desde Santa Fe

£El destape en la Cámara de Diputados de la presunta renuncia de tres concejalas electas en San Genaro: Ariana Mergen, Beatriz Vivas y Griselda Altamira para esquivar la ordenanza de paridad de género y dejarle la banca en juego a un varón, Luciano Morello, escaló ayer hasta la cúpula del Frente Progresista. Altamira retiró su renuncia, dijo que la había firmado contra su "voluntad" y mandó al frente a Mergen, (secretaria de Gobierno del intendente Gastón Marconcini), que la convocó a su despacho y le dijo que tenía que firmar "sí o sí". Lo que ella "desconocía" es que también habían renunciado la propia Mergen y la segunda mujer de la lista, Vivas, por lo que faltaba su renuncia para que pueda asumir Morello. El jueves, en la Legislatura, la diputada Alicia Gutiérrez denunció la maniobra y leyó un escrito que exige al Frente Progresista que "revea la decisión de darle a un varón la banca que le corresponde a una mujer", promete acciones legales para evitar que se consolide el supuesto despojo y le pide a los concejales que asumirán el 10 de diciembre que rechacen el "diploma" de Morello. El documento ya tiene decenas de firmas de legisladores y políticos de todos los partidos, entre ellos la del senador electo por el departamento San Jerónimo, Leonardo Diana, quien sumó su repudio a una acción que involucra al intendente Marconcini y a su propio espacio político.

Altamira retiró su renuncia y le anunció a la presidenta del Concejo, Paola Rasadore, que es ella -y no Morello- quien tiene derecho a ocupar la banca que ganó el Frente Progresista en las elecciones del 16 de junio, si Mergen y Vivas insisten en rechazar el cargo. Es lo que manda la ordenanza municipal vigente desde 2018. "Amparándome en el principio constitucional de la igualdad consagrado en el artículo 37 de la Carta Magna y en la ordenanza 695/18 tenga por desestimada mi renuncia" y "en su oportunidad, se me convoque a sesión preparatoria para prestar juramento", solicitó.

El jueves, en la Legislatura, la diputada Alicia Gutiérrez denunció la maniobra y provincializó el conflito sobre el cupo femenino.

La nota de Altamira ingresó al Concejo de San Genaro ayer, a las 9.15, confirmó el abogado patrocinante, Domingo Rondina. "La tercera de las mujeres que fueron forzadas a renunciar retiró su renuncia. Ya está asegurada por lo menos una mujer en el Concejo, pero una sobre cinco sigue siendo nada", planteó el constitucionalista.

Rosariol12 ya informó que las renuncias de las tres mujeres, Mergen, Vivas y Altamira, tienen la misma fecha: 15 de octubre. Alguien las presentó ante el Concejo dos semanas después, el mismo día: 29 de octubre. Y a la misma hora: 12.15. Altamira dijo que la de ella no es válida y pidió que la desestimen "por adolecer el acto jurídico de vicios de la voluntad" y "no reunir los elementos de discernimiento, intención y libertad". Esa nota "carece de fundamento" y "no evidencia a qué renunciaba", dijo. A lo que sumó su "desconocimiento" de que si Mergen y Vivas habían rechazado la banca, quien tenía derecho a ocuparla era ella. La ordenanza 695 es taxativa: en caso de "renuncia" el reemplazo de la concejala o del concejal es por "género". Si Mergen y Vivas rechazan el cargo, la que sigue es Altamira. Por lo que solicitó al Concejo que "tenga por desestimada su renuncia" y el 10 de diciembre, la convoquen "a prestar juramento en sesión especial".

Rondina explicó cómo fue la operación. "La que llamó a la señora Altamira fue la secretaria de Gobierno, Mergen, que era la tenía que entrar al Concejo. Según dice Altamira, Mergen la confundió y le dijo que 'sí o sí' tenía que firmar eso (la renuncia), que era su obligación. Y ella, buenamente, firmó, confundida. Con este mecanismo parece que le hicieron firmar a Vivas que venía después de Mergen y a Altamira que venía después de Vivas. De ese modo, lograban esquivar a todas las concejalas" electas por el Frente Progresista y habilitar la entrada de Morello. "Si esto se consolida, y (asume Morello) va a ser un Concejo sin ninguna mujer, a pesar de que tiene ordenanza de paridad de género" desde 2018. "Así estaríamos ante la extraña situación de un Concejo que dictó una ordenanza de paridad y queda sin mujeres".

Rondina dijo que el reclamo de Altamira va más allá de su derecho a la banca. Lo que el Concejo de San Genaro debe respetar es la paridad.