ArteLamroth es una feria que tiene la particularidad de combinar deleite cultural y acción social. Así es como funciona: un grupo de artistas, tanto reconocidos como emergentes, expone y vende sus obras. De lo recaudado ellos (o sus herederos) reciben una parte y otra la donan al área de acción social de Lamroth Hakol, centro comunitario fundado en 1944 por un grupo de inmigrantes judíos, que organiza el encuentro. En la sede de la organización se podrán ver desde este miércoles más de 500 obras que trascienden la pintura y la escultura. Dos trabajos destacados son los dibujos en carbonilla de la artista húngara Margit Eppinger Weisz y “La nube”, de Leandro Erlich, que integró la muestra más concurrida en la historia del Malba.

Con entrada gratuita, la novena edición se podrá recorrer hasta el sábado en Caseros 1450, Florida, Vicente López. En 2011, esta iniciativa surgió “con la idea de ayudar a través del arte, ya que el único objetivo es vender obras para colaborar con organizaciones y familias” dentro del territorio donde funciona la organización, según relata Florencia Stivelmaher, una de las organizadoras del evento. Cada año, Lamroth Hakol selecciona a una institución para otorgarle una donación especial. En los últimos años ha entregado un monitor fetal para la Maternidad Santa Rita e instrumentos para la banda de música de la Dirección de Discapacidad e Inclusión de la Municipalidad de Vicente López. En esta oportunidad, la ayuda la recibirá el Instituto de Ojos, Baja Visión y Rehabilitación de Ciegos C. de Bignone.

Otra parte de los fondos se deriva al trabajo cotidiano y constante de Lamroth Hakol (que significa “a pesar de todo”). “Tenemos una trayectoria larga de trabajo con el entorno. Trabajamos con comedores, hogares, geriátricos, hospitales, con un plan anual. Con cada institución hay diferentes acciones: talleres para chicos, donación de meriendas y medicamentos. Ochenta voluntarios trabajamos toda la semana en esto”, detalla Stivelmaher. Los voluntarios también entregan donaciones a vecinos en situación de vulnerabilidad. 

Puntualmente, la propuesta de la feria ha ido creciendo con el tiempo. Unas 200 obras formaron parte de la primera exposición. En la actualidad tienen lugar unas 500, que fueron seleccionadas de entre mil, y entre ellas hay pintura, escultura, grabado, arte digital, dibujo, fotografía, arte textil, cerámica, joyería y vidrio. Leandro Erlich, Antonio Seguí, Alicia Penalba, Paula Otegui, Dino Bruzzone, Luis Tomasello, Carlos Alonso, Salvador Dalí, Leopoldo Presas, Luis Altieri, Carolina Antoniadis, Fabiana Barreda, Pablo Lehmann, Omar Panosetti, Perla Benveniste, Myriam Jawerbaum y María Médici son algunos de los nombres involucrados.

Además, se desarrollará una exposición de dibujos realizados en carbonilla por la artista húngara Margit Eppinger Weisz, sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial. Estos trabajos retratan los juicios a los nazis húngaros en 1945. Weisz fue dibujante oficial y actualmente su obra es parte del Museo Judío de Budapest. Hay una mesa redonda alrededor de este tópico el jueves a las 19. Por otra parte, como todos los años, al recorrido artístico se suman un patio de comidas judía, eventos y actividades para toda la familia.

No es una exposición para un público especializado ni para coleccionistas. Hay obras de 200 dólares y de cientos de miles de pesos. Es sumamente variada en cuanto al tipo de obras, en las técnicas y los precios también. Tenemos un equipo curador súper profesional, integrado por artistas plásticas que participan de exposiciones internacionales, pero esta no deja de ser una feria de una institución comunitaria. Al principio venía gente de la comunidad, era una actividad más. El boca a boca fue haciendo que se amplíe muchísimo. Hoy viene un montón de gente que no tiene que ver con la institución”, destaca la organizadora.

En estas nueve ediciones, han desfilado por la feria unas 7 mil personas. Al principio sólo una sala era ocupada por las obras: hoy todo el “cuarto de manzana” que ocupa el centro comunitario se empapa del espíritu de la actividad. Salas, la sinagoga, pero también pasillos, el patio, hasta la cancha de fútbol. La oferta se completa con visitas guiadas para público general, coleccionistas, adultos mayores y grupos escolares, actividades para chicos (hoy de 17 a 20) y artistas trabajando en vivo (mañana jueves a las 17). También hay visitas pensadas para personas con problemas de visión.