“Teníamos el quinto PIB per capita del mundo. Luego de 73 años de de BCRA nac&pop y alta inflación, tenemos el PIB per capita 70 en la tabla de posiciones”, afirma el director de la consultora Economía y Regiones, Diego Giacomini. “El BCRA falsifica dinero (sin respaldo) para cobrarnos impuesto inflacionario, que es el peor impuesto porque no se puede evadir, lo cuál lo convierte en el instrumento de coacción más perfecto que tiene la casta política para apoderarse de nuestra propiedad privada”, desvaría el economista liberal. Luego propone “cerrar el BCRA” y “crear un sistema bancario anticorridas, como el desarrollado en la década del '30 en la Universidad de Chicago (banca Simon). Un almacén de valor en el cuál los depósitos de valor a la vista están encajados ciento por ciento. Esto impide que la intermediación financiera cree dinero y ahorro artificial (sin respaldo)”.

Las pruebas de Giacomini para atribuir al BCRA la supuesta debacle de la economía argentina son muy flojas de papeles. El Banco Central fue creado por los conservadores hace 73 años, y su gestión estuvo la mayor parte del tiempo en manos de economistas ortodoxos que nada tenían de “nac&pop”. Por otro lado, la supuesta debacle de la economía argentina a lo largo de los últimos 70 años es sólo un mito alimentado por el efecto del crecimiento de la economía estadounidense entre guerras y la posterior reconstrucción europea. Tal como señala Díaz Bonilla en “The myth of a century of decline”, la decadencia de la economía argentina comenzó recién a mediados de la década del setenta del siglo pasado, a partir que tomaron el rumbo de la política económica los economistas de la escuela de Chicago.

La idea de que el dinero sin respaldo es “falso” muestra una ignorancia grave sobre el funcionamiento de los sistemas monetarios modernos. El respaldo de las monedas fue una construcción histórica para legitimar socialmente el uso de papel moneda, pero fue dejado de lado una vez construída esa legitimidad. Casi todas las monedas del mundo descansan materialmente en papel sin respaldo, desde que el dólar fue declarado incovertible al oro en 1971. El hecho de que las tasas de inflación de dichas economías sea tan diversas, muestra que no puede atribuirse al uso de papel moneda la causa del continuo aumento de precios en Argentina.

Por último, es paradójico que el ¿compañero? Giacomini recomiende la “banca Simon”, ya que esas ideas fueron las que inspiraron la reforma bancaria de los tres gobiernos de Juan Perón. Las ideas de Henry Simons fueron tomadas por algunos discípulos de Alejandro Bunge que impulsaron la “nacionalización de depósitos” en el primer gobierno del General. Así se denominó a la imposición de un encaje del 100 por ciento sobre los depósitos, con el objetivo de que los bancos privados dejen de “ser creadores de crédito o sea moneda artificial, con todos los perjuicios de la inestabilidad que ello trae acarreado”, tal como explica Enrique Miguens en la Revista Economía Argentina de marzo de 1946, poco antes de que Perón firmara el decreto 8503/46 de nacionalización de los depósitos.

 

@AndresAsiain