El serrucho silencioso de Horacio Rodríguez Larreta ha comenzado a moverse. Mientras mantiene su apoyo público a Mauricio Macri, el jefe de gobierno porteño viene trabajando en reuniones con sectores del PRO y del radicalismo, entre los que se destaca Enrique "Coti" Nosiglia. El objetivo final es, en unos meses, instituir a Larreta como el líder opositor, dado que Macri no es una opción presidenciable para 2023. El trabajo es en silencio y en las sombras y, mientras tanto, Larreta seguirá mostrando su victoria como jefe de gobierno con el 55 por ciento de los votos. Para eso, recibió a uno de sus ex contendientes y tiene previsto tener reuniones con el resto. Macri, en cambio, no puede hacer nada similar: tiene que pactar cómo le entrega el Gobierno a Alberto Fernández e irse a su casa.

Rodríguez Larreta comenzó una ronda de encuentros con los ex candidatos a jefe de gobierno a los que derrotó en primera vuelta para mostrar su amplitud en la victoria. Es parte de su estrategia de seguir exhibiendo su victoria: de las cabezas del PRO es el único que conservará un distrito nacional a partir del 10 de diciembre. Ni Macri, ni María Eugenia Vidal seguirán al frente de un Ejecutivo y ese efecto se hará sentir en 2020. "Estamos esperando eso", dicen los armadores de Larreta.

Mientras sigue en este plan, sus operadores vienen teniendo reuniones para afianzar su figura como futuro referente de la oposición. Los encuentros se mantienen en secreto e incluyen a sectores del PRO que ya no ven a Macri como una opción de recambio y también a los radicales, que quieren que el Presidente termine su mandato y pase a algún tipo de retiro político. Entre los que se muestran más activos está Nosiglia, quien también talla en el armado porteño. "Hay que ver qué quiere hacer finalmente Mauricio. Por ahora, está con esto de la despedida del 7 de diciembre", sostuvieron en Parque Patricios sobre la movilización que planean desde el gobierno nacional para emular la despedida de Cristina Fernández de Kirchner en 2015. 

Macri, no obstante, tiene varios dirigentes que apoyan que siga siendo el referente: uno es Miguel Angel Pichetto, la otra es Elisa Carrió, quien anunció su retiro de la política partidaria. En el Gobierno, el más interesado en que Macri siga es Marcos Peña, dado que su continuidad en política depende de eso. Para esto, insisten en que Macri fue capaz de movilizar multitudes (de allí, el último acto del sábado 7 de diciembre) y que sacó el 40 por ciento de los votos. En otros sectores, no están tan convencidos: "Ese 40 por ciento no le pertenece a él. Macri ya cumplió un ciclo. Y una parte del PRO piensa lo mismo", señalan desde el PRO porteño.

Larreta, por supuesto, no dirá nada de esto. En cambio, sigue profundizando su perfil de gestión. Junto al vicejefe Diego Santilli se reunió con uno de sus ex contrincantes, Matías Tombolini, ex candidato de Consenso Federal y titular del Consejo Ecónomico y Social porteño, un cargo al que llegó por un decreto del jefe de gobierno. Para darle ese lugar, desplazó a un hombre de Martín Lousteau, Federico Saravia, antes de que concluyera su mandato. Fue antes de que Lousteau y Larreta llegaran a un acuerdo. Según señaló un comunicado del gobierno porteño, con Tombolini conversaron "sobre las recientes elecciones y la agenda para los próximos cuatro años de gestión". Tombolini había contado en la campaña que Larreta le hizo una propuesta "muy tentadora" para bajar su candidatora y que él la rechazó. 

Larreta se comunicó con todos sus adversarios el domingo de la elección y, según el comunicado, "tiene previsto reunirse con los dos restantes, Matías Lammens (FdT) y Gabriel Solano (FIT) en los próximos días". En el entorno de Lammens no confirmaron si ya tienen fecha de encuentro. Solano confirmó que habló "un minuto" con Larreta el domingo a la noche. "Pero nadie me llamó para ir a una reunión --advirtió el ex candidato del FIT-U--. Ahora estoy en Chile. Si me convoca, lo voy a charlar con mis compañeros. Creo que iríamos a plantearle nuestra plataforma".