El dólar oficial cerró en 63,45 pesos y marcó este lunes un retroceso de 1 peso con 55 centavos. Fue la primera reacción del mercado ante el triunfo del Frente de Todos en las elecciones presidenciales y la puesta en marcha de un nuevo control cambiario. El retroceso del precio del tipo de cambio se explica por una menor demanda de divisas. Los topes de compra de hasta 200 dólares son insignificantes en relación con los 10 mil de la semana pasada. El Banco Central perdió 101 millones de dólares de las reservas internacionales.

El ahorrista minorista que este mes compró más de 200 dólares no puede volver a hacerlo hasta noviembre. Por eso parte importante de los ahorristas se quedaron sin cupo de demanda hasta que vuelva a iniciarse el nuevo mes a partir del próximo viernes. Este lunes los montos operados en el mercado cambiario oficial fueron los más bajos desde octubre. Se demandaron 255 millones. La semana pasada el Banco Central llegó a intervenir con más de 600 millones en un día.

El dólar minorista comienza a perder protagonismo como tipo de cambio de referencia en el mercado. Esto se debe a que aparecieron otras tres cotizaciones financieras que en las últimas semanas ganaron volumen de operaciones por efecto de los controles cambiarios. El contado con liquidación (el tipo de cambio utilizado por las empresas para llevarse sus activos al exterior) se ubicó este lunes en 81 pesos. Se trata de una cifra levemente superior respecto de la registrada el viernes pasado y ubica la brecha cambiaria en casi 20 pesos.

El tipo de cambio paralelo es otra de las cotizaciones que requiere atención. La expectativa entre los inversores era que este lunes iba a dar un nuevo salto por el refuerzo de la regulación cambiaria. Pero en el comienzo de la semana la tendencia fue inversa: la cotización del dólar ilegal bajó casi dos pesos hasta los 74. Los operadores del mercado aseguran que con el correr de los días el paralelo volvería a tomar impulso.

La preocupación es intuitiva. Más de un millón y medio de ahorristas minoristas fueron afectados por las nuevas regulaciones cambiarias y podrían buscar refugio en el mercado paralelo. La gimnasia del argentino para hacerlo es notable. En la medida que sube la cotización de este dólar los incentivos para no liquidar exportaciones y sobre facturar importaciones en el mercado oficial resultan cada vez más importantes. El principal desafío de las próximas semanas es cerrar canales con los que el mercado adquiere dólares oficiales para especular.

Las reservas internacionales del Central serán una del principales variables a monitorear durante la transición del mandato. Este lunes volvieron a caer 101 millones de dólares para ubicarse en 43.402 millones. El retroceso no se explicó por intervenciones de la autoridad monetaria para que el tipo de cambio no aumente de precio. Entre los operadores del mercado explicaron que la caída fue por la disminución de los encajes bancarios.

Los clientes siguen retirando dólares de las cajas de ahorro pero también las entidades bancarias tenían sobre encajados dólares en el Central y empezaron a pedirlos de nuevo. La semana pasada por caso le pidieron a la autoridad monetaria que devuelva 700 millones de dólares y esta semana seguirían con el mismo requerimiento. Los últimos datos sobre depósitos llegan hasta el miércoles 23 de octubre. Ese día se ubicaron en 20.486 millones de dólares. Se trató de un retroceso de 173 millones de dólares. El ritmo de caída se habría acelerado los días siguientes. Los últimos días de la semana pasada volvió a haber cola en los bancos para retirar dólares.

Bolsa porteña

La acciones y los bonos mostraron una importante volatilidad a lo largo de este lunes. La primera reacción de los inversores tras las elecciones fue el aumento de la bolsa porteña y del precio de los títulos públicos. Pero con el correr de las horas las subas no sólo se fueron licuando sino que para el cierre de la jornada se registraron importantes bajas. La bolsa porteña terminó con un retroceso del 3,9 por ciento. Banco como el Galicia llegaron a caer casi 9 por ciento.

En Nueva York las firmas argentinas también marcaron un fuerte derrumbe. El Banco Francés fue uno de los que más bajó (-11 por ciento). La idea de la nueva gestión es que el sistema bancario no pueden continuar registrando niveles de ganancia extraordinaria por inversiones de corto plazo como las Leliq en un país en el que hace dos años vienen cayendo la industria y el consumo.