“Cuba es un ajiaco”. La definición “culinaria” del antropólogo Fernando Ortiz (1881-1969) propone una concepción dinámica de la cultura cubana en la que sus distintos ingredientes “se agitan, entremezclan y disgregan en un mismo bullir social”; un mestizaje de cocinas, de razas y de culturas. El Día de la Cultura Cubana se celebra en conmemoración del 20 de octubre de 1868, cuando las tropas mambisas al comando de Carlos Manuel Céspedes, Padre de la Patria, liberaron la ciudad de Bayamo. Ese día el pueblo cubano entonó por primera vez el Himno Nacional (La Bayamesa), que expresa el espíritu de la independencia en su inflamada música y poesía patriótica. La Embajada de Cuba en Argentina festejará “el día de la cubanía” este sábado a las 19.30 en el auditorio Héctor Quagliaro (Moreno 2654) con el músico camagüeyano Rafael de la Torre y su cuarteto –que ofrecerá un recorrido musical de la trova al son-; la Orquestonga, dirigida por Lolo Micucci, una combinación perfecta de sonoridades que van del candombe al rock, del cha cha cha a la cumbia, pasando también por el reggae, el bolero, el tango y la milonga; y la presentación del libro Cuba: cartas al tiempo de la escritora argentina Analía Coccolo.

“El ajiaco cubano lo compone la africanidad, lo español y lo francés, que tuvo mucho impacto en Cuba, sobre todo en la zona oriental. Y lo árabe… En fin, Cuba es una gran mezcla”, afirma Yadira Álvarez agregada cultural cubana. “Ahí está nuestra manera de comportarnos, de estar ante la vida, de pensar, de expresar lo que decimos; nuestra gestualidad, nuestro sentido de pertenencia hacia el suelo patrio. Es expresar nuestra cubanía, que es uno de los grandes conceptos que se estudia. La cubanía es sentirse cubano, no es solamente haber nacido cubano, sino sentirlo, aunque no hayas nacido en Cuba”, explica Álvarez y recuerda que en su país el Día de la Cultura Cubana se celebrará del 10 al 20 de octubre y estará dedicado al 60 aniversario del triunfo de la Revolución y a la creación de un puñado de instituciones artísticas fundadas en 1959, como el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), la Imprenta Nacional de Cuba y la Casa de las Américas. Además este año coinciden dos centenarios fundamentales: el cineasta Santiago Álvarez (1919-1998) y el cantante y compositor Benny Moré (1919-1963), “el sonero mayor de Cuba”. Como si no fuera suficiente, hay que sumar que se cumplen 500 años de la fundación de la ciudad de La Habana, el próximo 16 de noviembre.

“Las relaciones argentino-cubanas superan las instituciones y son amplísimas –plantea la agregada cultural a Página/12-. Hay mucho vínculo histórico entre Cuba y Argentina; por ejemplo en la literatura a través de la Casa de las Américas. Una buena parte de las obras que se prohibieron durante la dictadura se resguardaron en la Casa de las Américas. Hay archivos fonográficos de escritores argentinos resguardados también. Todos los años están los premios de Casa de las Américas y Argentina siempre presenta más de cien obras al concurso. Hay muchos puntos de contacto desde (José) Martí, que fue cónsul de Argentina por un año y tres meses, pasando por el Che y la Revolución Cubana, que ha hecho que los argentinos también se apropien de ese concepto de cubanía. Hay muchos proyectos de argentinos con cubanos como Orquestonga, que expresan perfectamente esta idea de cubanía”. La celebración en Buenos Aires será acompañada por la Unión de Residentes Cubanos en Argentina (URCA), el Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba (Mascuba) y la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, entre otras organizaciones.

“Los cubanos estamos atravesando una situación compleja a nivel económico, en buena medida por culpa del bloqueo, que lleva sesenta años”, advierte Álvarez y precisa que entró en funcionamiento el título 3 de la Ley Helms-Burton, que no se había aplicado nunca. “Ese título 3 lo que dice es que cualquier norteamericano puede imponer en cualquier corte de Estados Unidos demandas contra propiedades que fueron nacionalizadas en Cuba en los años 60. Hubo un proceso de compensación; Cuba pagó a los países que tenían propiedades, lo hizo con Francia, con España, con diferentes países. Con el único que no pudimos hacerlo fue con Estados Unidos. Ya ha habido más de 20 demandas presentadas contra empresas cubanas”, revela la agregada cultural. La política del bloqueo es asesina porque nos impide la llegada de medicamentos y tratamientos que son necesarios para niños. El bloqueo no es una invención cubana; nosotros tenemos muchas cosas que resolver y lo estamos haciendo con la actualización del modelo económico, con el reconocimiento de la iniciativa privada que ha oxigenado la economía, sin que sea preponderante. Estamos dando los pasos, pero es difícil cuando no estamos en condiciones normales respecto a otros países. Ningún país ha sido tan bloqueado como Cuba: ¡cuántas vidas y cuánto dinero se ha perdido por el bloqueo!”