“Nos conocimos de girafa rapeando y con ganas de hacer trap”, desliza Mike Southside (24, Viedma) yendo hacia antes de antes, al instante previo. Todavía no había nada: ni fanáticos ni hitazos ni Tumbando el club. Ni siquiera Loca, el big bang del género en Argentina. “Nos juntábamos todo el día, todos los días”, recupera Negro Santo (30, La Matanza) desde los sillones del entrepiso de Uniclub, donde la próxima semana tocarán como KMD, coalición fundacional del trap argentino. Cuatro artistas que decidieron tomarse las cosas en serio: veían en el género una oportunidad transformadora y, también, un modo de encajar su vida.

 

En 2016, cuando KMD comenzó, tuvieron resistencia de los raperos vieja escuela. En su espíritu habitaba un nuevo sonido trapero. “Siempre estuvo el hateo y nos decían ¿qué se hacen los yanquis?’”, comenta Coqeéin Montana (25, Rosario). Tiene sentido: lo nuevo, de movida, siempre asusta. No obstante, después de estudiar las bases del trap norteamericano, KMD se aventuró a hacerlo acá. “Al principio generábamos confusión”, recuerda Mike Southside. Y mientras Neo Pistéa (25, Merlo) la rompe en Barcelona, España, el resto de los KMD saben que están obligados a mantenerse a la vanguardia: “El miedo era no poder adaptarse, pero los artistas buenos lo hacen, sino mirá a Snoop Dogg que hizo un tema hasta con el chabón de Gangnam Style ”, revuelve Coqeéin.

Sus primeras experiencias musicales sólidas resultaron los 10 temas de Kief, Música y Dinero , un disco de trap que va al hueso y que es, también, el lema de esta agrupación de traperos galácticos. La gente comenzó a sumarse a su movida después de ir a las fiestas en las que tocaban en Palermo Club para más de 1000 personas. “Igual nos juntábamos para compartir todo: el azúcar, la comida y el porro”, comenta Mike Southside.

Por sus filas pasaron C.R.O. y Homer el Mero Mero, otros dos pesos pesados del género, quienes –recién llegados del sur del país– hicieron base en las casas de los KMD. Y en todo ese guiso, en toda esa mezcla de identidades, está la primera arqueología del trap argentino.”El trap es como nuestro hijo: por más que se mande algunas cagadas, lo vamos a querer igual”, bromea (y no tanto) Coqeéin.

Con una vida al límite –no pregunten en qué andaban, tampoco hace falta–, los artistas de KMD juntaron plata y se metieron de lleno a la música. Así, de la mano de YSY A (entonces Alejo, de El Quinto Escalón) se mandaron el tour La Cofradía, con el que recorrieron Argentina de punta a punta y con el que se llenaron de seguidores y de problemas. Peleas, policías, drogas: el rap real. Como esa historia que agranda al mito en la que Coqeéin Montana terminó preso después de una violenta trifulca callejera. O cuando, en Mar del Plata, corrió peligro la vida de Neo Pistéa. Aquellos gestos revoltosos y su coqueteo con lo ilegal les otorgó un “verosímil” en la cultura. Dice Coqeéin Montana: “Ahora voy a mi casa y no me ven como a un delincuente, me ven como a un músico”.

 

En 2017 sacaron 6 mixtapes y una centena de canciones. “Ahora todo el mundo quiere hacer trap”, reconoce Coqeéin, que estuvo ahí cuando no había nada. “Llamábamos la atención y no teníamos ni temas.” Semejante volumen de producción les permitió ir mejorando y encontrando su propia sintonía. “Con el tiempo tuvimos chances de hacer mejores canciones”, explica Negro Santo. Entretanto, para 2018 ocurrió el fenómeno Duki y, al toque, Neo Pistéa, YSY A y Duki organizaron el Modo Diablo Tour alcanzando la consagración definitiva del género. Entonces, con ese colchón, como Eminem con G-Unit, los cuatro integrantes de KMD se lanzaron de solistas con el afán de volver y darle todo el combustible al grupo. “Poder seguir con KMD resultó difícil”, reconoce Negro Santo. No obstante, acá están, aquí siguen.

Para fin de este año, KMD lanzará unas canciones nuevas. En la escena, las expectativas son altas. En tanto, ya confirmaron una colaboración con el latino-norteamericano Arcángel, con producción de 0600. “Estamos siempre mirando al mercado de Estados Unidos”, sorprende Negro Santo. “Nos gusta que sean pibes cabezas que terminaron siendo empresarios”, aporta Coqeeéin, a propósito de los traperos norteamericanos y la influencia que resuena en sus cabezas.

¿Por qué gusta tanto el trap argentino?

Coqeéin: Porque acá el trap es trap. Porque acá hay villa, hay miseria. Lo que nos pasa es todo de verdad. La única diferencia con Estados Unidos es que la villa de allá es asfaltada y las de acá son de tierra. Por eso están todos mirando para acá.

¿Piensan que el género es una moda?

Negro Santo: No, de hecho, el otro día leía que Kinder Malo dijo que al trap le quedaban “dos años“ y nada que ver, no estoy de acuerdo. Es más, ponele, el año que viene está la visita de Travis Scott, un artista que está recontra arriba y que la tiene re clara. Eso da la pauta de que no.

¿Hay forma de estar siempre “pegados”?

Negro Santo: Hay que estar siempre atrás del negocio.

Coqeéin: Si sacás un tema que la pegó, al mes tenés que sacar otro. Nunca hay que perder el hilo. El rap acá era lento porque miraba a España, que era más de conciencia. Nosotros miramos otro lado, la hicimos más corta.

* Mike Southside, Coqéein Montana y Negro Santo tocarán como KMD Label este domingo 3 de noviembre en Uniclub, junto a invitados especiales.