El Banco Central perdió este jueves 883 millones de dólares de las reservas. En la semana acumula un retroceso de 2187 millones. El desmanejo de la autoridad monetaria empieza a encender todas las luces de alerta entre los inversores. Las reservas disponibles a este ritmo terminarán en cero a fin de año. Esto implica dejar a la próxima gestión atada de pies y manos para hacer política cambiaria, monetaria y financiera.

Las presiones de las últimas semanas no son necesariamente políticas ni están potenciadas por el proceso electoral. El principal problema es que el organismo a cargo de Guido Sandleris no encontró una fórmula para recuperar confianza entre los ahorristas e inversores y manejó los recursos de la entidad sin una lectura de mediano plazo. Las Leliq muestran la situación. En la última semana no se renovaron 217 mil millones de pesos. Los bancos trasladaron parte de esos recursos a Pases a 24 horas por miedo a las regulaciones del Central.

El mercado considera que la probabilidad de nuevas rondas de devaluación e inflación empieza a ser cada vez más elevada antes de que termine el año. Por ello las presiones cambiarias volvieron a acelerarse este jueves. Hubo un aumento del dólar oficial, del dólar bolsa, del contado con liquidación y en menor medida del paralelo.

El Central vendió 364 millones de dólares para evitar la suba del dólar minorista pero no fue suficiente. La cotización terminó con un avance de 97 centavos para ubicarse en 63,34 pesos. Desde que comenzó la semana la intervención superó los 1000 millones de dólares. Sacrificar reservas a un ritmo promedio de 250 millones de dólares por día resulta inviable con el correr del trimestre. Las divisas líquidas de la entidad se agotarían en pocos meses.

Los inversores que siguen la evolución diaria de las variables financieras empiezan a tener dudas del plan cambiario. “Es imposible no pensarlo. No es claro si el Central no tiene otra opción o lo que hace es intentar dejar sin dólares a la próxima gestión”. Así se lo aseguró a este diario un importante operador del mercado. El antecedente de 2018 -cuando se sacrificaron miles de millones de dólares para contener la devaluación y finalmente el tipo de cambio terminó subiendo más del 100 por ciento- muestra la falta de eficacia de vender divisas de las reservas en momentos de fuerte expectativa de devaluación.

La lista de variables que muestran la incertidumbre en la city es cada vez más larga. Este jueves el rojo de los bonos fue uno de los datos que no puede pasarse por alto. Hubo caídas de hasta 4 por ciento y los títulos ya se negocian a la tercera parte de la paridad. El inversor que compra títulos públicos puede llegar a triplicar su capital invertido en el caso que una reestructuración de la deuda se aplique con estiramiento de plazos de repago pero sin quita. Esta ganancia extraordinaria por ahora no parece compensar el riesgo.

El rendimiento elevadísimo de los títulos públicos argentinos resulta todavía más sorprendente cuando se lo compara contra la región. El riesgo país se mantiene por encima de 2145 unidades. El resto de los vecinos tiene un riesgo de menos de 400 puntos. En el mundo la tendencia es directamente que la tasa de interés sea cero o incluso negativa.

Este jueves la cotización del contado con liquidación (usada por inversores para retirar sus activos del país) se ubicó en casi 77 pesos y la del dólar bolsa fue de algo más de 73. El tipo de cambio paralelo mientras tanto cotizó cerca de los 70. Esto implica que la diferencia con el tipo de cambio oficial es de hasta casi 20 pesos.

Algunos operadores aseguran que en los últimos días el principal motivo de aumento de la brecha fue la salida de grandes fondos de inversión a través del contado con liqui. Estos fondos habrían rematado sus posiciones en títulos públicos en pesos aceptando fuertes pérdidas con sus apuestas en la Argentina.

Los depósitos en moneda extranjera en los bancos son otro de los puntos de preocupación. El último dato disponible de la autoridad monetaria llega hasta el 21 de octubre. Ese día se fueron 23 millones de dólares de los bancos. En la jornada anterior se habían retirado otros 123 millones y desde que comenzó octubre la baja acumula 637 millones. Desde el 9 de agosto los depósitos pasaron de 32.500 a 20.745 millones. Esto implica una caída de 11.755 millones.