambiarias y el préstamo del mismo Fondo representa un incremento del 70 por ciento desde diciembre de 2015.

Otro organismo multilateral que colocó en perspectiva el ciclo de endeudamiento asumido por la gestión Macri es el Banco Mundial. La entidad financiera estimó que Argentina fue el país que más se endeudó en 2018. “Un caso aparte entre los principales tomadores de deuda es Argentina, donde el stock de la deuda externa aumentó 19 por ciento, atribuible en gran parte al paquete de ayuda del Fondo Monetario Internacional y al incremento en el endeudamiento de corto plazo”, indica el último reporte sobre Estadísticas de la deuda internacional del Banco Mundial.

Durante la entrevista radial Macri también negó la existencia de un ajuste en ciencia y tecnología. Un informe elaborado por el Cifra a mediados de año estimaba que los ingresos de los becarios e investigadores del Conicet registrarán “un retroceso sustancial de entre el 35 y 37 por ciento en el poder de compra luego de cuatro años de caídas ininterrumpidas”. La caída será mayor tras la aceleración en la inflación registrada después de la última corrida cambiaria. El ajuste salarial es acompañado a su vez por un recorte en el presupuesto destinado a Ciencia y Técnica. Los datos oficiales sobre la ejecución presupuestaria permiten estimar que en apenas 8 meses de 2019 el gobierno destinó al pago de los intereses de la deuda externa 6 veces más que todo el financiamiento previsto para Ciencia y Tecnología en el proyecto de Presupuesto 2020.

El Grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA) del que forman parte Dora Barrancos, Noe Jitrik, Adrián Paenza, Susana Iriondo, Diego Hurtado, Alberto Kornblihtt y Roberto Salvarezza, entre otros, difundió ayer un amplio listado de propuestas “para salir de la emergencia social y productiva y retomar un sendero de desarrollo inclusivo” que ponga el eje sobre la política científica y tecnológica. El trabajo del grupo sostiene que “más Ciencia y Tecnología para salir de la crisis implica volver a plantear el rol central del Estado como promotor del desarrollo nacional. Pero también ahondar en un proyecto de desarrollo que pueda llevar adelante proyectos tecnológicos desde una perspectiva de justicia social, orientada al bienestar y la calidad de vida de comunidad”.