El aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo son finalmente legales en Irlanda del Norte, luego de que los diputados antiderechos fracasaran ayer en su intento por bloquear el acceso a esos derechos, aprobados este año por los legisladores británicos en Londres. La maniobra del tercio de los representantes del cuerpo norilandés buscaba evitar que entraran en vigencia las normas, que –por la parálisis de las instituciones locales– comenzarán a aplicarse en el país a partir del primer minuto de hoy.

Los parlamentarios locales que intentaron bloquear los derechos pertenecen, en su mayoría, al ultraconservador Partido Unionista Democrático (DUP), liderado por la ex jefa del gobierno regional Arlene Foster.

Sin ejecutivo regional desde enero de 2017 a raíz de un escándalo político-financiero, la provincia de Irlanda del Norte tiene a todas sus instituciones autónomas paralizadas y sus asuntos corrientes son gestionados desde Londres. En julio de este año, aprovechando la situación de bloqueo institucional, los diputados británicos de Westminster aprobaron enmiendas destinadas a extender a la provincia, si no se formaba un gobierno antes del 21 de octubre, el derecho al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Las enmiendas son necesarias para la legalidad ya que a diferencia del resto del Reino Unido, donde el aborto está autorizado desde 1967, en Irlanda del Norte la práctica es ilegal, con la excepción de los embarazos que amenazan la vida de la madre. La situación legislativa del matrimonio igualitario ha corrido la misma suerte: es una práctica prohibida en la provincia y permitida en el resto del país.

La fecha límite del 21 de octubre impuesta por los legisladores británicos en Londres para extender ambos derechos a la provincia, fue el plazo que dieron para la formación de un Ejecutivo local, y si a partir de este día no se hubiera conformado, los parlamentarios londinenses dispusieron la enmienda para que no se restringieran los derechos en Irlanda del Norte. Pero un grupo de diputados apoyados por organismos antiderechos e instituciones eclesiásticas volverá al Parlamento, dispuestos a conformar un gobierno.

Sin embargo, como solo lo retomarían 30 de los 90 legisladores, los diputados de la oposición confiaban en que la sesión parlamentaria no tendría efectos prácticos sino que sería un gesto simbólico, ya que para elegir a un primer ministro y a un viceprimer ministro –y poder bloquear la decisión adoptada por Londres– era preciso el apoyo de varios partidos.

La líder del partido republicano Sinn Fein en Irlanda del Norte, Michelle O’Neill, cuyos diputados boicoteaban la sesión, denunció el evento como “otro golpe político”. “Van a debatir cuestiones sobre las que no pueden hacer nada. En mi opinión, es deshonesto con la población”, afirmó.

Parece que “solo lo hacen para intentar negar a las mujeres y a las LGTB los derechos que tienen garantizados en el resto del Reino Unido”, dijo en el mismo sentido Trevor Lunn, diputado de la centrista Alianza MLA, quien acusó a los legisladores que regresaban al Parlamento este lunes de llevar a cabo “una farsa”.

Love Equality, una asociación de defensa de los derechos de las mujeres, convocó a una manifestación frente al Parlamento, que contó con “un banquete, discursos y sesiones de fotos con un pastel de boda, flores y globos” en defensa del matrimonio igualitario. Anoche hubo una concentración en Belfast de parejas gays que marcharon para exigir que se respete el derecho aprobado en Londres que ahora pretende ser negado por una treintena de diputados locales.